www.trancarolaporelmundo.com – Nuevo post: Personajes de viaje III: «SEE YAAAAA!»

08/12/2011 § 1 comentario

 

 

 

No se pierdan la historia de este australiano más que muy gracioso!!

El post completo con más fotos en:

http://trancarolaporelmundo.com/archives/2820

 

http://www.trancarolaporelmundo.com

 

 

WWW.TRANCAROLAPORELMUNDO.COM – Nuevo post en la sección solidaria del blog, TrancaroLa paRa el muNdo: «Emergencia climática: sobre la cumbre de la ONU en Durban, Sudáfrica».

07/12/2011 § Deja un comentario

 

http://trancarolaporelmundo.com/archives/2775

http://www.trancarolaporelmundo.com

WWW.TRANCAROLAPORELMUNDO.COM – NUEVO POST: «IMÁGENES DE ESTE PLANETA (AUNQUE PAREZCAN DE OTRO!) VOL. II: CATHEDRAL COVE, NZ»

06/12/2011 § Deja un comentario

www.trancarolaporelmundo.com

 

MÁS DE 20 IMÁGENES COMO ÉSTA Y MEJORES DE CATHEDRAL COVE, UNA PLAYA ALUCINANTE DE LA ISLA NORTE DE NUEVA ZELANDA, EN EL NUEVO POST:

http://trancarolaporelmundo.com/archives/2721

 

WWW.TRANCAROLAPORELMUNDO.COM

 

NOS MUDAMOS A WWW.TRANCAROLAPORELMUNDO.COM !!! FIESTA DE SENSACIONES EN EL NUEVO Y AUSPICIOSO BLOG TRANCAROLENSE!

05/12/2011 § Deja un comentario

El nuevo y novedoso logo de TrancaroLa poR el muNdo.

A pocos días de cumplir su primer año de vida, ya hay olor a juerga en TrancaroLa poR el muNdo!!

Es momento de festejos, pero no por eso quemamos las naves. Tampoco tiramos el blog por la ventana, ni mucho menos por ser fechas festivas vamos a caer en la bajeza de, así porque sí, empezar a dorarle la píldora. Simplemente, LE VOLAMOS LA PELUCA!

Después de una semana de arduo laburo (lo más difícil fue dar la negativa a 3 invitaciones nocturnas consecutivas, jueves, viernes y sábado!) durante la cual habré dormido, promedio, 4 horas por día, y laburado las otras 20 (no paré ni para comer y de hecho Lola y Vaie, los dueños del bar que me sponsorea la Wifi, me preguntan si vine como oferta de navidad con el mobiliario nuevo o qué) inauguro chocho de la vida un totalmente nuevo, rediseñado y por qué no enfiestado TrancaroLa poR el muNdo! Sí, claro que sí. Chau a la vejez, hola a la novedad!

jean Claude, desconcertaddo luego de que le hubieran acicalado el jopo.

Cabe destacar que nada de esto hubiese sido posible sin la ayuda de Aniko que en las últimas dos semanas pasó, de ser “una auténtica desconocida con un blog de viajes que me motivó a empezar el mío” a transformarse en “una auténtica desconocida con un blog de viajes que me motivo a escribir el mío, ayudándome a enfiestarlo como se debe un año más tarde y erigiéndose (?) en una nueva secuaz para el próximo, venidero y augurioso destino TrancaroLenSe” (en enero, Marruecos).

gracias ani =)

También sufrió el asedio Viole, la ex novia de Beting, un amigo. Diseñadora gráfica ella, su ayuda cubrió, entre otros, el rubro “me siento un boludo preguntándote esto pero no puedo ni descargarme un photoshop portable sin que me pidan un duro”.

violee!

Y para que no se ponga celosa, y con un merecido tercer lugar entre mis honorables co-artífices de esta flor de fiesta en la que hoy se ha transformado TrancaroLa poR el muNdo, tengo que mencionar Lupecita, la chica policía que alguna vez vi bailar alocada en una fiesta de disfraces y que hoy no para de amenzarme con que cuando tenga plata se me suma. A ver si te ponés a laburar, ñoka.

y lupe!

Pasadas las formalidades, y como ya dije antes, ésta es tan sólo la primera de muchas otras novedades que se vienen, prontamente claro, en TrancaroLa poR el muNdo. Nuevas secciones, aventuras, gastronómicas, curiosidades, fotos de este planeta (aunque parezcan de otro!) y demás están al caer. Mientras tanto, están todos invitados a navegar por este mar de regocijos itinerantas, comentar si es que les place (la verdad que vendría genial ya que necesitamos difusión del blog para conseguir sponsors -próximo paso-) y criticar y sugerir así como también ayudarme a difundirlo por las redes sociales si por acaso les gusta algo de todo esto.

El mapa del nuevositio en http://www.trancarrolaporelmundo.com

NOS MUDAMOS A

WWW.TRANCAROLAPORELMUNDO.COM

Imágenes de este planeta (aunque parezcan de otro!)

26/11/2011 § 4 comentarios

Magic Welcomed en Mt. Maunganui, Isla Norte, Nueva Zelanda.

Con estas dos fotos le doy la bienvenida a esta nueva, escalofriante, prometedora y cumplidora sección!

Dedicada con amor a todos aquellos a quienes la lectura no les sienta tan a gusto, pero que no por eso quieren perderse el privilegio de disfrutar de las maravillas de la vida junto a TrancaroLa poR el muNdo, tanto como a quienes adosados a su silla de trabajo empiezan a sentir algo así como una comezón en el culito, una de ésas que necesitan tan sólo de un pequeño empujoncito para transformarse en un viaje inspirador!

Paz!

Isle of Skye, bien al norte de Escocia.

A dónde fui y a dónde quiero ir? (A modo de actualización del itinerario)

26/11/2011 § 1 comentario

Atardecer en el lago, Princes Club, Londres.

Siendo 26.11.11 creo que ha llegado el momento de actualizar, aunque sea de forma escueta y a modo de resumen fugaz, este post («A dónde voy?«).

Desde el 29 de diciembre, que dejé Buenos Aires, anduve TrancaroLeaNdo poR:

Las dos islas de Nueva Zelanda, desde Auckland en el norte hasta Queenstown bien al sur, durante 1 mes y medio, la mayoría del cual dormimos en la calle, playas, parques y etcéteras de esta índole. De ahí crucé al Sudeste Asiático, un lugar mágico si los hay, en donde me quedé 3 meses vagando por Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam y Tailandia otra vez.

En mayo y muy a mi pesar, volví a NZ, en donde después de 3 semanas de frío y aburrimiento, me agarró la loca y me compré de un día para el siguiente, un vuelo Auckland-Hong Kong-Amsterdam. Y eso que me da miedo volar. Viajé 28 horas en asientos no reclinables para ver si funcionaba una historia de amor que lamentablemente no prosperó.

Atardecer en Glen Coe, en el corazón de las Highlands, Escocia.

Después de unas semanas en Amsterdam, me subí, bajo una lluvia torrencial de granizo, a mi nueva bici holandesa, con una mochila de 20kg sobre la espalda, otra de 10kg del lado del pecho, un traje que me hice a medida en Hoi An, Vietnam (uno de los pueblitos más lindos en los que estuve) colgando del manubrio, un bolsito lleno de cosas y dos bolsas con provisiones para el viaje. Me iba en tren a Londres, y de ahí a Winchester, según lo indicaba mi «plan B».

Después de 2 semanas viviendo con mi tío favortio, el Dogor, conseguí trabajo como instructor en la escuela de wakeboard más grande de Europa. Con mi bici y la mitad de todo el equipaje (que muy a mi pesar sigue creciendo en cada destino) me instalé en lo que sería mi nuevo hogar: una casa rodante a orillas de uno de los 7 lagos del predio. El día de la entrevista me pedí vacaciones: mi tío se iba a menorca y me había invitado. No le podía decir que no.

El 16 de agosto, y después de 8 días de juerga, playas paradisíacas, familia, alcohol, magic welcomes, dulce de leche y español, volví a por mis dos últimas semanas de  trabajo en Londres. Un bondi, uno de los bien malos, me dejó en Edimburgo y empezando por ahí me recorrí bajo la lluvia gran parte de Escocia.

Un Adolfo (Castelo) a través del vidrio, Highlands, Escocia.

El próximo paso sería Sevilla. Me llamaron de otra escuela de Wakeboard para venir (hoy escribo a orillas del Guadalquivir!) a dar clases y encargarme de todo el departamente de comunicación de la empresa. ¿Qué más podía pedir? Wakeboard y publicidad juntos, una cabaña frente al río y en el marco de una ciudad alucinante. Encima la recibida fue con Magic Welcomed incluida, y pronto se vendrá el post.

Ahora, ya recuperado de la economía de guerra, toca empezar a viajar otra vez. Diciembre se lo dedicaré al sur de España y, tal vez, me pegue una vuelta por París a visitar a Chchch, una de mis hermanas. En el interín me voy a enfocar plenamente en el blog, con sólo un objetivo entre cejas: volarle la peluca!

TrancaroLeaNdo en alguna de las 24 hs del crucero Portsmouth-Santander, Inglaterra-España.

Qué me depara para después?

En enero me voy a Marruecos, con una secuaz de lujo que ya muy prontito tendrá su correspondiente presentación en el blog! No sé ni por cuánto ni cómo ni a qué lugares, pero nos vamos! Y después de eso, ahí sí: o el sur de África o India, Nepal e indonesia. O por qué no, las dos!

Como dije cuando escribí la primera parte de «A dónde voy?» allá por diciembre, casi un año atrás: cuando viajo, lo que más me gusta es improvisar.

pd. Me faltan subir las mejores aventuras, curiosidades, gastronómicas, imponderables, personajes, robos, avistamientos du fauna, miceláneas, trapisondas y demás del viaje. Me falta todo Laos, Camboya, Vietnam, Tailandia, NZ, Amsterdam, Inglaterra, Menorca, Inglaterra, Escocia y Sevilla. Pero lo estoy trabajando! Se vienen grandes avances en TrancaroLa poR el muNdo, espero lo disfrutemos todos!

Así, improvisando sobre la marcha, fue como llegué a la Isla de Skye, en el norte de Escocia.

La diva del postre asiático: el Banana Roti.

16/11/2011 § 4 comentarios

GaStronÓmicas, en TrancaroLa poR el muNdo.

Un Banana Rotisero que se dio vuelta como un panqueque.

“Life is short, eat dessert first”. Cuánta sabiduría en tan poco lugar. Seis palabras y una gran verdad que quedaron adosadas a mi memoria tan rápido como las escuché y que hoy en día se me hacen recurrentes cada vez que al llegar a casa retorciéndoseme las tripas agarro, junto con la sartén y un par de milanesas, el dulce de leche y una cuchara, como para ir tirando.

En el sudeste asiático no existe el manjar acaramelado, pero por la módica suma de entre 30 y 50 Baht (U$S1 / U$S1,60) podés hacerte anfitrión de una fiesta estomacal.

La previa.

Símil panqueque, el Banana Roti es un postre rápido, rico y que, aunque simple a la vista, guarda sus buenos secretos. Una de sus afamadas características es que su degustación empieza mucho antes de probarlo. El momento de la cocción es todo un ritual en el que una bola de harina insulsa deviene exquisitez. Tanto el cocinero experto en la materia como quien se relame frente a él, crean un universo paralelo cuyo epicentro sísmico es esa esfera harinosa que después de un par de revoleos y golpes está lista para pasar a la sartén. La tensión se siente en el ambiente: nadie quiere un Roti agujereado y solo el buen tino del cocinero-artista puede evitar la catástrofe ante la mirada crítica de quien se lo va a comer. Obviamente y como con todo, rotiseros están los que se la saben lunga y los que no tanto.

Banana roti con leche condensada.

Una vez al fuego la clave reside en que las rodajas de banana, en lo posible abundantes, lleguen a cocinarse, siendo el dulzor resultante la esencia de un buen Banana Roti. El favorito de un servidor es el que viene con nutella o baño de chocolate a caballo, y leche condensada, pero los hay también con salsas frutales.

Una que encontré navegando la web, sobre cómo se prepara.

En tierras orientales lo encontrarás en cuanta feria vayas así como también en puestitos callejeros especializados y, además del susodicho, se pueden pedir de huevo, currys y otros salados. Pero el de banana chocolatoso no tiene igual.

Ideal tanto para el desayuno como para la merienda, la cena y los entremés.

Les dejo un video con la preparación de un roti de huevo previo a mi Banana Roti inaugural, en Myanmar.
Bon apetit!

«HOME»: la vida en la tierra y cómo vos y yo podemos actuar.

09/11/2011 § 4 comentarios

Todas las imágenes de este post corresponden al documental.

Una de las tomas de la peli.

Home es un documental dirigido por Yann Arthus-Bertrand, fotógrafo francés de National Geographic, y una de las piezas más hermosas que pueda existir acerca de nuestro planeta.

Corales, una pieza fundamental en el equilibrio ecológico.

Recorriendo el mundo entero y trayéndolo a nosotros con imágenes tomadas en su totalidad desde el cielo, la película cuenta cómo fue que a lo largo de casi cuatro mil millones de años de evolución miles de factores se combinaron de tal manera como para que apareciera la vida en la Tierra.  Un equilibrio entre todos los componentes del ecosistema es la clave que hizo esto posible, pero al estar éste constituido por millones de elementos, se trata de un estado que está constantemente amenazado por una gran fragilidad. Un equilibrio que, sin embargo, perduró durante miles de millones de años gracias a que cada especie supo aprender a convivir armónicamente con las demás.

Hasta que llegó el hombre.

Un poblado que muestra la peli.

Buscamos en los animales la fuerza que no tenemos nosotros.

Lejos de aparecer en Mordor, tuvimos la suerte de llegar a un lugar en donde todo funcionaba perfecto, un auténtico paraíso que nos invitaba a tener un lugar.

Pero fallamos en lo esencial.

Amontonados.

En lugar de mirar alrededor y aprender de lo que nos rodeaba, la vida en un mundo lleno de posibilidades, nos concentramos en mirarnos los ombligos. Olvidamos que éramos invitados para pretender erigirnos en dueños, amos y señores. La codicia y el egoísmo nos hicieron pensar en dominación cuando sólo había que compartir. Y no sólo tuvimos la loca idea, también lo conseguimos.

Destrucción.

Con sólo 200.000 años de vida logramos domesticar el mundo y moldearlo a nuestra voluntad y merced. Nos olvidamos de la paz, la armonía y el equilibrio. Los rompimos. Y una vez que lo hicimos, ahora nos convencemos de que no es nuestra responsabilidad.

Naturaleza viva.

Hay un sólo camino?

Hicimos de un paraíso, una bomba de tiempo. Pero tenemos una última oportunidad. Home se estrenó en 2009 al aire libre y en simultáneo en muchas ciudades del mundo. Para ese entonces, se calculaba un resto de tan sólo 10 años para cambiar la tendencia. Pasaron dos casi tres. La XV conferencia sobre el cambio climático de la ONU, que se llevó a cabo en Copenhague en diciembre del 2009 y estaba considerada como un punto de inflexión fue un rotundo fracaso. Los países ricos, ésos que más aportaron y siguen aportando al ensamble de esta bomba de tiempo, se negaron a cambiar.

Increíble.

Ricos vs. Pobres

Es tiempo de pensar qué mundo queremos. Qué aire vamos a respirar. Y si vamos a hacer algo, o sólo esperar a que (no) lo hagan los demás.

Pego la peli acá abajo. Espero les guste, la fotografía es increíble y se puede aprender mucho.

Salut.

Hola TrancaroLa paRa el muNdo!

07/11/2011 § 9 comentarios

Pai Canyon, Tailandia. Uno de los lugares que más me gustan de los que estuve en el mundo.

Bienvenidos a TrancaroLa paRa el muNdo!

