«Smoke in the kitchen»

16/06/2011 § 4 comentarios

"Black Mother"

Con ustedes, Mhel. La primera persona que conocimos en Asia y una muy digna de inaugurar la secciones «Personajes» de TrancaroLa poR el muNdo.

Fue en el ferry que nos llevaba desde Don Sak, en la parte continental del Sur de Tailandia, hasta Ko Phangan. Lu y yo veníamos de casi 3 días viajando (Nz, Australia, Phuket, Ko Phangan), bastante rotos, así que nos tiramos a laburar un poco el bronceado en la parte de adelante del ferry. Ahí vimos como la gente aterrorizada comentaba las piruetas de Mhel, este morocho de pelos largos que con pocas ropas cubría sus apenas 50 kilos, y a quien según él mismo, la gente veía más como un junkie que como un par. Él se reía de ellos.

Nos contó que lo que hacía era su «gimnasia yoga», con la particularidad de que la llevaba a cabo enroscándose en las barandas del barco y deslizándose de una a otra a 15 metros de altura sobre las profundidades del Golfo de Tailandia. Su madre le había enseñado eso, aunque ahora se decía hijo de la «Black Mother» (algo así como una fuerza sobrenatural que lo protegía de las maldades).

La gente lo miraba.

Mhel nació en India, y habla 7 idiomas. Vive sin plata, vagando de acá para allá, visitando amigos, escapando de la policía cuando lo persigue o trabajando en las plantaciones de haschis en Nepal (donde asegura se cosecha el mejor hachis del mundo). Su trabajo era ayudar a los turistas a manejarse por estos lados del mundo, a cambio de comida, un vino o lo que fuera. Pero no le gusta tener plata, dice que el dinero transforma a la gente, prefiere no necesitarlo.

Le gustan las mujeres y muchas veces intenta seducirlas para llevarlas a la cama. Pero no le interesa más que agasajarlas y dormir con ellas. Es virgen. Y dice que lo va a seguir siendo hasta casarse, porque prefiere «pensar con la cabeza de arriba, y no transformarse en un Pepe Le Pew».

Acá lo vemos charlándose a unas chicas, pero sin jamás llegar a Pepearlas.

Charlando de esto y aquello nos contó su regla número 1: «No organizar este tipo de cosas para estas horas de la noche». La misma refería al horario en que estaba llegando el barco a Ko Phangan, eran cerca de las 9 y ya de noche. Entonces todo se hacía más difícil: conseguir tuc-tuc, encontrar a los amigos, moverse de acá para allá… ¿Por qué poner un barco llegando a las 21 y no a las 15?

«Smoke in the kitchen» era su regla número dos. Obvio, ¿cómo no serlo? Claro, en Tailandia fumar droga, como dirían mi vieja y Nico, es delito punible de 30 años de carcel. Y qué mejor forma de evitar esta condena que dejar que la gilada fume en el living mientras uno fuma en la cocina, ¿no?

Y así empezamos a ponerle reglas a cada boludez se nos ocurría. Creo que llegamos hasta la regla 11 o 12, pero de la única que me acuerdo es de la 8, una de las más importantes, que vaticina que «Todas las reglas tienen su razón de ser, ninguna es arbitraria ni discutible».

Tenía esa carterita y no sé si algo más que se olvidó en el barco.

(Lu, por favor, si te acordás más detalles sobre Mhel, y sobre todo de las otras reglas que inventamos, pasamelas! No entiendo cómo hace 4 meses que vivimos sin ellas!)

Y subo este video en el que lamentablemente no se ve mucho, pero se intuye algo de la mirada intensa que tenía.Y él lo sabía.

§ 4 respuestas a «Smoke in the kitchen»

  • Luciana dice:

    todavia no lei mas que el primer renglon pero ya necesito agradecerte! porque vine a internet buscandote y lo primero que encuentro es que actualizaste el blog! GRACIAS! queria lindas memorias…

  • cabar dice:

    jajaaaaaaaa muy bueno!! no lo tenia! vamos con los personajes… joe y angela, my friend, the DUDE, Jock, el tano, off, la dueña del hostel de motueka….
    seeyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    no me puedo parar de reir! risa RELOADED
    barulian

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