Hace ya un tiempito empezó a rondar por mi cabeza la idea de que el blog tenía que tener un espacio solidario. La historia de Budi, un chico de 22 años que trabajaba 24  hs por día y 7 días a la semana en el hostel de Siam Reap donde me quedé, fue uno de los disparadores. Él es del interior de Camboya y a cambio de cuidar, limpiar y recibir a la gente en el hostel le pagan U$S1 por día, pero si se enferma y no puede trabajar, le descuentan el quíntuple (U$S5). Mientras estuve ahí lo ayude como pude: le ofrecí mi amistad (o algo así como una amistad de 5 o 6 días). Cada vez que llegaba me quedaba charlando con él, me contaba sus cosas, sus sueños, jugábamos al pool, tomábamos la merienda (le comprábamos galletitas o lo que fuera), etc. La historia entera es muy triste y la voy a postear cuando llegue a Camboya con el blog, pero más allá de eso la realidad es que casos como éste hay miles y no puedo pretender ayudar a alguien sin tener ni fondos ni recursos ni medios. No por ahora (aunque lo tenga en mente para un futuro).

Sin embargo, hay otro aspecto en el que puedo (igual que todo el mundo) aportar y empezar a devolverle al mundo todo lo que nos da. Es por eso que inauguro este espacio (que para mí, y ojalá así sea, puede ser mucho más que una simple sección más).

A través de TrancaroLa paRa el muNdo voy a intentar compartir por qué pienso que no da lo mismo dejar la luz del pasillo prendida toda la noche y por qué refugiarse en “lo que yo haga no va a cambiar nada” me parece la postura más cómoda y cobarde que se puede tener al respecto. En esta nueva dimensión que hoy tiene el blog, me gustaría compartir con todos, con los que separan la basura aunque en BsAs nadie recicle tanto como con los que dejan el monitor encendido hasta el lunes (por si los que limpian la oficina se quieren bajar algún que otro hitazo?), cuanto dato tenga y encuentre acerca de qué podemos hacer para cuidar el planeta y dar vuelta una situación ambiental que cada vez es más terrible, triste, lamentable y urgente.

Subiendo documentales, noticias, informes, videos, estudios, emprendimientos interesantes, iniciativas y formas de actuar, intentaré transmitirle a los pocos que leen mi blog (que esperemos en algún momento sean muchos más) lo mismo que charlo con mis amigos.

Cuántas veces habré escuchado que sí, que puede ser, pero que uno se lave los dientes con la canilla cerrada no cambia nada. Tan triste y egoísta.

Es cierto que no le voy a pedir a una persona de 60 años (nuestros padres por ejemplo) que empiecen a apagar las luces de las habitaciones cuando no están. Ellos vivieron gran parte de sus vidas de una manera y lo más probable es que no lo vayan a cambiar. Y no se los puede juzgar por eso. Pero nosotros somos la generación joven. Los que nos la damos de tener la cabeza abierta. Y justamente por eso, los que tienen que cambiar. Si yo apago las luces cuando no las uso tal vez no mejore nada. Al corto plazo. Si yo las apago y vos las apagás pero el senior de nuestra empresa no las apaga, tampoco es letal. Pero la cosa es que mientras nuestra generación apague las luces, a nuestros hijos no les va a siquiera entrar en la cabeza la posibilidad de dejarlas prendidas. Y ahí es donde está el cambio. Ahí es donde yo veo cómo mi cambio sí y definitivamente puede ayudar. Y mucho.

Halong Bay, Vietnam. Éste lugar, magestuoso, figura en mi memoria también por la increíble cantidad de botellas de plástico que navegan sus aguas.

Sólo hay que actuar.

Nadie habla de revertir la situación de un día para el otro. Pero decir que es imposible es bien de cagón. Y de egoísta. Y de ventajero. Propio del que disfruta de todo lo que el planeta le da (la posibilidad de vivir de hecho), pero que ni bien puede le mete el dedo en culo de atrás.

Prefiero apagarlas y que me miren como un boludo. Obviamente olvidarlas prendidas es mucho más fácil. Pero a veces es preferible sentirse uno de los pocos boludos antes que un garca más.

(TrancaroLa paRa el muNdo va a funcionar como una dimensión paralela a todo lo que tiene que ver con los viajes, pero relacionada. Por eso cada novedad aparecerá en la home, pero el conjunto del contenido estará con su respectivo link en la barra lateral izquierda del blog).

Cascadas en Luang Prabang, Laos. Otro regalo de la vida.

GaStroNómicas en TrancaroLa poR el muNdo

06/11/2011 § 4 comentarios

Sección dedicada a mis amigos personales Cabar, Walter «tablita de quesos» Queijeiro (alias Tanela) y Juanchi.

Pad Thai, el mejor que comí, en una playa paradisíaca de Koh Tao, Tailandia.

Entre las muchas formas de mimar el alma que te regala el TrancaroLeo aSiático, la experiencia culinaria es una de las que se merecen una sección propia en TrancaroLa poR el mundo.

Llegar a un país nuevo y desconocido para empezar a vivir su cultura supone una excitación que, entre muchos otros, también se da en el plano gastronómico. ¿Qué viajero que llega a tierras lejanas no se pide, a la hora de sentarse a la mesa, eso que no sabe qué es ni cómo se come pero que es lo ve en manos de los lugareños?

Sea Food, un clásico a la orden del día.

Ensalada marina, en el curso de cocina que hicimos con Cabar en Chiang Mai, Tailandia.

Sin embargo, en el caso de oriente, hay quienes luego de unos pocos días empiezan a experimentar una mutación de ese encantamiento ante lo nuevo que poco a poco empieza  a devenir en un principio de irritación ante lo que aseguran ser “una variedad monótona de arroces con alguito más para camuflarlo, y que termina siempre teniendo el mismo gusto”. Nada más lejos de lo real.

Nos ha pasado de conocer en el norte de Tailandia a un grupo de gente que viajaba por el país hacía alrededor de tres semanas y que para nuestra sorpresa lo único que habían probado era el Pad Thai, un típico plato Tailandés de lo más rico, pero que si lo comés todos los días no tiene muchas más variantes que un Pad Thai con pollo, con mariscos, con verduras o con huevo.

Test de calidad.

A comeeeeeeeeeeeerla!

En TrancaroLa poR el muNdo el comer no es una necesidad, sino uno de los grandes manjares de la vida. Es por eso que pocas veces hemos visto nuestro plato teñido con los mismos colores u oliendo como la última vez. Hemos saboreado a lo largo y a lo ancho menúes de restaurantes, carteles de puestitos callejeros, opciones de vendedores ambulantes y variedades de comida casera las veces que nos invitaron. La vida me ha dado un gran don: coma lo que coma, nunca engordo. Así que a la hora de comer, lo hago a lo grande.

Arrolladitos de banana con leche condensada, by O Pibe, un manjar muy fácil de preparar..

Sweet & Sour Chicken, by O Pibe también en Chiang Mai.

Panang Curry.

Y en esta nueva sección GaStroNómica de TrancaroLa poR el muNdo, intentaré acercarles con fotos, videos, recetas y relatos, aunque sea una partecita de todos los sabores que me vienen acompañando desde que extraño el asado con fernet, en familia o con Os Pibes.

Salut.

Ingredientes para un buen Curry.

La materia prima, en un mercado de Bangkok.

Indian Curry with Rice, en Bottle Beach, Koh Phangan.

18 hs. sin pasaportes en la dictadura de Myanmar.

05/11/2011 § Deja un comentario

Cruzando el Rolo (Puente).

Mapa Mae Sai, Tailandia, y Tachileik, Myanmar.

Cuando tu goce de legalidad en el sudeste asiático depende de la destreza de un “my friend motoquero” para esquivar transeúntes a altas velocidades (léase autos, buses, motos, perros, carritos, niños, puestos ambulantes y gente, entre otros) con el fin de llegar en cuestión de minutos a un puente en cuya otra punta te espera un régimen dictatorial, la tiranía de un país mucho más subdesarrollado que Tailandia, se te llena el culo de preguntas.

¿Qué locura estoy haciendo? ¿No era más simple ir al aeropuerto y olvidarse de “el visado heroico”? ¿Habré limado en mandarme solo a Myanmar? ¿Serán amables los lugareños? ¿O se parecerán más a las típicas aves de rapiña con sed de trapisondas que suelen infestar los pueblos de frontera? ¿Y los milicos? ¿Habrá alguien que hable o entienda algo de inglés? ¿Conseguiremos lugar dónde pasar la noche? ¿Y uno que no sea la calle? Ya que la saqué a pasear por toda Asia, ¿por qué carajo no me traje también acá la bolsa de dormir?

Pueblito rutero. Norte de Tailandia camino a la frontera.

En la estación de colectivos de Chiang Mai había conocido a Kyle, un estadounidense que estaba en las mismas condiciones visísticas que yo y que a partir de entonces y por unos días sería mi nuevo compañero de viaje. Juntos y bien rápido, gracias a una primera experiencia Myanmaresa de lo más rara, empezamos a obtener las respuestas a todos nuestros interrogantes.

Kyle y Chang, una dupla explosiva.

En ésta lo vemos regateando.

En la puerta de la habitación, justo en frente de Tailandia.

Habiendo superado las oficinas fronterizas tailandesas, sobre el otro lado del puente orientales marmolados nos hacen entrar a un cuartito frío y oscuro revestido en durlock: el gabinete de los milicos que nos sellarían la entrada al país vecino no se diferenciaba mucho del puesto gendarme que una vez visité en la entrada a Esquel, en el sur de Argentina. Hago entrega de mi pasaporte argentino a un tipo parco y serio, cercano al metro noventa, de ojos achinados, piel casi morena y disfrazado de militar, que ni bien lo recibe cambia abruptamente el semblante. Una sonrisa se apodera de su cara y su lengua empieza a bailotear mientras improvisa un monólogo sobre Messi. La mitad de su inglés era incomprensible, pero le decimos a todo que sí, que todo muy lindo. Acto seguido, cajonea nuestros pasaportes y a cambio nos da una tarjeta poco más que pedorra, con una foto digitalizada sobre un cartón que también lleva impresos nuestros nombres. Aunque parezca mentira, así da por finalizado el tramiterío, aunque no sin antes aclararnos que cuando saliéramos del país nos devolvería nuestros documentos originales y recalcando, ante nuestras miradas atónitas, que no había de qué preocuparse, que ahí iban a estar seguros. Estupefactos, y con pocas ganas de que nos despacharan sin nuestros pasaportes, le preguntamos qué pasaría si quisiéramos recorrer el país y salir por otro puesto fronterizo: “muy fácil, no pueden”.

Identificados.

Chan.

y como diría Nico Roseeeeeeeeeeeeello: "chara ra ra ran!"

Sin pasaportes, pero bienvenidos.

Empezando nuestra estadía en Myanmar de esta manera, todo pintaba raro. Nos metimos en un país regido por una dictadura, en donde nadie habla casi nada de inglés, sin nosotros saber descifrar siquiera un gesto myanmarés, sin pasaportes, sin lonely planet y sin ni la más puta idea de dónde ir. Para colmo, como es costumbre en pagos asiáticos, no pasaron más de 30 segundos desde que salimos del gabinete antes de que se nos adosara un “my friendcito” que, ilusionado con recibir algo a cambio, se empecinó con acompañarnos a donde fuéramos, a pesar de que ninguno de los tres sabía dónde quedaba eso.

El de la izquierda es "el myfriendcito". (Sí, ya sé, una alta foto...)

Señas mediante fuimos alcanzando un entendiendo que llegó a un pico de hasta casi un gesto inequívoco por cada litro de saliva infértil. En ese interín, llegamos a este hostel.

Guest House, pero no están invitados!

El lugar parecía un oasis. Un cartel mitad en myanmarés mitad en inglés («Guest house») y una señora detrás del escritorio que hablaba inglés mejor que Anamá Ferreyra castellano, encendieron nuestras ilusiones. Pero como dije antes, era sólo un oasis. Los empleados eran harto duchos en la lengua sajona, pero el gobierno no les permitía alojar extranjeros. Tal vez, justamente, porque la hablaban demasiado bien ante los ojos de un régimen dictatorial. Tan rápido como llegamos, nos mandaron a mudar.

Esto creo que era algo así como un video club.

No apoyarás.

Sí buchonearás.

Desvanecido el espejismo, nos toca seguir pateando la oscuridad de calles de tierra bordeadas por zanjas inmundas cuyas aguas hacen las veces de recolector de basura. El olor es terrible y la fauna que las habita abarca todo tipo de especímenes, siendo cucarachas y ratas las estrellas de la noche. Después de recorrer (casi) toda la ciudad sin mapa (al parecer por estos lados del mundo no conocen los mapas: no los tienen cuando se los pedís y no se ubican en su propia ciudad cuando se los mostrás) llegamos a un hostel relativamente barato y lo más importante, con una habitación vacía, dos camas, baño y colchones tan duros que le agregan un asterisco a mi usual afirmación de que los colchones me gustan duros. Después de la larga caminata y varias “guest houses” llenas (por “guest house” en este pueblito de Myanmar entiéndase un sucucho con dos colchones, sin luz natural ni ventilación alguna, y muchas veces hasta sin llave ni candado), pernoctaríamos a 300 metros del puente, inmersos en un barrio que vive de sus mercados callejeros (como mucho pueblo fronterizo) y durmiendo sobre el río. Si me caigo de la cama, chapuzón y Tailandia.

Basura en la calle I.

Basura en la calle II (versión zanja putrefacta).

Instalaciones eléctricas polémicas por todos lados y al alcance de la mano. La iluminación en las calles era un cable cruzado del cual colgaba un foco o tubo fluorescente.

Contacto.

Una vez dejadas nuestras cosas en nuestro nuevo hogar, salimos a por otra caminata y, lo más importante, en busca de algo para comer después de un largo día de buses tailandeses y trámites. Enseguida encontramos un lugar de lo más extraño cuya principal característica no sé si era que todos nos sentábamos en las mismas sillitas que cuando íbamos al jardín de infantes o que tenían 3 LCDs de 40 pulgadas separados por 2 metros entre cada uno y con diferentes programaciones: el primero pasaba fútbol inglés (Man United vs Chelsea), el que le seguía miceláneas y el último videos musicales. La audiencia estaba compuesta 100% por hombres y todos miraban el partido de fútbol desde sus sillitas plásticas coloridas, pero el único LCD con volumen era el de los videos musicales. El dato de color y bizarro es que lo que sonaba eran melodías occidentales con letras raperas myanmaresas. Con los fervientes seguidores de TrancaroLa por el muNdo en mente, tuvimos el buen tino de pedirle a una de las camareras que nos anotara en una servilleta la traducción del rapeo myanmarés sobre la melodía de Celine Dion. El mismo buen tino del cual carecí cuando perdí la susodicha. (Es decir, no hay traducción, ni foto).

Reposando en los "colchones".

TrancaroLeo matiNal.

El bar-jardín de infantes.

Banqueteando.

Terminada la velada cenística, era hora de deambular por el pueblo. Como es de imaginar, un pueblito fronterizo entre Tailandia y Myanmar ya entrada la noche no es precisamente lo que uno se atrevería a calificar como “La joda loca”, pero algo hicimos. Empezamos con partidos de pool y cerveza al lado del puente. Cuando salimos después de un par de negras adentro, ya algo entonados por cierto, una melodía siniestra que de lejos llegaba a susurrarnos al oído haríanos girar la cabeza hacia aquello que alguna vez sospechamos y que hubiéramos preferido no develar: nuestros pasaportes corrían serio peligro. Ahí nomás, a unos 30 o 40 metros horizontales y pongámosle otros 10 verticales, divisamos a través de la ventana del gabinete militar del puente, entre luces de colores, botellas de formatos varios y un importante algarabío, enfiestados, bailando, saltando y sobre todo bastante alcoholizados, en fin, cachondeando, a los mismos gendarmes que hacía un par de horas nos habían dicho “sleep with no blanket, daddy”.

Poolacho.

Ésta es la terraza del hotel arriba de la loma, mucho no se ve en la foto...

Moda. Otro bar con sillitas, esta vez de salita de 4 (amarillas).

Risas mediante nos fuimos a tomar un poco más de birra a un hotel arriba de la montaña, nos clavamos luego en un puestito callejero el primer “Banana Rotti” del viaje (un alto postre que próximamente y con video de su cocción incluido estará inaugurando la nueva sección “Gastronómicas” de TrancaroLa poR el muNdo) y con la panza llena, derecho al sobre.

Esto es un Banana Rotti y en breve subo el video de su cocción.

Al día siguiente bien temprano nos mandamos a ver el pueblo de día y a visitar sus templos. La Tachileik Shwedagon Pagoda es la más importante, se encuentra arriba de una loma y lo que más me quedó grabado de ella es cómo me indigné al ver como myanmareses vendían la libertad de pájaros que ellos mismos habían enjaulado, cambiándola ahora por dinero con el estúpido pretexto de que a quien los dejara en libertad se le cumpliría un deseo por pájaro.

La pagoda en la cima de la montaña.

Kyle y Buddha

Esta campana había que golpearla 9 veces y liberabas la mala energía.

Había nueve de éstos alrededor de la torre, cada uno representando a un animal distinto.

En éste, la serpiente.

Otro templo y los mini-monjes limpiando.

Así pasó nuestra aventura myanmaresa. Pocas horas y mucha caminata, tan solo en un pueblo de frontera. Nada que nos pueda hablar en profundidad de la cultura del país o de su gente, pero sí un vistazo fugaz y superficial que nos cuenta cuánto más pobre y subdesarrollado es con respecto a su vecino tailandés. Tanto, por ejemplo, que en éste pueblito de frontera si querés pagar con moneda local, no te la aceptan, te piden el Baht tailandés en cambio.

Divisas varias.

El desayuno en el bar-salita de 4. Notar el detalle de los puchos.

Una de las calles aledañas.

El mercado en nuestro barrio.

En todo el sudeste asiático mantenían insignias y decoración sobre navidad y año nuevo, a pesar de ser ya febrero o marzo.

Una de misceláneas.

18 hs. más tarde de haber entrado, me fui de Myanmar sabiendo cómo decir gracias («Jae Zu Din Pa De») y con 15 nuevos días de estadía en mi amada Tailandia.

Myanmar-Tailandia, y en el medio, río y basura.

Más mercado, la estrella del pueblo.

La procesión de un qué se yo (Mae Sai, Tailandia).

Devolución de pasaporte y sellado de nueva visa para Tailandia.

Y el bus de vuelta a Chiang Mai, en donde me esperan Os Pibes!

El fin de mi legalidad en Tailandia.

27/10/2011 § Deja un comentario

Burocráticas al por mayor.

De Bangkok a Mae Sai, vía Chiang Mai.

El día que se fueron Gabo y Luquitas, y después de bastante tiempo, me desayuné de qué día era: un poco antes de lo esperado, llegó el 1 de marzo. Mi vida en el sudeste asiático podría haber seguido por mucho tiempo sin tener ni idea del mismo, salvo por un pequeño detalle: al día siguiente, el 2, expiraba mi visa y con ella el goce de mi legalidad en Tailandia. Ante semejante nueva, siendo las 14hs. y con pasaje ya comprado para salir a las 18hs. desde Bangkok a Chiang Mai, en el norte de Tailandia, sólo tenía dos posibilidades: intentar renovar mi visa en menos de cuatro horas o hacerlo una vez llegado a Chiang Mai. La primera era una locura, no existían posibilidades físicas, psíquicas, ni tiempísticas de lograrlo. Como cuando le pegás de puntín para que suba el cordón del otro lado de la calle, pateé la piedra para Chiang Mai.

Tristeza, tras la ida de dos grandes amigos.

Seis de mis últimas 24 horas de legalidad en Tailandia ya se habían esfumado cuando pisamos la ciudad norteña, ex capital del país. Me quedaban 18, pero estaba arruinado. Los dos días anteriores y sus respectivas noches me habían dejado un saldo positivo de sólo 6 hs de sueño entre los dos y una alta densidad de alcohol en sangre, así que a pesar de haber dormido 12 hs de corrido en el colectivo (salvo por las 4 o 5 veces que el «my friend» acompañante del chofer me despertó sin razón alguna) seguía devastado. Apenas conseguimos nuestros nuevos hogares, nos tiramos a dormir.

Cabar y el saldo de dos largas noches Bankokianas.

Lu en Bangkok, con heridas de guerra de cuando se llevó puesto el cartel en Koh Phangan. Genia.

El despertador sonó a las 10 am. Rápido, me mandé al hostel de al lado a averiguar cómo renovar mi visa y, obviamente, como cada vez que se trata de una de estas burocráticas, ya era bastante tarde.

Otra vez dos posibilidades: mandarme al aeropuerto de Chiang Mai y renovarla por 7 días a cambio de 1900 Baht (más otros 160 por la ida y vuelta en tuc tuc) o hacer la heroica. La del aeropuerto era bastante cara y me obligaba a dejar Tailandia dentro de los próximos 7 días. La heroica era la heroica. Así que agarré mi mocha de mano, metí busito y babuchas y con eso y mis pasaportes me abalancé sobre el primer tuctuquero que vi. A cambio de la mitad de la plata que me pedía me llevó hasta la terminal de bondis, siempre acosado por un incesante pedido de más y más velocidad.

Tuc Tuc rumbo a la estación de Chiang Mai.

Ya tenía 60 Baht menos. Otros 165 me salió la ida a Mae Sai, pueblo limítrofe bien al norte. Y a la merma de liquidez se le sumó un nuevo problema: increíblemente, por lo menos para mí y mi nuevo amigo Kyle (un yankee californiano que viaja por el mundo y con quien compartí toda esta aventura después de conocerlo en mis mismas condiciones visísticas mientras hacía la fila de la estación de bondis), el paso fronterizo cerraba a las 18hs. No sé si viví 26 años en una nube de flatulencias friendly o qué, pero la verdad es que hasta hoy no me había imaginado que la frontera de un país a otro podía llegar a cerrar a las seis de la tarde, cuando para algunos, recién empieza el día.

Kyle, uno de los pocos yankees que no le dicen "América" a Estados Unidos.

Después de cuatro horas y media de curvas y contracurvas en subida y bajada, y con trece minutos de sobra, nos bajamos del bondi a tan sólo 5 km del puente más norteño de Tailandia, el mismo que me separaba de mis nuevos 90 días de visa. Del otro lado, la dictadura de Myanmar.

De izquierda a derecha: Myanmar, Tailandia.

Al grito de «Jerónimooooo» nos subimos a dos scooters que hicieron las veces de taxis hasta el puente fronterizo. De todas la maneras que se me pasaron por la cabeza, desde «faster, faster» hasta «like The Roadrunner please!» (sic sic), le pedí a mi motoquero que se apurara. Mi dedo, haciendo las veces de aguja marcaba el 120 del velocímetro, pero ésta nunca pasó de 80. Quedarnos de éste lado era la ruina, el fracaso. Adrenalina de aventura hacia lo desconocido devenida en un agónico y sumiso hundimiento en la turbia ilegalidad de un pueblo fronterizo, fantasma, de Tailandia.

Raude y velozmente...

...tampoco tan velozmente.

Pasaron 9 minutos, nos quedaban 4. A 240 segundos del meter la cola entre las patas, llegamos al puesto. Pasaportes de acá, identificaciones de allá, tarjetas de salida de Tailandia que después de 15 días no aparecían, documentos varios desparramados por el piso, policías que hablaban casi seis palabras de inglés, confusión que va confusión que viene, superamos el lado tailandés de la frontera, yo como un duque y Kyle sin que le cobraran los 2500 Baht (un poco más de U$S 90) de multa que le correspondían por haber vivido 5 días de ilegal.

Adiós por un día Tailandia, te voy a extrañar.

Un mercado callejero de Myanmar, desde arriba del puente.

Los resabios de una última noche de acción en Bangkok.

30/08/2011 § Deja un comentario

Una noche de acción...

TrancaroLa poR el muNdo empieza a destapar las fotos que ilustran la turbia, oscura y desencajada vida de Luciana en Asia. Fotos que con su permiso vas a ver única, pura y exclusivamente, en TrancaroLa poR el muNdo. Empezamos con las «light».

...la curtia era de antes.

Pensamientos que te dejan pensando.

04/08/2011 § 2 comentarios

Buddha, que de TrancaroLeo se la sabe lunga.

Una vez le preguntaron a Buddha qué es lo que a él más le sorprendía de la humanidad, y respondió:

«Los hombres, que pierden la salud para juntar dinero, y luego pierden el dinero para recuperar la salud y por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente de tal forma, que acaban por no vivir ni el presente ni el futuro, viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubiesen vivido».

**

«Un hombre puede creer o no creer, eso es cosa suya, porque es su propia vida lo que arriesga. Por la fe, la incredulidad, el amor, la inteligencia. Y no hay sobre la tierra, otra verdad más grande para el espíritu humano que esta gloriosa y humilde condición: el hombre arriesga su propia vida cada vez que elige, y eso lo hace libre». M.G.

**

James: “Dude, you never stop working, you love working.
Andi: “I love traveling, and have big dreams regarding to that…”

(London, 2011)

**

Bangkok II: Se separan las comisiones.

31/07/2011 § Deja un comentario

El equipo formaba con: Cabar, Ó Pibe, Lu, Gabito y Luquitas.

Después de 15 días de descontrol asiático, Gabo y Luquitas se vuelven a Buenos Aires.

Con Kipe, el 6to de la comisión asiática en koh Phangan y Koh Lanta.

Un dúo explosivo.

Una de fiesta en Long Beach, Koh Lanta.

Como despedida es un momento triste del viaje, pero si no nos agrada en lo más mínimo separarnos es justamente por lo bien que congeniamos compartiendo tantos momentos únicos de nuestras vidas que seguramente recordaremos con alegría y bocha en mano en alguna plaza de barrio mientras Luciana se teje algo bajo la sombra de un Jacarandá.

Hasta las combis enfiestamos.

Con Guille, Marianne y la amiga de Eva y Eva.

Gabo a pocos segundos de la inmersión.

TrancaroLa poR el muNdo, también en un barquito con el motor roto rumbo a Koh Haa.

SÍ, TRANCAROLEANDO!

Juntos motocicleamos Koh Phangan y varias de sus playas, enfiestamos como pocos la Full Moon Party, trancaroleamos después cada fiesta en la Chill Out House y el Somewhere Else de Koh Lanta, hicimos snorkeling y buceo en Koh Haa, la paradisíaca islita desierte en el Mar de Andamán, descubrimos los recovecos del Chatuchak Market y descontrolamos la noche de Bangkok .

Chill Out House, Koh Lanta.

Dolores Gabeiro (?)

"Y así fue como, plin."

Una de Ó Pibe.

Elena no, Elena no...

Indescriptible la sensación de encontrarte con uno de tus mejores amigos del otro lado del mundo para compartir aventuras exóticas después de mes y medio de uno en Buenos Aires y otros en Nueva Zelanda, y una de las cosas más lindas del viaje haber conocido a Luquitas, el primo de Gabo, con quien no paramos de reírnos y hacernos amigos cada día más.

La previa de la Full Moon!

Cabarpintado

Más Plastipinturistas.

Gabo y la que no era Guada (que tampoco era Guada).

A partir de acá, seríamos Cabar, Lu y yo, en busca de nuevos destinos y nuevas aventuras, que por cierto llegaron a puntos inimaginados y que en breve, a continuación de este post, vas a poder disfrutar en TrancaroLa poR el muNdo, el blog que cuenta cómo un puñado de cretinos se animó a hacer el viaje que vos siempre soñaste y cuyas historias ojalá funcionen como un pequeño empujoncito para que alguna vez lo puedas hacer.

Ospi, rumbo a Koh Haa.

Jaja Luciana, te zarpás!

Ésta para vos Gabo!

Veo las fotos y quiero volver yaaaaaaaa!

Genio!

INÉDITO: TrancaroLa recoRds publica las imágenes prohibidas y jamás antes vistas sobre el backstage del hitazo TrancaroLenSe.

30/07/2011 § 1 comentario

Bruninguis Pinguis, en charango y guitarras.

Las imagenes prohibidas del backtage de la grabación del nuevo hitazo de TrancaroLa poR el muNdo.
Según lo que sería una data fehaciente que podría haberme llegado en un sobre, Os Pibes se habrían juntado una primera vez para grabar el tema con micrófonos, mixers y demás chiches, pero parecería alguna que otra complicación inesperada habría llevádolos a abandonar la misión y optar por regalarme un alto video «ao vivo», uno de ésos que no te harían sino que te hacen caer de culo.
GRACIAS MILES.

Gallina y PIRATA jua! (y piragna!)

Magic Welcomed!

Kiu Bi, capo di la cuchina italiana.

En Pueyrredoón y Cubero (Honorio y Honorato) a Ó Pibe. Merci!

ROCKANROLENENENENENEN! Eso que tienen Os Pibes.

Comision du análisis.

Gabitooooo! ( y Juan Carlos -Mustacchio-)

En producción.

Tiernos, carismáticos, risueños y compradores, otras de las tantas características de Os Pibes.

Cabaruuuuuuuulo!

Y sanos... ja

Las risas de fondo del video son lo más! Los quiero!

Cantalo cantalo Brunitoo!

Quiero más hitazos para TrancaroLa recoRds!

Y la última.

El alto regalo de Os Pibes para mi cumple!

28/07/2011 § 3 comentarios

Gatoooooooooooooooooooos!! Acabo de ver el video!! Increíble! Fantástico! Conmovedor! E inigualable!!

Gracias de corazón! Los quiero mucho!! Son lo que más extraño de Buenos Aires (perdón ma!), no me lo esperaba pero no me sorprende de ustedes!! Tan importantes son los amigos en la vida, y aunque muchos crean que sus amigos son lo más, es obvio que no hay como ustedes!! Los quiero!! Los extraño! Y me hacen feliz cada día! No les quepa dudas que por culpa y gracias a ustedes algún día voy a volver!

Gracias por el hitazo, la magia, el amor, lo que nos une y esta emoción!
Besos!!
OP.
En  las voces> Bruno Sala, Alejandro Cadranel, Agustín Cubero  y Gabriel Bitterman.
En la guitarra> Bruninguis Pinguis
En el pian0> Gabo Gabito
En el cajón peruano> Barulians Rulians
Presentación y cámara> Kiu Bi
En breve, las imágenes nunca antes vistas del backstage…

Personajes de viaje II: «El Dude»

25/07/2011 § Deja un comentario

Su remera lo delata.

Estaba a punto de ponerme a filosofar barato acerca de cómo El Dude llegó a Os Pibes, hasta que vi sus fotos y me despabilé de que mucho análisis no hace falta para dar una idea de lo gracioso y divertido que este tipo rubio de pelos largos y casi dos metros de envergadura puede llegar a ser.

Rotos?

Ocurrente.

El primero en tener el gusto fue Cabar, birra en mano, mientras esperaba encontrarse con Gabo y Luquitas en Khao San Road después de un largo trajín desde Auckland a Bangkok. Como los chicos no llegaban no tuvo mejor idea que sentarse en un bar a combatir con unas frescas el sofocante calor asiático. Enhorabuena Cabar!

Claro que sí! Comisión du análisis piragna!

Un tipo tierno el Dude.

Anders Lihmé, nacido en tierras de la Reina Isabel pero instalado en las temperaturas tropicales de Bangkok, bajo el seudónimo de “El Dude” y con una remera que así lo acredita, compartiría muchas otras innumerables cervezas con Os Pibes. Claro, fueron noches de fiesta, alboroto, extravagancias  algarabía y excesos las que vivimos con El Dude.

Rotos? (II)

Dicen los lugareños que a pesar de que luego de la partida de Os Pibes a esa cabellera blonda que asoma por sobre la muchedumbre ya no se la ha visto flamear con la misma cadencia, al hacerlo denota su auguriosa esperanza de volver a encontrarse pronto, detrás de una barra, gastando las pistas, riendo jocoso o intercambiando unos buckets, con este puñado de amigos.

El Dude y lo muchacho. (Y la cara de Luciana????)

Mientras tanto, diseminados por el mundo, sus compañeros de andanzas añoran los tiempos en que perdidos entre el gentío no importaba cuánto se hubieran mamado, el sólo levantar la mirada les era suficiente para divisar en lo alto a El Dude enseñándoles el camino.

Dos metros de pura magia, también en las pistas!

ALTA (y baja) FOTO! EL DUDE y luciana.

FELIZ DÍA GATOS!

22/07/2011 § 2 comentarios

YEAH!

Los quiero y los extraño! Espero encontrarnos pronto, allá, acá, o vaya uno a saber dónde! Mientras tanto, los llevo en mi corazón!

De jóvenes...

 

Con Luquitas y Lu!

Y una con Walter que habla de todo su maléfico ser.

 

Fresca nou mor: Menorca.

08/07/2011 § 3 comentarios

Hace ya casi un mes que llegué a Inglaterra.

Antes de encarar para estos pagos hice uso de mi Pequeño Larousse Ilustrado, versión Bolsillo. Como sospechaba, chequear su división “Mapas” me confirmó que al dejar suelo neozelandés se me venía el veranito. Abandoné entonces, entre otros y por ejemplo, los calzones largos. ¿Para qué cargarlos?

Mapa temperaturístico. Símil al de mi Pequeño Larousse.

Hoy puedo decir que mi pequeño amigo me dejó de garpe. La temporada estival está en auge, pero de qué me sirve que mi libro de cabecera me provea de esa data si al hacerlo omite el color de que el verano que yo conozco poco tiene que ver con este “summer” que a todos les roba un “yeah, mate, fufking English weather, you know?”

Falluto.

Hace ya casi un mes que llegué a Inglaterra, y no tengo mis calzones largos.

Desde entonces, el impermeable se ha transformado en mi prenda favorita, y con lo que me gustan los cortos. De hecho, si hiciéramos un diagrama de Venn, diríamos que A Є CyB mientras que el conjunto LyR permanece vacío y RH Є N, siendo:

Rolo.


A = Andi
CyB = Cortos y Remera
LyR = Largos y Buzo
RH = Rolando Hanglin
N = Nudistas

Cuando me sea otorgado el puesto y galardón de Primerísimo Editor en Jefe del PequeÑo TrancaroLa iLustRado, no me quedan dudas de que la ilustración correspondiente al anterior diagrama de Venn, de mis propios puño y letra (y que ya tengo lista -pero me falta la cámara de fotos-), va a ser una de las tantas que hagan, de lo que podría ser otro libro pedorro, un Best Seller.

Mientras tanto, le hago pito catalán a mi Pequeño Larousse y me voy con mi tío y primo favoritos a Menorca.

Gafas y bronceador en mano, a laburar se ha dicho!

Una de las playas más o menos en Menorca.

De A a B con escalas en el Sudeste Asiático.

01/07/2011 § 2 comentarios

Luquitas somnoliento.

Luciana, somnolienta.

Parece ser un axioma, como me decía Gallego, la profesora de matemáticas de 3er año cada vez que me mandaba “por axioma” a sentarme atrás de todo y contra las ventanas para que no molestara -sí, justo ahí adonde ella menos poder podía ejercer, para que yo no molestara (?)- que trasladarse de un lado a otro dentro del Sudeste Asiático es una vivencia que se aproxima más a una odisea que a un simple subir-viajar-bajar, una de la cual empezás a sospechar cuando luego de desembolsar tu efectivo recibís, en lugar de un ticket, un papelito autoadhesivo que te estropea la remera a la altura de la tetilla pero cuyo código lapicerísticamente encriptado de dos o tres letras sobre fondo chillón, como ser “PHI” sobre amarillo flúo o “LAN” sobre magenta, le indica al My Friend* de turno que sos de los que van o bien a Koh Phi Phi o en su defecto a Koh Lanta, destino que sin importar cuál de los dos sea llegarás mucho más tarde y fatigado de lo que te imaginás, ya que luego de que te pasa a buscar un primer My Friend con quien a pata recolectás, cuadra tras cuadra, guest house tras guest house, a todos los otros que compraron su adhesivo colorinche en la misma “agencia” que vos, sentís con sorpresa cómo tu cara se transforma al ver que ya habiéndote caminado todo el centro con la mocha a cuestas bajo el sol Tailandés (que dicho sea de paso es de los insistentes, ésos que si te quieren clavar sus rayos UV te los van a clavar aunque tengas a tu vieja con un frasco de pantalla 50 en la mochila, primo hermano de la nube de lluvia que te sigue a todos lados) lejos de llegar a un bondi larga distancia te empezás a amontonar como podés entre mochileros y mochilas que rebalsan de la caja de un tuc-tuc que al poco rato frena en un barcito (con cuyo dueño seguramente va a comisión) para que antes de seguir te refresques con alguna bebida sobremarcada tan sólo en unos módicos Baht y así estés preparado para afrontar lo que podría ser el último tramo del viaje pero que consiste únicamente en el trayecto que hacés en mini-bus que aunque suena más lindo y confortable que «tuc-tuc», no sólo es menos pintoresco sino que muchas veces logra ser más agónico, sobre todo cuando sientan a 6 en la fila de 4, a 7 en la de 3, a 3 en la de 3, quienes deben encargarse de acobijar a otros 3 a “upa”, y a los 2 que sobran en una banquetita de plástico (tipo las del Easy, ésas que según el diccionario de puteadas de la revista Barcelona, lectura recomendable si las hay, “son una mierda”) a la cual se le van de a poquito doblando las patas y que si sus ocupantes están en un día de suerte llega entera hasta un bondi de los que tienen ventanas que no se abren porque de hacerlo se desperdiciaría el aire acondicionado (que esta vez no anda o lo hace pero sólo en el modo “símil calefacción” siendo prenderlo lo mismo o peor que nada) y que transpirado y pegajoso te deja en la vereda por la que pasa otro tuc-tuc cuyo ocupantesequipaje te hacen experimentar lo que una hormiga acarreando un pastito a través de centímetros de sendero carduliento y en subida, y que si en algún momento tenés tantos dolores o incomodidades que empezás a olvidártelos, es ahí cuando llegás, no a destino, sino a un ferry que te los trae a la memoria poniéndote ahí nomás, frente a frente y a un estirar de brazo (y un par de metros más) del tan ansiado y refrescante mar verde turquesa que como no medís 3 metros ni sos El Inspector Gadjet todavía no podrás disfrutar a través de la baranda, y mucho menos cuando del otro lado del estrecho dejes atrás el espejismo de satisfacción al bajar del ferry y subir a los próximos kilómetros de incinerarse sobre 4 ruedas que te separan de “Phi”, o de “Lan”, o de donde sea que hubiera dicho ese papelucho de colores que ya no está en tu remera riéndose de cómo atrofiado, transpirando, mirando cuánto falta, ansioso e incrédulo viajás hasta tu próximo destino en Tailandia de la misma manera que lo hacés desde el principio hasta el final de un texto que cuenta esa mismísima sensación en 52 renglones con 768 palabras y un solo punto.

*MY FRIEND: concepto angloasiático que refiere a todo tailandés, ¿laosiano?, camboyano o vietnamita, sea masculino o femenino él o ella, que al recurrir a su exiguo idiolecto inglés para llamar la atención del viajero se le dirige, vehemente, con el grito de: “My friend”, “My friend”, y que por Principio de Acción Reacción** queda apodado como tal.

** Newton Para Principiantes, Ediciones Colihue, 2011.

Uno de los tantos My Friend. (Pronto se vienen los demás con sección propia y todo...)

Gabo y la balsa que nos cruzó a Koh Lanta.

Esto creo que es el famoso y conocido tándem asiático "Van-Balsa" (primo hermano de Van Persie). Camino a Koh Lanta.

Tuc-tuc número dos camino a Koh Lanta.

En total, de Koh Phangan a Koh Lanta, nos tomamos: un tuc-tuc, un ferry, otro tuc-tuc, un bondi, otro tuc-tuc, una mini van, balsa con mini van encima, y después mini van a secas. Así quedó Luquitas.

Slow boat bajando por el Mekong desde cerca de Pai, Tailandia, a Luang Prabang, Laos.

Una de las caminatas en Laos, después de las 4000 islas y camino a la frontera con Camboya.

Y así quedó cabar, en el slow boat camino al pueblito del opio...

PD. Gabo, Luquitas y Cab, me está faltando una foto clave que es la de los stickers encriptados! (y si encuentran la de los miles de stickeers en las paredes de los baños sería un golazo!)

PD2. Hay recompensa.

INCÓGNITA

26/06/2011 § Deja un comentario

Uno de esos dilemas que te quitan el sueño...

SPONSOR OFICIAL

26/06/2011 § Deja un comentario

Claro que sí.

 

PECHOFRIÉS.

 

«(Do not do) Baby on board»

25/06/2011 § Deja un comentario

Prohibido comer la fruta del mal olor, prohibido escabiar, prohibido Don Diego de la Vega, prohibido copular, prohibido Bin Laden y ¿prohibido meterle los cuernos a tu jermu/marido?

¿A quién no le ha pasado subirse a un taxi en Buenos Aires y que un tipo panzón, oloriento y desalineado que mordisquea un escarbadientes mientras no se putea con los colectiveros le narre compenetrado, con lujo de detalles y sin que nadie le pregunte cómo un día a eso de las 2 de la tarde y en pleno centro levantó «a la rubia más yegua de la ciudad que como dio la casualidad de que no encontraba plata le ofreció pagarle de otra menera en el asiento de atrás»?

Bueno, si te pasa en Tailandia no te vas a preguntar si vos sos el tipo más infeliz del mundo o si ese viejo verde te está mintiendo. Menesteres de esa calaña en los taxis tailandeses no pueden pasar. Por lo menos no de ésa.

Bangkok (Parte 1)

24/06/2011 § 4 comentarios

12 horas de laburo en un micro. Argentina 0 - Holanda 1

Khaosan Road

Si hay un lugar que se opone a todos los otros paradisíacos por los cuales habíamos vagado durante casi dos semanas desde nuestra llegada a Tailandia, ése es Bangkok. Y de uno a otro, sin escalas, hacia allá fuimos.

Descontrol y ausencia de planificación. Dos que reinan en el sudeste asiático.

Uno TrancaroLeaNdo.

Tuc-tucs, peatones, carteles, olores, comercios, turistas, autos, puestitos, gatos, colectivos, estafas, curiosos, ruidos, regateos, motos, masajistas y masajeados, mugre, vendedores ambulantes, chucherías, perros, oportunidades, etcéteras, transeúntes, mendigos y ratas se amontanchocanrefriegan unos contra otros mientras viven y conviven en un mismo lugar, ése en donde pasa casi todo lo que pasa en Bangkok: la calle.

Bondi al Chatuchack Market.

Chao Phraya River.

Estudiar en el subte a último momento, un clásico. En el barco, no tan clásico.

Y si Bangkok es el lugar donde todo esto sucede, su punto más icónico es Khao San Road, una de las calles céntricas de esta gigantesca urbe cosmopolita de más de seis millones de habitantes. Por ella desfilan turistas y mochileros y, a lo largo y ancho de sus pocas cuadras, no dejan títere con cabeza los oportunistas que de una u otra manera intentan sacarles (honestamente) algo de plata. Khaosan es el centro de la vertiginosa vida diurna y nocturna de Bangkok. Cualquier cosa que uno quiera la puede encontrar en alguno de sus locales o puestos callejeros y, como decía Gabo, en el Sudeste Asiático, siempre que tenés una necesidad hay alguien dispuesto a satisfacértela.

Tuuuuuu tuuuuuu tuuuuuu tuuuuuu tuuuuuc-tuc.

Emily, Ó Pibe, Lu.

Vos de qué querés?

Entre los rubros más comunes, sobre la vereda se encuentran casas y puestos que venden ropa (U$S3 una remera y de ahí para arriba), locales de chucherías (todas las imaginadas y por imaginar), bares y pubs, agencias de viajes y algunos hostels y hoteles; más abajo, sobre la calle (que admite el paso de autos pero es «casi peatonal» ya que pasar en auto por ahí te puede tardar más que recorrer todo bangkok a pie) aparecen puestos de comida tailandesa, otros que preparan kebabs, los de banana rottis (muy próximamente con video ao vivo mostrando el proceder para su cocción en la seccion «Gastronómicas»), los que venden ropa, algunos con pinturas y artesanías, ofertas con los mejores compilados en CDs y DVDs truchos, libros usados y hasta completísimos stands con millares de diferentes tipos de documentación oficial, pero trucha (por ej, registros de conducir U$S5); y por último, pateando la calle, vendedores ambulantes: estos son los que más me llamaron la atención, ya que tratándose claramente de la gente más necesitada muchas veces vendía cosas que no entraba en la cabeza de nadie que alguien las pudiese comprar (como gorros horribles multicolores y llenos de plumas, o una especie de lanzador que tiraba algo así como una hélice de helicóptero hacia el cielo y que muchas veces terminaba en manos de alguno que refunfuniando la sacaba de su plato de Pad Thai).

La salada un poroto.

Miceláneas varias.

Puestitos de comida en el Chatuchuck Market.

Nuestra estadía en Bangkok fue (creo) de dos noches y tres días. Estábamos de paso porque sabíamos que antes de volver, fuera a BsAs o a Nueva Zelanda, íbamos a tener que volver a pasar por ahí.

Como las postales las ve algo sosas, Luquitas decidió hacerse de una porno en cada país. Las disfrutamos todos.

Cada vez que entrás a algún lado, te tenés que sacar el calzado.

Aroma tropical.

El primer día fuimos al Chatuchack Weekend Market y nos la pasamos todo el día ahí. Y nos quedamos cortos. Claro, porque varios días son necesarios si querés recorrer los alrededor de 5000 locales que se esparcen (o amontonan) dentro del kilómetro cuadrado que tiene el predio. Adentro, encontrás de todo. Desde souvenirs tipo llaveros o pulseras de hilo hasta sables, bicicletas y artículos religiosos, pasando por telas, cerámicas, ropas, comidas, perros, peces y máquinas de cocer en forma de abrochadoras, entre otros.

Clave tener un mapa.

Souvenirs de los buenos.

Más misceláneas...

Otra de olores.

El segundo, mientras Gabo y Lucas se quedaron llenando sus dos valijas de compras Lu, Cabar y yo fuimos a visitar lo que desde el siglo XVIII y hasta mediados del XX sirvió como residencia y centro de gobierno del Rey de turno de Tailandia: El Gran Palacio. El mismo ocupa un área de 218.400 metros cuadrados y alberga en su interior una serie de templos y palacios cuya arquitectura, ostentación, detalles y terminaciones dejan con la boca abierta a cada quien que los visita. A mediados del siglo XX, la residencia real se traslada al Palacio Chitralada quedando El Gran Palacio destinado al uso para tiruales reales y otras ceremonias como coronaciones, funerales reales, matrimonios y banquetes de estado.

Sólo una de las tantas partes de El Gran Palacio.

Cabar custodiado.

Hola Lu!

Fuiiiiirza.

Tecchios según Cabar.

Y las noches. ¿Qué decir de la noche de Bangkok, de la fiesta de una ciudad que se llena de mochileros de todas partes que viajan por el mundo con ganas de pasarla bien y conocer gente y que de repente se encuentran todos juntos en las 5 o 6 cuadras que tiene una misma calle? Bueno, en principio, decir lo poco que me acuerdo. La primera noche habremos hecho una previa y después salido a bailar. Y la segunda, igual pero con mejor final.

Los efectos del fucketbucket.

Os Pibes, El Dude, otras noruegas, no sé si anda Eva por ahí... y un par de gatos que ni idea quiénes son.

Uan veri estrong plis.

Entre los datos de color destacan que creo que ambas las pasamos con El Dude, un amigo inglés que conoció Cabar haciendo tiempo en un bar (y que pronto aparecerá en la sección «Personajes» así que ahora mucho no voy a decir), y que de la segunda recuerdo dos magic welcomed: una, que me encontré en el medio de la pista con la Noruega que había conocido en Koh Lanta, de quien no tenía nombre, ni mail, ni facebook ni nada similar como para volver a contactar, y dos, que hubo 3 que la pasaron muy pero muy bien.

Ah, y que al otro día cuando cada uno volvió de sus pagos, estábamos todos intentando recordar nuestras noches. Todas muy divertidas, ninguna como la de Luciana.

¿Qué pensabas... si clavarte otro bucket y terminar como El Dude?

Acá sí está Eva, la austríaca que hablaba argentino de lo más bien.

Luquitas, a uno que no le quiso hacer "well charged" el bucket! (De Luquitas hay fotos buenísimas pero me las guardo para su perfil).

Os Pibes y Buddha, que por otra parte, estaba TrancaroLeaNdo.

Si a los templos vas en cortos...

...podés terminar así. (U$S3 en un puestito de la puerta, una ganga! Todavía los uso de pijama).

Contrabando de huevos?

24/06/2011 § Deja un comentario

POLICÍA EFICAZ. Habrían interceptado a los malvivientes que le habrían sustraído los huevos a Las Gallinas.

Antes de retomar las andanzas Asiáticas después de un par de posts en tiempo real, necesitamos volver a ponernos en contexto. Para eso, qué mejor que una de «curiosidades» que nos muestra que en aquellos lados del mundo, todo y cualquier cosa, hasta lo más inexplicable, puede pasar.

Namber Juan

23/06/2011 § Deja un comentario

Gnocchi (abogado) de profesión, de chiquito anhelaba ser comentador de blogs.

Éste es Juan, el comentador número uno de TrancaroLa poR el muNdo.

Ya muchos lo conocen por sus «comments», yo tuve la suerte de hacerlo gracias a dos nefastos personajes: «El Pelado» y «El Borra», DTs del equipo de fútbol de la selección de la UBA. Fue hace varios años y a pesar de que él es un viejo choto (por entonces recuerdo que todavía era joven) y yo un pendejo, nos hicimos grandes amigos.

No compartimos el día a día, ni el semana a semana, pero sí grandes momentos, salidas, charlas, birras, meriendas, anécdotas, tristezas y alegrías. No nos llamamos por teléfono a cada rato, ni todo los días, ni a veces. Pero los dos sabemos que nos une algo que se comparte con poca gente, que nos hizo amigos desde el principio y que hace que estemos cada vez que uno de los dos lo necesita. A mi me gusta cómo es él, y a él le gusta como soy. Nos queremos y nos gustamos como amigos.

Fue uno de los primeros en meterse en mi mochila para acompañarme en mis andanzas y desde entonces cada vez que posteo algo me saca una sonrisa. Lo noto feliz con mi viaje y eso me da alegría.

Ayer me mandó unas líneas que me emocionaron, y esta foto hermosa. El enano lindo de la foto es Fidel, su pequeño Erbín, y con quien juntos hacen un gran equipo! Ojalá que hayas tenido un gran día del padre! =)

Y sí, me sumo a la surfeada! Si es a fin de año y en Indonesia, mucho mejor.

Te mando un beso! Y te quiero!

PICANTE

23/06/2011 § 2 comentarios

 

Un guardametas de otra categoría.

 

Se me acabó la joda!

22/06/2011 § 10 comentarios

Estoy feliz, porque hoy por primera vez en mucho tiempo, TrancaroLa poR el muNdo luce un post en tiempo real, uno que habla de lo que me pasa en este momento y no en diferido. Y para que esto sea posible tiene que haber pasado algo que me haga saltear, aunque sea por un post, 4 meses de historias increíbles que quiero contar ya.

Pero ayer se me acabó la joda: conseguí trabajo.

¿Se me acabó la joda?

Princes Club visto desde el cielo.

Sito a sólo 22 km de Londres, se encuentra el club más grande de Europa en cuanto a lo que a deportes acuáticos se refiere. Tiene 7 lagos propios: dos son canchas profesionales de ski, dos son transitados por la mejor lancha de wakeboard del mundo, otros dos son Cableparks con rampas, sliders, kickers y obstáculos, y el séptimo no sé qué onda, pero seguro que sirve por si las moscas.

Las 2 canchas de ski.

El lunes próximo pasado me confirmaron mi permiso de trabajo en Inglaterra gracias a mi amado pasaporte polaco temporario y ayer tuve la entrevista. Empiezo el lunes próximo siguiente, como instructor de wakeboard y afines.  Me llevo los chores y las havaianas. Así también como los calzones largos, dos impermeables y la remera térmica. Todavía no conseguí guantes. Sí, es verano, pero llueve todos los días y hace un frío de Profesor (Locovich).

Mis viejas épocas en Wakemanía, España. A por ellas!

Me voy en mi bici holandesa, con la mocha y en ella mi capucha de neoprene para protejer el tímpano, ésa que viene recorriendo el mundo hace casi 6 meses y que recién hoy descubro que tan al pedo no me traje.

La lancha.

El dato de color, de esos que le gustan a Vecky, es que voy a vivir ahí mismo. ¿En el laburo? Sí, en una casa rodante: 1 ambiente tipo loft, con wifi y vista al lago. Además, las facilidades del club: gimnasio, canchas de squash, swimingpool tipo lago, vestuarios, bar y restaurant.

Vista al lago.

En 6 meses me quedé sin un peso. Pero ahora vuelvo al trabajo. A ganarme el pan con el sudor de mi frente (si es que sale el sol!), a hacer algo que me encanta y en una lugar soñado. Vuelvo a las pistas, a entrenar y a mejorar mi spanglish.  Pero TrancaroLa poR el muNdo sigue con su meta bien firme: viajar y conocer nuevos mundos. Ya me pedí vacaciones. El 7 de agosto, me voy a Menorca, con mi tío preferido, a laburar el bronceado.

¿Se me acabó la joda? Esperemos que nunca pase…

Rampas y sliders en uno de los Cableparks.

¿Du qué opinás?

20/06/2011 § Deja un comentario

Tito, durante la hora del almuerzo. Así y todo, él prefiere usarla para TrancaroLeaR.

En TrancaroLa poR el muNdo la opinión de nuestros fervientes seguidores nos importa abundante. Ya hace varios meses, mientras vagaba por Asia, ideé un par de varias nuevas y novedosas secciones y hasta un concurso itinerante que, si Buddha quiere, verán pixels en el muy cortísimo plazo!

Mientras tanto, damos por inaugurada la primera gran y única encuesta TrancaroLera. Encontrala en la barra lateral derecha del blog abajo de todo, justo después de las fotos, y ayudame a mejorarlo votando lo que más atinado te parezca, o aportando otras ideas!

Salut! Y gracias!

FELIZ DÍAAA!

19/06/2011 § Deja un comentario

Holaaa PAAA!! Acá va mi regalo! Gracias a la magia del Paint, mi buen pulso y yo!

Te quiero y te extraño mucho! =)
Pasala genial!!!!!!!!!!!!!!!!!!

besosss!!

La Mocha para el Sudeste Asiático.

19/06/2011 § 4 comentarios

SÍ, SÍ, SÍ!

Algunas claves para el sudeste asiático en particular (lo que yo voy a llevar la próxima vez que vaya):

– Un impermeable (de los que realmente funcionan. Hay unos muy poco fashion pero muy efectivos, los típicos de cancha: recomendables)

– Un solo par de zapatillas y otro de ojotas. (Las zapatillas no se usan nunca. Hace calor y estás de vacaciones.)

– 4 o 5 remeras. (Allá salen entre 3 y 5 dólares, y están buenas. Te vas a comprar bastantes y si llevás más vas a terminar con demasiadas).

– Un buzo (salvo en el norte de Vietnam, en todos los otros lados hace calor). No lo vas a usar nunca.

– NO LLEVAR BOLSA DE DORMIR. Gabo me lo dijo, y no le hice caso. No la usé nunca. Y la cargué siempre. Una picardía, para no decir una boludez descomunal.

– Un pantalón largo. Casi no lo usé tampoco. Y allá te va a agarrar el ataque hipongo y te vas a comprar un montón de pantalones con onda por muy poca plata. (U$S5)

– Alguna crema cicatrizante buena. Si no las heridas tardan el doble o triple en cerrar y suelen infectarse por el contacto con el agua no tan pura como la que estamos acostumbrados.

– Antiparras.

– Protección subacuática para cámara de fotos (FUNDAMENTAL)

– Valium o símiles (si pensás que te puede llegar a costar dormir en bondis que trasnochan coleteando por rutas de montaña al ritmo del “TUUUUUUUU-TUUUUUUU” de sus bocinas.

– Espacio: es todo muy barato, y dan ganas de llenarla de cosas.

Cómo la armo? (La Mocha)

19/06/2011 § Deja un comentario

Distribución "Oficial" del peso adentro de la mocha según el Club Andino El Bolsón (o algo así).

Algunos dicen que a la hora de armar la mochila, lo mejor es pensar en lo que necesitás para vivir una semana, meterlo adentro, y cerrarla. Es una manera de simplificar algo que por lo general parece bastante complicado, aunque empecé a dudar de su eficacia el día que me crucé con Sabina, en el medio del desierto, arrastrando una “Samsonite X-V48hJ Litium-Unbreakable” y me dijo: “y bueno, qué querés, yo le metí todo lo que necesito para 7 días!”. El botiquín de cosméticos lo llevaba aparte, pero eso sí, la Samsonite entre toda la arena tenía rueditas.

Como creo que no hay una ciencia cierta respecto al tema, procedo a la ya clásica, famosa, conocida y siempre bien ponderada “listingui”. En esta oportunidad, la de epítetos que no deberían faltarle a la mocha de todo buen armador de mochas:

– Mocha: clave. La mocha tiene que ser una mocha. De las que no tienen rueditas ni son irrompibles. Pero de las que te colgás en la espalda y empiezan a formar parte de tu cuerpo. Las mismas que no se traban ni en la cinta mecánica del aeropuerto ni en la vereda, y ésas que te dejan las dos manos libres para agarrar todo lo otro que vayas acumulando durante tu largo viaje, como bolsas con boludeces o la mano de una linda chica. Si sos de los que a pesar de todo necesita clavarse un primer viaje con valija, bienvenido, pero no digas que TrancaroLa poR el mundo no te recomendó que llevaras mocha.

– Liviana: la vas a llevar a todos lados, y nadie la va a levantar por vos. Si viajás por mucho tiempo y está pesada, la vas a terminar odiando.

– Funcional: a la hora de elegir las cosas, está bueno pensar para qué situaciones te sirve cada una, de qué tipo y número de imprevistos te pueden salvar. Tener una remerita a lunares que combina con la bufanda fucsia está buenísimo, pero el rompevientos impermeable con polar desmontable que no tiene lunares y no hace juego con la bufanda fucsia tal vez sea más apropiado.

– Acotada: el pañuelito que te regaló la Tía Marta para el día del repollo colorado es fantástico, pero la Tía Marta es muy regalona y si ponés cada una de sus ocurrencias podés terminar con dos mochilas en vez de una, sino con la Tía Marta a upa. Pensá sólo en lo imprescindible.

– Ordenada: algunos me tildarán de “Mimimi”, pero este punto es justamente el que te evita hacerte acreedor de “El Gran Mimimi de Oro” al final del viaje. Y todos y Cabar más que nadie (Brasil 2009) sabe que ése es un honor del que todos prefiren privarse. De mi amiga Luciana aprendí algo buenísimo: una vez que doblaste la ropa, enrollarla y ponerle una bandita elástica alrededor (a cada cosa por separado). Así se mantiene todo ordenado y sin arrugar, fácil de encontrar, manipular y distribuir.

– Inteligente: si se viaja con amigos, está bueno poder coordinar y las cosas que necesitan todos pero que nadie quiere llevar o que es al divino botón que todos lleven, distribuírselas. Ejemplo: shampoo, crema, cartas, dados y todo eso.

– Alfabeta: Una mochila sin biromes es una mochila analfabeta. Parece un dato de color, pero son siempre necesarias.


Algunas cosas que no pueden faltar en la mocha:

– Bolsas. El oro en polvo del mochilero. Sirven para todo y no pesan nada. Y tené en cuenta de que si sos “el que llevó bolsas” tus amigos te van a manguear. Llevá muchas!

– Bolsas Ziplok. Gracias Javi por el aporte! No sé cómo me las había olvidado. Son clave para guardar cosas, desde los documentos importantes que no se pueden mojar hasta las medias sucias que no pudiste lavar. El oro en polvo del mochilero del siglo XXI.

– Alicate.

– Pinza de depilar. (Sí, si no sos mina también te puede servir para sacar astillas, vidrios o etcéteras incisivos).

– Linterna (dependiendo el destino, siempre que sume algo más que peso).

– Cubre mochilas.

– Costurero (hilo, agujas, alfileres, tijerita)

– Botiquín (con lo imprescindible. Por lo general en todos lados hay farmacias, y salvo algún remedio que ya sepas que lo necesitás específicamente, se consigue todo. Yo, por ejemplo, me llevé el antibiótico que tengo que tomar si me perforo el tímpano. Y me vino al pelo.)

– Dentro del botiquín, el termómetro no pesa nada y siempre viene bien. Sobre todo cuando volás de fiebre y no lo tenés.

– Pastillas para la garganta. (recomiendo fervientemente los sprays que se aplican directo sobre “el foco del dolor”, los hay naturales, tipo propolio, o los artificiales, tipo Ernex. Los dos van.

– Adaptador de electricidad universal. (Hay algunos que van de un tipo de enchufe, al universal. Estos son tramposos, porque les podés enchufar cualquier cosa pero no enchufarlos en cualquier lado. Cuando cambiás de país necesitás otro).

– Toalla. Un clásico entre los algo de los «pero la re puta madre, sabía que estaba olvidando algo!».

– Tapones para los oídos. Para cuando otros tienen tantas ganas de fiesta como vos de dormir.

– Portavalores: lo pongo en esta listingui, pero recuerden o bien llevarlo en la cintura o bien releer mi experiencia al llevarlo en la mochila.

La Mocha

18/06/2011 § 2 comentarios

Cualquier hecho y/o similitud con la realidad no es pura coincidencia.

Cuando era chiquito y me enojaba con papá y mamá porque no me dejaban hacer algo agarraba un palo, le ataba un trapo en la punta y después de meterle mis cosas más preciadas adentro “me iba de casa”. Decía que odiaba a los grandes, ¿cómo podía ser que después de haber crecido durante 5 o 6 años no lo dejaran a uno hacer lo que quería?

El año pasado me enojé con mi mundo. De repente era grande, y podía hacer lo que yo quería. Pero por alguna razón algo me lo impedía. Entonces, como cuándo era un nene, no me importó lo que los otros decían, me olvidé del deber-ser y decidí empezar a ser. Renuncié a mi trabajo. Le dije chau a mi mundo para irme a conocer otros. Pero antes, tuve que hacer la mochila.

Cuando sos chico es muy fácil: agarrás tus dos o tres juguetes favoritos, esos que te van a divertir, proteger y hacer compañía. Son los que más querés y eso es suficiente para hacerle frente a todo lo desconocido. De grande pasa todo lo contrario. A cada cosa que agarrás la analizás minuciosamente. A pesar de que hacés una selección de lo más estricta posible, al final de cuentas siempre te sobran cosas, y siempre te faltan otras. Y lo loco es que cuando hacés la separación, en lo único que te fijás es en la utilidad que te representa cargarla en la mochila: dejás de lado las cosas queridas.

Todos los que alguna vez viajamos pasamos por este momento, para muchos bastante estresante. Por eso siempre viene bien tener a mano un par de recomendaciones.

«Smoke in the kitchen»

16/06/2011 § 4 comentarios

"Black Mother"

Con ustedes, Mhel. La primera persona que conocimos en Asia y una muy digna de inaugurar la secciones «Personajes» de TrancaroLa poR el muNdo.

Fue en el ferry que nos llevaba desde Don Sak, en la parte continental del Sur de Tailandia, hasta Ko Phangan. Lu y yo veníamos de casi 3 días viajando (Nz, Australia, Phuket, Ko Phangan), bastante rotos, así que nos tiramos a laburar un poco el bronceado en la parte de adelante del ferry. Ahí vimos como la gente aterrorizada comentaba las piruetas de Mhel, este morocho de pelos largos que con pocas ropas cubría sus apenas 50 kilos, y a quien según él mismo, la gente veía más como un junkie que como un par. Él se reía de ellos.

Nos contó que lo que hacía era su «gimnasia yoga», con la particularidad de que la llevaba a cabo enroscándose en las barandas del barco y deslizándose de una a otra a 15 metros de altura sobre las profundidades del Golfo de Tailandia. Su madre le había enseñado eso, aunque ahora se decía hijo de la «Black Mother» (algo así como una fuerza sobrenatural que lo protegía de las maldades).

La gente lo miraba.

Mhel nació en India, y habla 7 idiomas. Vive sin plata, vagando de acá para allá, visitando amigos, escapando de la policía cuando lo persigue o trabajando en las plantaciones de haschis en Nepal (donde asegura se cosecha el mejor hachis del mundo). Su trabajo era ayudar a los turistas a manejarse por estos lados del mundo, a cambio de comida, un vino o lo que fuera. Pero no le gusta tener plata, dice que el dinero transforma a la gente, prefiere no necesitarlo.

Le gustan las mujeres y muchas veces intenta seducirlas para llevarlas a la cama. Pero no le interesa más que agasajarlas y dormir con ellas. Es virgen. Y dice que lo va a seguir siendo hasta casarse, porque prefiere «pensar con la cabeza de arriba, y no transformarse en un Pepe Le Pew».

Acá lo vemos charlándose a unas chicas, pero sin jamás llegar a Pepearlas.

Charlando de esto y aquello nos contó su regla número 1: «No organizar este tipo de cosas para estas horas de la noche». La misma refería al horario en que estaba llegando el barco a Ko Phangan, eran cerca de las 9 y ya de noche. Entonces todo se hacía más difícil: conseguir tuc-tuc, encontrar a los amigos, moverse de acá para allá… ¿Por qué poner un barco llegando a las 21 y no a las 15?

«Smoke in the kitchen» era su regla número dos. Obvio, ¿cómo no serlo? Claro, en Tailandia fumar droga, como dirían mi vieja y Nico, es delito punible de 30 años de carcel. Y qué mejor forma de evitar esta condena que dejar que la gilada fume en el living mientras uno fuma en la cocina, ¿no?

Y así empezamos a ponerle reglas a cada boludez se nos ocurría. Creo que llegamos hasta la regla 11 o 12, pero de la única que me acuerdo es de la 8, una de las más importantes, que vaticina que «Todas las reglas tienen su razón de ser, ninguna es arbitraria ni discutible».

Tenía esa carterita y no sé si algo más que se olvidó en el barco.

(Lu, por favor, si te acordás más detalles sobre Mhel, y sobre todo de las otras reglas que inventamos, pasamelas! No entiendo cómo hace 4 meses que vivimos sin ellas!)

Y subo este video en el que lamentablemente no se ve mucho, pero se intuye algo de la mirada intensa que tenía.Y él lo sabía.

Colgadas!

16/06/2011 § 2 comentarios

Fútbol, birra, asado.

Hace 3 días hubo otro terremoto grande en Christchurch. La situación en la ciudad es una mierda, pero por suerte Sofi, Jamie, Juanma y Fiona, nuestros amigos que viven allá, están todos bien.

Con esta carta que nos dejaron un día para ir a jugar al fútbol, inauguro la sección «Colgadas», a donde voy a ir subiendo todas las cosas que vaya encontrando y que a pesar de no haberlas subido antes, me gustan.

 

Volvió TrancaroLa poR el muNdo, viejo!

15/06/2011 § 10 comentarios

En Ezeiza el 29 de diciembre del 2010.

A cinco meses y medio de haberme subido, bastante cagazo mediante, al primero de los muchos otros aviones que me esperaban para el próximo tiempo, paro la pelota, levanto la vista y miro al horizonte.

Y en eso veo que estoy lejos, que extraño a mi gato y mi casa. Que cuando como capeletunos no son los que me mandó mi vieja y que tampoco tienen su salsa. Siento que me faltan Os Pibes: Brunito, Qb, Juancho, Nico, Beting, El Tanela, Cabar, Yei Pi, Gabito y sus risas y carcajadas, tanto como el fernecito y el calor de nuestras previas. Que ya no me pasa eso de atender el teléfono y escuchar un robot medio boludo tartamudeando mensajes graciosos que me manda Chchch (mi hna grande), o encontrarme grandulón y baboso jugando al «bebé volador» con la Enana (mi hna enana). Me doy cuenta que hace mucho que no voy al río con mi viejo, y que no elijo cerveza o vino o cerveza y vino para acompañar sus asados sin ensalada (pa, la ensalada es clave!).

Ya no me tiro a boludear en el bunker o en la terracita de casa, no me arrepiento justo después de darle charla a mi vecina loca, chusma y charlatana Marta, ni tampoco me encuentro con Bif, el viejo canoso del edificio de enfrente con quien mientras limpia y lustra y vuelve a limpiar y lustrar su Fiat Uno azul nos cruzamos algunas palabras.

Veo que hace 168 noches que no duermo 4 seguidas en la misma cama, que estoy cansado, lejos del país en el que cuando partí suponía que iba a pasar el próximo año de mi vida, que estoy lejos de Nueva Zelanda y de Luciana. Sin un peso en la billetera y, de hecho, sin billetera.

Pero miro para adentro y me acuerdo de todas las cosas que viví, las que pasé y las que me pasaron. Y son realmente dignas de una regia listingui (en orden cronológico):

-me acordé de una anécdota mágica, en Ko Phangan, que nos involucró a los 5 en una misma habitación, que no figura en el blog y que pido permiso para contar. Y acá aplica «el que calla otorga».

El lugar de los hechos, aunque con sólo 2 de sus 5 protagonistas.

– safé de un terremoto en Christchurch.

– viví noches alocadas, propias y ajenas, en Bangkok, sus calles y sus boliches.

– tuve que hacer «la corrida a Myanmar», porque me di cuenta que se me vencía la visa de Tailandia el mismo día que se me vencía. Crucé el puente 2 minutos antes de que cerrara el paso.

Cruzando el Rolo (Puente) con Kyle, uno de los integrantes de Pad Thai en Chiang Mai & The Cashew Nuts, la banda que creamos con guitarra y voces de Cabar, percusión de Kyle y un acompañamiento «no me miren así hago lo que puedo» de O Pibe San.

– hice trekings por la montaña Tailandesa.

Dormimos en un pueblito en medio de la montaña, sin luz y sin ruidos… Buuuu!

– aprendimos con Cabar a cocinar algunos de los típicos platos Tailandeses, incluidos Pad Thai y Bananas in coconut milk. Los mismos que van a inaugurar la sección «Gastronómicos» de TrancaroLa por el muNdo, con video y recetas incluidas!

La selección de los ingredientes en la huerta de la escuela. Fun-damental.

– en Chiang Mai, Norte de Tailandia, sufrí en carne propia el acoso de la amiga de la novia de uno de los chicos, con quien me mandaron a dormir de prepo, en la misma habitación y en la misma cama matrimonial, y quien, a diferencia de mí, se tomó a pecho lo de «matrimonial» mostrándose ávida de cariño.

– una noche escribiendo el blog y escapando de la avidez de cariño no correspondida, en ese mismo hostel de Chiang Mai, la vida me regaló una magic-welcomed, una de ésas que pocas veces te regala. Conocí a una chica holandesa que me va a dar mucho para contar.

Sí Cabar! No lo podés creer! Yo tampoco! (Pai Cannyon, fabulosennnnn!)

– safé de un Terremoto en Myanmar y Chiang Mai.

– después de unos días en Pai, un pueblito hippie en el medio de montañas neblinosas, cruzamos a Laos bajando dos días en barco de cola larga por el Mekong y pasando la noche en «el pueblito del Opio».

Mekong.

– desde el que timoneaba el barco, pasando por las mujeres de los hoteles y hasta los mozos en restaurantes, no pararon de ofrecernos opio, marihuana y otros estupefacientes por el estilo que no me acuerdo los nombres porque estaba muy drogado. (es obvio que es chiste ma! Grachu, mamá de Cabar, posta, es chiste!)

– me afanaron la mochila de mano, ésa en la que uno lleva todo lo importante, que en este caso estaba integrado por: tarjetas de débito y crédito (todas), travellers checks (todos), carnet de conducir (nacional e internacional, es decir: todos), carnet de timonel, pasaporte polaco (Comunidad Europea), cédula de identidad, tarjeta ISIC (?), U$S100, anteojos, funda y cargador de la cámara de fotos, y boludeces.

Un croquis de autocad que le hice a los ratis sobre el lugar de los hechos!

– recibí un mail de mi vieja diciendo: «Pero Andrés, cuántas veces te dije que las cosas importantes las lleves en el portavalores! Ves que yo no era la hinchapelotas!».

– le conté a mi vieja que todo eso estaba en el portavalores, pero el mismo más cerca de mi espalda que de mi cintura, más precisamente en la mochila.

Cascadas flasheras en Luang Prabang.

– fui víctima de la «Odisea Travellers Checks» y sus incompetentes asistentes en Filipinas y Bangkok.

– varias veces me encontré desprovisto de dinero, plata, divisas, cheques de viajero, efectivo, y todo eso que el sistema capitalista te pide que tengas para poder hacer algo o ser alguien.

Sí, está fuera de foco. ¿Pero vos te le acercabas más a este arácnido? La sección "Avistamiento du fauna" de TrancaroLa por el muNdo lo hizo por vos. Ésta y muchas otras...

– me conocí como quien dice «al dedillo» todas las oficinas burocráticas habidas y por haber en Laos que algo tuvieran que ver con el inmigrante «in-identificado».

– me moví por los países del sudeste asiático en donde gendarmes y oficiales de la ley poco entienden de inglés sin visas ni pasaporte, pero con un papel que decía que yo era yo y que me habían robado todo tipo de documento oficial que asegurara que yo era yo.

El papel de la oficina de inmigrantes de Luang Prabang. Después visitaría su homónima de Vientián y el Departamento Consular, también en Vientián.

– me desperté una mañana en la habitación de un hotel de un país subdesarrollado del tercer mundo (¿Laos era del tercero o del octavo?), con una picadura de algún bichito picotón de identidad desconocida.

Una de cuando me lo estaban limpiando en el hospital.

– vi cómo día a día la picadura de un bichito picotón de identidad desconocida se transformaba en un volcán infectado con pus (sí, del amarillo), rodeado de una mancha roja que se expandía sin parar a lo largo de mi brazo, haciendo que el mismo me doliera.

– y también vi la cara de desconcertados de los 4 médicos del hospital de Luang Prabang, Laos, mientras examinaban mi brazo y dialogaban entre ellos en idioma Laosiano, al tiempo que poco podían decirme en Inglés.

– me imaginé pidiénlo a mi viejo los mismos ruedos que me hacía en los pantalones, pero esta vez a la altura del hombro.

La evolución de la infección según los mapas que me dibujaba día a día para mostrarle a mi infectóloga. Nunca me contestó los mails...

– salvamos con Luciana la vida de un pibe que estaba en Laos, al costado de la ruta, a 10 minutos de que se fuera el sol, tirado en el medio de un pastizal, casi en pelotas, sin conocimiento, de hongos, cagado de frío y lleno de hormigas y ronchas. Y algo me dice que algo de alcohol seguro también había tomado.

– me figuré un poco más la locura que tenía el pibe cuando se dirigió a un par de plantas, mientras meaba con la izquierda y las cacheteaba con la derecha, diciéndoles: «Not imaginary people. Not imaginary People».

Los mismos hongos que tomaban en CronicaTv.

– vi cómo después de llevarlo casi en andas durante media hora y dejarlo en manos de sus mejores amigos, al pibe casi lo pisa un auto.

– me puse triste y lloré en cada una de las despedidas de mis amigos.

No saben la foto que tengo de Luciana en Vang Vieng! Nadie la vio...!

– cuando se fueron los chicos empecé a viajar con Kim, y lo que empezó como un encuentro casual una noche de Chiang Mai, se tranformó en una historia de amor que ya tiene final. Una de esas historias que nos gustan a los que nos gustan la locura, la aventura y la buena vida, y que no sé cómo voy a hacer para contar, pero que la voy a contar.

– recorrí Angkor Wat durante 3 días en bicicleta.

Angkor.

– en Siam Reap conocí a Budi, un chico del interior de Camboya que trabajaba 24hs los 7 días de la semana, por 30 doalres al mes, y que si faltaba uno le descontaban cinco, y cuya historia bastante triste también va a estar acá.

– estuve en los campos de exterminio del Khmer Rouge en Phnom Phen y en la escuela-prisión S-21, en donde se torturaba y mataba a las personas.

– recorrí vietnam de Sur a Norte a bordo de los Sleeping Bus: colectivos con tres hileras de camas y cuyos conductores manejan por las rutas en medio de la montaña como todos los otros vietnamitas: sin importarles nada, colgados de la bocina y haciendo coletear al bondi de aca para allá. Me desperté muchas veces a la noche, y vi cómo entre el que iba por su carril y el que vuelvía por el otro, se escabullía un tercero que quería llegar más rápido al bondi que tenía adelante.

– me hice un traje que no sé cuándo lo voy a usar, pero que fue especialmente diseñado para vestir mi cuerpo y no otro. Fue en Hoi An, un pueblito que en otros tiempos fue eje del comercio Indochino y que por eso tiene influencias Japonesas, Chinas e Indias, y que es de los más hermosos que conocí.

Sí, lo sé, a mí también me cortaron las piernas.

– trancaroleé como loco en Halong Bay, una isla de piedra caliza con formaciones que emergen del agua dando hábitat a pueblos flotantes y asombro a quienes lo visitan. Me hice amigos que fueron víctimas del choreo descarado del staff del hotel: sin romper las cerraduras y sin otros huéspedes en el mismo. Devolvieron todo.

De este lugar increíble tengo sólo fotos prestadas, una picardía!

– volví a las islas del Sur de Tailandia a pasar 15 de los mejores días de mi vida, que son parte de la historia de amor.

– tuve el peor trabajo del mundo, y sólo duré 13 días: en una fábrica empaquetadora, en medio de líneas mecánicas y cadenas de montaje, metí cada noche miles de kiwis en cajas, a lo largo de 11 horas parado, de 8pm a 7 am. Antes de viajar a NZ me había prometido jamás trabajar en una fábrica de éstas. Ahora sé por qué estaba en lo cierto.

– en 13 días de ese laburo de mierda me pagué el pasaje al otro lado del mundo.

Atardecer TrancaroLa en Ko Tao, Tailandia.

– conocí gente de lo más variada, muchos de los cuales se merecen un lugar en la nueva sección «Personajes», de TrancaroLa poR el muNdo.

– recopilé inforamación sobre precios, hoteles, transportes, tours y muchas otras cosas, que como todos estos otros avances que acabo de enumerar en pocas palabras, van a ir apareciendo más desarrollados y entretenidos en sus respectivas nuevas y fabulosas secciones de TrancaroLa poR el muNdo.

Info. Foto gentileza Tomás "Chile" Fernández.

Hoy, a 169 días de haber empezado mi viaje, extraño mi país, mi familia y mis amigos. Extraño todo lo que quiero y que ahora está lejos. Pero cuando miro para atrás y veo estos 5 meses y medio de historias, aventuras, locuras, alegrías, tristezas, amigos, amores, encuentros y despedidas, estoy feliz. Me doy cuenta que me encanta vivir la vida. Y no sé que me espera para el futuro, pero sí que la vida es corta, y por eso prefiero vivirla intensa.

Quiero vivirla sin jefes que me den órdenes, sin oficinas que me enjaulen y sin nadie que me hinche las pelotas. Quiero vivirla a mi modo y hacerme feliz cada día. Por eso vuelve TrancaroLa. Quiero actualizarlo, con todo lo que pàsó hasta ahora en el viaje. Pero también agregarle secciones, sumarle información útil para otros viajeros y hacerlo más divertido.

Hoy empiezo este nuevo proyecto, algo así como TrancaroLa ReloaDed. Le voy a dar forma y voy a salir a venderlo. A ver si consigo sponsor. Mucha gente con la que hablo me dice que que bueno que estoy viajando, que les gustaría recorrer el mundo. Yo solía decir lo mismo, hasta que un día decidí hacerlo. Lo mismo pasa con esto. Es más fácil creerlo imposible y volver a trabajar a un box o una oficina, pero me gusta más pensar cómo hacerlo posible. Si lo quiero con ganas tiene que ser posible.

La turba se pregunta…

08/06/2011 § 1 comentario

Dónde quedarse (Ko Phangan y Ko Lanta).

29/03/2011 § Deja un comentario

Ko Phangan

Ubicada en el Golfo de Tailandia, Koh Phangan es una pequeña isla que se transforma cada mes en la sede de una de las fiestas más buscadas de todo el planeta: la Full Moon Party.

Para dichas fechas la isla se transforma en un hervidero de mochileros que venidos desde todos los rincones del globo desfilan por sus calles montados en ciclomotores y scooters automáticos siguiendo las mismas reglas con las que se rigen los lugareños: ninguna.

Así es como una de las actividades más divertidas de cada mañana podría ser tratar de adivinar qué le pasó la noche anterior a cada uno de los nuevos accidentados que se divisan a lo largo y ancho de la isla. Algunos aparecen con todo el cuerpo decorado con manchones color sangre (o «frutillitas»), otros lucen relucientes yesos a estrenar, están los que a su caminar de siempre le agregan un par de muletas y también los más osados, aquellos que van a la playa con su nueva amiga inseparable, la bolsa de suero.

Para alquilar una moto en Koh Phangan no se necesita licencia de conducir, sólo pasaporte y 150 Baht por día (U$S5). Esto, sumado a la cuantiosa cantidad de alcohol que circula noche y día, explican un poco el despertar accidentado de cada amanecer.

Nuestro bunker en Ko Phangan.

Los precios de los hospedajes varían bastante según la época. La temporada alta abarca todo el año, pero la reserva anticipada se vuelve obligatoria para las fechas cercanas a la fiesta.  Aunque la oferta hotelera es variada y numerosa, para dichos días los precios suben y las vacantes en los mejores lugares, los más próximos a Haat RIng, se agotan rápidamente.

Las historias que puede contar esa habitación…

Lo más común es alquilar un bungalow junto o cercano a la playa. Nosotros pagamos alrededor de 1000 Baht (U$S30) por día un bungalow para 3 personas (una cama doble y otra simple) con aire condicionado, ventilador y baño adentro. Esto es en Laid Back Resort, un complejo cercano al centro (500m aprox. yendo por la playa, más si vas por la calle) y con salida al mar.

Y la playita del Laid Back.

Más tarde nos enteramos que en el complejo de al lado (Coral Bungalows), que además tenía pileta, estaban cobrando 600 Baht por día. Esto suele pasar, para un lado y para el otro, ya que por lo general los precios dependen mucho de cuándo reservás y de la disponibilidad con la que cuenta el lugar en ese momento. Nosotros reservamos un mes antes y por eso nos salió un poco más caro.

Ko Lanta

Ko Lanta es una de las islas del sur de Tailandia. Se encuentra en el Mar de Andaman, en la costa oeste de Tailandia y al sur de la famosa isla Ko Phi Phi (donde se filmó la película «La Playa). Para llegar hay que pasar previamente por Krabi, ciudad costera desde la cual se viaja a Ko Lanta combinando auto, colectivo o minibus, y dos balsas que los ayudan a cruzan sendos ríos.

Chill Out House.

La isla ofrece una gran cantidad de playas que se suceden de norte a sur unas a otras. Nosotros estuvimos en Long Beach, y paramos en un lugar altamente recomendable: Chill Out House. El precio del bungalow de bamboo para dos personas es de 330 Baht (U$S11) el día, e incluye ventilador, baño propio y wifi gratis, además de hermosos espacios comunes con sillones, mesitas ratonas y hamacas paraguayas, entre los cuales se destaca uno que se alza entre medio de los árboles. Todo esto a menos de 200 metros de la playa y a otros tantos de la calle principal, en donde se puede encontrar una vasta oferta culinaria a la hora de ir a cenar por poca plata.

Mosquitero colgante, clave.

Para cuando llega al mediodía la mejor opción es comer algo en los paradores de la playa. Nosotros sentamos bandera en «Somewhere else», el más cercano a la Chill Out House. Los precios son los mismos de siempre (entre 50 y 120 Baht / 1.5 y 4 dólares yankees el plato, y alrededor de 70 Baht la cerveza de 3/4).

Hamacas paraguayas en la casita del árbol.
Los quinchitos para copar todo el día y la noche en Somewhere Else.

Muchas más fotos y mejores (porque no las quiero repetir) de la Chill Out House, en este post: Ko Laalalalallallalalalallalalaalalalanta!

No tomamo Coca Cola, no tomamo Seven Up.

27/03/2011 § Deja un comentario

Y acá, Mostaza, cómo la pedirías?

Pesi y sieteup.

Genio, ídolo.

Al horno sin papas.

27/03/2011 § 1 comentario

A 2 meses y 17 días de haber dejado mi hogar, mi heladera, mi cocina y mi parrilla, me paro sobre una balanza y veo, sin elongar el cuello ni chupar aire para esquivar la panza, entre los dedos de mis pies, que bajé 7 fucking kilos! Llegará la motito de Siga la vaca a Tailandia?

Triste pero real.

 

En Argentina, China o Tailandia, te odio Ronald.

27/03/2011 § Deja un comentario

Cuando salimos del entorno al que estamos acostumbrados lo primero que hacemos es abrir los ojos, estar más atentos. Y cuando hacemos esto, empezamos a ver un montón de cosas que por lo general no vemos. Son cosas que suelen pasársenos de largo, a veces porque la cotidianeidad de nuestras vidas nos adormece, otras porque ya las vimos demasiado.

Lo cierto es que cuando viajamos ya no estamos aferrados a la facilidad de lo conocido y nos exponemos a un montón de nuevos contextos.  Así, con los ojos abiertos, nos disponemos a dejarnos sorprender por todo cuanto no sabemos.

Como resultado, la mayoría de las veces contamoscon un saldo positivo. Otras, simplemente, y aunque lo quiera disimular cambiando de pose, nos volvemos a encontrar con un payaso boludo.

Con esta reflexión, doy por inaugurada la nueva y própera sección «Curiosidades» de TrancaroLa poR el muNdo.

Otra pose, la misma cara de boludo.

 

Fotos colgadas II (Ko Lanta y Ko Haa).

27/03/2011 § 4 comentarios

Algunos Hernán (Peyerano). NdeR: las tomas bajo el agua son de lojos, lamentablemente, porque no podía sumergir el oído. Una picardía.

Sííííííí! A la hora de TrancaroLear, las estrellas se la saben lunga!

Avistamiento.

Amigos para siempre!

Posta, estábamos solos, no es chamuyo!

Muy pronto, la sección "Gastronómicas" narrando todo pero todo lo que querés saber sobre las panzadas que nos estamos dando con comida oriental.

Ña casita del árbol, Chill Out House.

El techo rasta de la casita del árbol.

Según Gabo, acá alguien me estaba soñando...

Con el argentino y sus amigas internacionales en Somewhere Else.

Otra que TrancaroLea a lo grande. Estaba lleno.

Una de por ahí...

Como el Chelo.

En uno de los tantos medios de transporte, supongo el minibus.

Chill Outttt.

Eeeeeeeeeeeesa!

El baño de nuestro bamboo bungalow!

Y la ducchia de agua fría, justito al lado del inodoro (que en esta foto estaría a la izquierda).

Y finalmente, Luquitas, tirando facchia en nuestro porsche.

TrancaroLa poR el muNdo uNder thE Sea!

27/03/2011 § Deja un comentario

Ko Laalalalallallalalalallalalaalalalanta!

27/03/2011 § 3 comentarios

De Ko Phangan en ferry a Don Sak, de ahí en varios medios a Krabi y de ahí un par de balsas con el minibus hasta Ko Lanta.

Suena repetitivo, pero qué se le va a hacer, es otra "Magic Welcomed".

¿Se le puede pedir a la vida algo más después de una gran semana con amigos en una isla paradisíaca de Tailandia? Los menos ocurrentes dirían que no. Pero como a nosotros la ocurrencia nos abunda, pensamos en pedirle otra gran semana con amigos en una isla paradisíaca de Tailandia.  Y nos mandamos a Ko Lanta.

En uno de los 7 u 8 medios de transporte que nos tomamos para recorrer tan sólo unos 300 km.

Allá vamos.

Así quedó Luquitas después del 5to medio de la maratón de Tuc-Tuc, Ferry, Bondi, Tuc-Tuc, Minibus. Y todavía faltaban varias balsas y ponele que un par de Tuc-Tucs más.

Cerca de Ko Phi Phi (escenario de la película «La Playa»)  pero lejos de su desfile de turistas, Ko Lanta es una isla con playas de arena digna de la mejor pizzería italiana (blanca y finita), bañadas por aguas tranquilas, turquesas y cristalinas, ideales para hacer la plancha.

Llegamos de noche y fuimos a verlas. Mientras unos buscaban guest house otros nos dedicamos a lo que más sabemos: hacer tests de calidad. El premio se lo llevó mi trago, un Baileys con menta, chocolate, helado y vista al mar.

Empezamos con una tranca de la playa.

Fulbito na praia.

Calidad. En la pegada, y en la elección de dónde vacacionar.

La comisión hotelera volvió semi-exitosa. Conseguieron un bungalow de bamboo con una cama doble rodeada por un pasillito de unos 30 cm que en forma de L te dejaba en un baño que era casi tan grande como todo lo demás junto. Pero como dice el dicho, a bungalow regalado no se le mira el pasillo. Así que por la módica suma de 300 Baht (U$S10) a repartir entre 3, lo agarramos. Gabo, Luquitas y Lu durmieron ahí, Kipe en una hamaca paraguaya y Cabar y yo, en unas reposeras en la playa.

El de los chicos. Ahora que lo veo bien, el pasillo era un toque más ancho.

La vista desde el porche del bungalowcito de los chicos.

Al día siguiente nos pasó por 330 Baht lo mejor que nos podía pasar. Pegamos un bungalow de bamboo (con cama doble y wifi) en el «Chill Out Resort», que vendría a ser como el «Trancarola Hostel», pero en inglés. Atendido por dos europeos, una pelado y ortiva, otro peludo y buena onda, el Chill Out Resort tenía lo que todos soñamos de chicos, mejorado: una increíble casita del árbol, con hamacas paraguayas por doquier. Las había cerca del piso, por si llegabas roto después de una fiesta, y también estaban las que colgaban desde lo más alto, por si llegabas enfiestado después de una fiesta. Y como si cumplir nuestro sueño de chicos les resultara mezquino, estos europeos también cumplieron otro: el del Roberto niño. Sí, eso mismo, en la casita del árbol, al lado de las hamacas, estaba el «living del amor». Y de su mesita ratona y sus triangulitos tailandeses también nos apropiamos.

Un livingcito en la parte de abajo (no el del amor).

La vista en la salida hacia el lado del mar.

Ésta me gusta, un momento de amistad en la Chill Out House.

El living del amor. Te extraño Roberto, a vos y a tu célebre y magnífico "Señoras y Señores, se ha formado uuuuuuuuuuna pareja!" Gracias, crack!

Y... El momento de la vida al que todo TrancaroLa quiere llegar, en la casita del árbol.

A partir de ese día, todo el tiempo que no se lo dedicamos a laburar nuestro bronceado en la playa, lo invertimos en disfrutar nuestra casita del árbol. Contadas fueron las excepciones: una por noche. Cada una, una fiesta distinta. De ellas sólo puedo decir que son iguales que en argentina, pero diferentes. Es decir, «same, same, but diferent» (frase de cabecera en el sudeste asiático: cada vez que pedís algo pero le cambiás algo, la tirás o te la tiran). En este caso, lo «same, same» vendría a ser todo lo típico de una fiesta, mientras que lo «but diferent» sería que hay gente de todo el mundo y que están todos de vacaciones, que los precios son baratos para todos (una cerveza 70 Baht/U$S2.3) y todos quieren divertirse. Y para los que gustan del arte del chamuyo, es un lugar maravilloso: todos quieren hablar con todos, y nadie le quiere histeriquear a nadie. Y justamente por eso, para los amantes de lo fácil, es un lugar maravilloso: me gustás, te gusto, plin, caja.

Ó Pibe en Long Beach, según Lu.

Gabo en Long Beach, también según Lu.

Comisión bajo el mar a cuántos, acaso 4 metros de la costa?

Burbujas, Cabar y mucho champagne.

"Somewhere else", nuestro parador en la playa cerca a metros del Chill Out House.

En una de estas fiestas conocí a Gro, una chica de Noruega con los ojos más lindos del mundo y de quien sólo voy a decir que me miraba clavándomelos como pocas veces alguien lo hizo antes (razón suficiente para ganarse un lugarcito en este blog). Por una de esas casualidades de la vida, que no para de regalarme Magics Welcomed, 4 o 5 días después me la volví a encontrar en una pista de baile en Bangkok.

Como no tengo fotos de Gro, subo una de otra cosa hermosa, Ko Haa.

Una de las mejores cosas que hicimos en Ko Lanta fue regalarnos un día de snorkeling (y buceo Gabo: yo me quedé con las ganas por mi oído roto) en una islita perdida en el medio del mar, Ko Haa. Acá se llegaba sólo por medio de un barco. El nuestro tuvo varios desperfectos técnicos antes de hacerlo, pero finalmente llegó. Cinco formaciones rocosas emergían sobre las aguas cristalinas formando en el medio una playita de arena blanca en la cual estábamos nadie y nosotros 6.

El equivalente a El puerto de Tigre, pero en Ko Lanta.

Saliendo hacia Ko Haa.

Viento en popa.

Ko Haa a la vista!

La playita, a pocos segundos de ser enfiestada por Os Pibes.

Otro ángulo, misma incredibilidad (no, no incredulidad).

Lucchiana, según Ó Pibe en Ko Haa.

Ó pibe, según Ó Pibe en Ko Haa.

Abajo del agua se veía a 30 metros de distancia, y el avistamiento du fauna incluyó especímenes de diversos tipos, entre los cuales destacaban:

Los Hernán (Peyerano).

  • El pez Daft Punk: de colores muchos y tornazolados, y poseedor de un magnífico andar trancarola por las profundidades del arrecife de coral.
  • El pez Daft Punk (impostor): a rayas amarillas y negras y con una cresta alargada y puntiaguda hacia atrás, gustaba de manejarse en comisiones mientras trancaroleaba con sus amigos.
  • Estrellas de mar: casi todas eran azules, aunque si mal no recuerdo las había también rojas. De «patas» largas y finas, me sorprendieron por gozar recostarse (como si fueran humanos) sobre el coral. Sin lugar a dudas, vivir trancarolamente también se ejercita en el fondo del mar.
  • El Pez Flauta: de unos 30 centímetros y conocedor de lo que es laburar, solía comisionar a pocos centímetros de la superficie, tal vez intentando que su plateado se transforme en dorado, al recibir el calor del sol durante su arduo trabajar.
  • El pez Rosado: éstos se manejaban en comisiones (como casi todos los demás), y los avisté dándose un banquete con los musgos y malesas que se habían pegado a la soga de un barco anclado.
  • Muchos otros peces más que si los chicos me ayudan a recordar se los voy a agradecer.

Nuestra estadía en Ko Lanta se extendió casi exclusivamente a lo largo de Long Beach, una de sus playas de arena blanca en donde durante una semana se supo ver a una doncella acompañada de cinco tipos, todos laburadores de buena cepa que a la hora de hacerlo desconocían el concepto «descansar».

Actualmente se corren voces, abundan las malas lenguas, que dicen que esta doncella y sus hombres, algún día, volverán a pisar estos suelos y en sus aguas nadar. Dicen que aparecerán una mañana, sin previo aviso, sorprendiendo a los más distraídos, y para hacer lo que ellos mejor saben, y lo que nadie sabe mejor que ellos: laburar. Laburar un bronceado perfecto, tal vez sólo interrumpido, por algún que otro momento, de Magic Welcomed.

La que me encanta de Luquitas.

Ésta se la dedico a todas las amigas de Lu que se quedaron en BsAs y no mandan mails.

Y ésta para Os Pibes, sólo a los que se quedaron en BsAs y tampoco contestan mails.

Y ésta para Os Pibes, que aunque no contesten, los quiero igual.

Vivaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Que bien que te va, Lu!

Hasta la vista, Ko Haa!

Gabo y la instructora. (¿se acuerdan lo que le pregunté? Lu, ¿te acordás? JA!)

Una de Patricias (Biccio)

27/03/2011 § Deja un comentario

Sangre de súper héroe.

Este bichito simpaticón, a lunares él, posó para el macro digital de mi cámara junto a una de mis heridas. Whisky!

Cámara. Hacia ella miraba este primo lejano de Linterna Verde.

Lo leen por PC.

27/03/2011 § Deja un comentario

Pasamos los 5000 y vamos por más! Agarrate Roberto Carlos! (Visitas a través de la página de Facebook "Trancarola por el mundo")

Mientras la gilada seguramente se sigue peleando por ver quién publica  primero las confesiones del hamster tartamudo de Guido Suller y cuál da el batacazo con la exclusiva de las hemorroides de Malena Candelmo, en TrancaroLa poR el muNdo te seguimos acercando eso que a vos te interesa. Porque no todo en la vida es la boludonería y cada vez somos más los que lo sabemos, con imágenes, anécdotas y divertimentos de otros pagos te contamos cómo se vive en otras partes, a ver si con este granito de arena te ayudamos a encontrar tu lugar en el mundo. Uno en el que la vida no sea color Tinelli.

Éste entonces es un post para vos. Para que sepas que no estás solo en esta búsqueda, pero que tampoco sos uno más del montón. Sentite exclusivo si querés, y avisale a tus amigos, que en un lugar de la web, donde la gilada no se mete, está creciendo, lento pero seguro, TrancaroLa poR el muNdo.

 

Visitas mensuales.

Visitas semanales.

Visitas diarias (marzo).

Chabar Chiquitolino

27/03/2011 § Deja un comentario

Ahora sí, como tenía que ser, directo y sin escalas, del blog a vuestras retinas, el afamado video tantas veces galardonado por la Real Academy of Greatest TrancaroLing. Y dabadabadú!

Así nos divertimos Os Pibes mientras TrancaroLeaMos poR el muNdo!

21/03/2011 § Deja un comentario

Acá quería meter directamente el video. Pero por una de esas cosas de la vida que uno siempre se pregunta pero a pesar de contestarse una y mil veces, inventando sendas inverosimilitudes explicativas, nunca logra comprender, no lo puedo subir. En otras palabras, me cago en WordPress.

Así que meto el link al video en la página de TrancaroLa poR el muNdo en Facebook (que anda siempre bien! Teléfono WordPress!) y una foto que adelanta mucho pero no todo sobre el asunto del susodicho.

Lo que daría por llamarme Jorge y tener un compañero Luis, medio idiota él, pero sobre en mano listo para serme entregado antes de que yo, Jorge, sáquele de su interior este desopilante, increíble, polémico, conmovedor, fascinante, vaticinador y sin igual, videíto MPG.

Así nos divertimos Os Pibes mientras TrancaroLeaMos poR el muNdo!

Chabar Chiquitolino. Un adelanto de lo desopilante del video.

Full Moon Party (Edición 20-02-2011)

21/03/2011 § 2 comentarios

ESTE POST VA DEDICADO CON AMOR A MI AMIGO PERSONAL Y COMENTADOR Nº1 DE tRANKAROlA POr EL MUnDO, JUANCHI ERBÍN! GRACIAS! =)

José José José. (Pepé Pepé Pepé)

La fiesta de la luna llena, tal vez una de las más festejadas cada 28 días en diversos rincones del mundo, tiene uno de sus mejores ejemplares, sino el mejor, cada vez que la luna aparece redonda sobre las playas de arena blanca de Koh Phangan.

TrancaroLa poR el muNdo expresando todo su arte sobre el lienzo más lindo!

Atraídos por su fama y su promesa de diversión asegurada, miles de mochileros organizan sus itinerarios de viaje en función de este evento, planeando pasar en la isla unos días de desenfreno al ritmo de la música y el alcohol (no te preocupes ma, claramente éste no es nuestro caso). El resultado es un mix de gente de todo el mundo con ganas de divertirse y que ya con varias jornadas de anticipación empieza a hacerse presente paseándose, «bucket» de bebida en mano, por playas y calles. El clima empieza a calentarse de a poco, hasta explotar el día de la fiesta.

Gabo vs. Sofi & Sofi vs. Gabo

Guada en uno de los puestitos que pintaban casi tan bien como Os Pibes.

Cabar vs. Cabar & Ó Pibe vs. Lu.

La sede es la playa del Sol Naciente de Haat Rin, la que da al este y por donde sale el Sol. Ahí están, uno al lado del otro, alrededor de entre 7 y 10 bares que ponen su música apuntando hacia al mar y a todo lo que da. Siempre suena electrónica, pero según lo que más te guste podés escuchar desde minimal hasta trance, pasando por diferentes estilos de house, drum&base y progressive.

Nosotros tuvimos un par de pistas preferidas, pero lo cierto es que te movés toda la noche, y si la electrónica no te gusta tanto, ese día te gusta igual. La gente está toda de fiesta, con ganas de bailar y divertirse, pintada de colores glow in the dark en diferentes motivos, con ropas extravagantes, sombreros originales y queriendo conocer otra gente.

Puestos. Así los que vendían como los que bailaban.

El resultado es un fiestón. Toda la noche bailando y gran parte del día también. Lo mejor es el amanecer con el sol asomándose naranja, redondo y chiquito entre el cielo y el mar.

Motivos glow in the dark.

Entre las cosas locas que nos pasaron, destacan las siguientes:

  • Una argentina que no conocíamos pidiéndonos por favor que le ayudemos a sacarse de encima a un pibe israelí que asomaba el metro noventa. Cuando acudimos en su ayuda haciendo pasar a Cabar por su novio, el flaco se pone pesado y los empieza a correr por toda la fiesta. Y Gabo y yo como locos corriéndolos a los 3 desde atrás. Sí, el típico trencito del carnaval carioca pero con muy poco de la fiesta y algarabía que lo caracteriza. Estuvimos como 5 minutos desesperados, corriendo por toda la playa en zig zag, Cabar tratando de perder al flaco y Gabo y yo intentando que no nos dejaran atrás. Hasta que en eso podemos alcanzarlo, lo agarramos y le decimos que la flaca ya no quiere estar más con él, que ahora está con nosotros y que no rompa más las bolas. Mientras esto pasaba, Cabar y la susodicha desaparecieron. Estuvimos bastante preocupados hasta que los después de un rato largo los volvimos a encontrar. Teníamos miedo de que el pibe los fuera a buscar por colectora. Al final, la piba estuvo toda la noche con nosotros, y varios días después nos la volvimos a encontrar yendo de Koh Lanta a Bangkok. Resultó ser una persona bastante fea e idiota. Resulta que recién ahí nos contó que antes de aquel episodio había ido a la casa del pibe y dejado todas sus cosas ahí y que en realidad ella estaba con él. Nos preguntó por qué le dijimos al pibe lo que habíamos dicho, y a partir de ahí ya no supe más, me di cuenta de cómo era todo y le hablé más.
  • Luquitas tuvo la mala suerte de cortarse con un vidrio uno de los dedos del pie. Cuando llegó a la enfermería querían cobrarle 30 dólares por cada una de las 3 astillas, negándose a socorrerlo hasta que volviera del hostel, con el pie así y caminando, con el efectivo en la mano. Una muestra de cómo es alguna gente en Tailandia, pero no todos: unos pocos, sólo aquellos a los que únicamente les interesa lucrar. El resto siguen siendo sonrientes y hermosos.
  • Ver cómo hombres de todo el mundo y de todas las edades, pero sobre todo viejos, se enfiestan con lo que vienen a buscar, lady boys.
  • Ver a un pibe semi inconciente tirado en un pozo de arena y tapado por miles de botellas de cerveza, aguas, havaianas y crocs. Esto no lo vi, pero me llegó de fuentes fidedignas.
  • Muchos borrachos boludos saltando una soga llena de fuego que ponen los boliches para llamar la atención. Por lo general lo logran, y se llenan de boludos y borrachos, y de boludos y borrachos quemados.
  • Ver a Os Pibes, una vez más, animando la fiesta. Esta vez en Tailandia.

Después de la fiesta, tipo 10 de la mañana si mal no me acuerdo, nos fuimos al Laid Back Resort e hicimos lo propio todo el día. Trancaroleamos hasta la mañana siguiente, y decidimos que vamos a volver.

Luquitas al día siguiente. (Notense sus "abdominales acariciados por el viento" -sic sic-)

Borroso. La manera como veía la mayoría de los FullMoonPartyienses.

Y Os Pibes. Y Bruce. Liquidados, al día siguiente.

Koh Phangan

21/03/2011 § 3 comentarios

Hasta acá en bondi y de acá barquito a Koh Phangan.

Llegamos a Koh Phangan! Después de meses imaginándonos el momento, nos encontramos todos en esta isla paradisíaca del Golfo de Tailandia.

La isla. (Nota: los nombres aparecen escritos de mil maneras distintas, así que elijo una y la mantengo)

Cabar, Lu y yo veníamos de un mes y medio viviendo en Nueva Zelanda, que según sondeos hechos por quien les habla, figura claramente entre los 7 países más amargos del mundo (a las 19hs la gente desaparece, no sé si raptada por algún Tinelli local o por sus bolsas de agua caliente, pero lo cierto es que a esa hora la vida social de NZ muere). Yo venía con el agregado de que mis 3 últimos días me los había pasado viajando, con fiebre y drogándome a diestra y siniestra para llegar a Tailandia lo más entero posible. Y así llegué. Pisé la isla y ése fue el primer momento en 3 días que no me dolió nada. Había que festejar.

En la Daniel Alberto (Passarella)

Nou comments.

Estos antecedentes, sumados  a la necesidad de fiesta que tenía y a «Bruce y Partner», (un nuevo juego de eskabio que tenían los chicos y que al parecer estaba tongueado porque perdí toda la noche), me pesqué un estado etílico maravilloso y envidiable, digno de primera noche en uno de los lugares con más fiesta del mundo. Y justo la de ese día la organizaba el complejo de al lado al nuestro y era una Pool Party! ¿Qué más podía pedir?

Los detalles de la fiesta no vienen al caso (porque tampoco me los acuerdo), pero las heridas de guerra ilustran un poco lo que fue: cabar terminó con corte bastante importante (5cm) en una de sus piernas, sector tibia, producto de que algún borracho fuera de sus cabales (léase yo) quiso tirarlo a la pileta con éxito pero sin pericia (léase que se la pegué contra el bordé y después sí lo tiré); y yo terminé con un tímpano roto (el de siempre, por novena vez) producto de que algún borracho fuera de mis cabales me tiró de cabeza a la pileta con toda las vías respiratorias inflamadas. Mala suerte, buena fiesta. Puede pasar.

Bunker KohPhanganés.

La mesita con vista al mar donde Os Pibes supimos copar para desayunar.

En honor a Juan Domingo, Luquitas y Gabo laburando el bronceado, como siempre.

Al otro día nos mandamos a una de las playas del norte de la isla. Éramos nosotros más dos amigas argentinas que los chicos conocieron un día antes, una de las cuales se negaba fervientemente a subirse otra vez a mi moto después de lo que había pasado la noche anterior. Mi versión es que estuvo todo siempre bajo control, así que es su palabra contra la mía.

El mar de la playa norteña.

Entre las actividades destacadas figuraron hacer la plancha sobre el agua turquesa transparente, laburar el bronceado todo el día en playas de arena blanca y finita, desplegar unas buenas «Magic Welcomed» con la 1.5 y soportar la abstinencia a la Big Chang (por los antibióticos, nada de birra).

Laying back en el Laid Back.

El mismo que viste y calza.

Happy.

Esa noche era la previa a la Full Moon (ver apartado) así que no hicimos mucho más que trancarolear. El siguiente también se lo dedicamos al trancaroleo intenso en unas playas hermosas de Haat Rin que destacaban por sus palmeras con vista al mar. Todos menos Luciana, a cuya actividad principal le mechó un par de «Forbidden Magics»: la primera, amagándole para un lado y el otro a un motociclista que venía por una curva bajando la montaña. Pobre pibe no supo qué hacer y por esquivarla se pegó flor de palo. Tenía tal calentura que ni nos dirigió la palabra. Sana y salva Luciana, sin rasjuño alguno, decidió que esto no podía quedar así. Después de dar los últimos pasos sobre un palo que la llevaba de una a otra roca de la playa, olvidó levantar la vista y se la puso, de lleno con la frente y sin ningún tipo de amortiguación, con la punta de una de las típicas casas de los espíritus que hay frente a cada hogar (son unas casitas en donde la gente deja ofrendas para que los espíritus no entren a sus casas). Ésta era la de un hotel, así que bastante prominente también. Y como si esto fuera poco, a la noche, caminando hacia el centro se llevó puesto con el hombro todo un cartel luminoso que osaba ponérsele justo delante de ella.

Cual Samuel contra el América en el Azteca.

Y una de Lu que sé que le gusta.

El resto de los días en Koh Phangan siguieron igual que los previos, con uno mechado de trancaroleo extremo sin movernos del Laid Back después de la Full Moon.

Ponele...

Entre las cosas que me llamaron la atención de acá, cuento la de los monos que con largas sogas atadas a modo de correas a sus cuellos eran mandados por sus esclavizadores hacia lo más alto de las palmeras para que desde allá arriba les tiren cocos, el «la prioridad la tienen todos» a la hora de manejar, los atardeceres entre rosas y anaranjados sobre el mar y los cables pelados en todas las esquinas sacando chispas a más no poder.

Koh Phangan, nuestro primer destino oriental. Fuimos, lo vivimos y nos divertimos.

Los buckets en los que venden los tragos que por los antibióticos no pude degustar.

Y así, vamo bajando la persiana de un nuevo post.

Sawadee Krap Thailandia! (Hola Tailandia!)

16/03/2011 § 1 comentario

Primeras impresiones.

Confirmado, del otro lado del mundo caminan al revés. (Khao San Road, Bangkok. Foto gentileza Tomás «Chile» Fernández)

La noche que llegamos a Pukhet desde Gold Coast/Kuala Lumpur ya eran más de las 20 hs. así que no teníamos colectivos al centro y decidimos dormir en el aeropuerto. Hasta la mañana siguiente no vimos casi nada de lo que nos esperaba afuera, pero sí tuvimos un adelanto.

Para allá. (Pai, norte de Tailandia)

Ni bien pasamos las puertas corredizas que separan a los que viajan de los que viven de ellos, empezamos a sentir el asedio constante e incansable de los tailandeses que de una u otra forma intentan venderte hasta lo que no tienen. Gabo nos había dicho: «En el sudeste asiático, si tenés una necesidad, no importa cuál sea, siempre hay alguien dispuesto a satisfacértela». Y así es. Podés decirles una y mil veces, de todas las formas amables que se te ocurran, que no, que no querés un taxi al centro, pero te van a seguir insistiendo. Si no querés el taxi, por ahí te sirve un tuc-tuc, y si no estás para viajar con los pelos al viento, tal vez te puedan enchufar una mini-van, y si no pueden con la mini-van, por qué no intentar con un trecking con paseo en elefante para dentro de unos días. Lo cierto es que cada uno de los que se te avalanza tiene el mejor negocio de tu vida para ofrecerte, y la mejor manera de perdértelo, es decirles «no, gracias, ya tengo lo que me ofrecés», mientras seguís caminando. De cualquier otra forma, se te pegan y te siguen hasta abajo de la cama.

Monjes. (Foto gentileza Tomás «Chile» Fernández)

Al otro día salimos del aeropuerto y en nuestro viaje hasta la terminal de bondis empezamos a ver un poquito de todo lo otro: lo primero que se ve es que el desorden, amontonamiento y caos generalizado priman por sobre todas las cosas. Los dos ejemplos más claros que se me ocurren en cuanto a esto se dan en los rubros del transporte y la electricidad.

Tuc-Tuc

En el primero, a diferencia de otros lados del mundo en donde la prioridad la tiene uno, acá la tienen todos. Los peatones caminan por la calle, los autos no titubean a la hora de manejarse largo y tendido por el carril de contramano y las motos y tuc-tucs lo único que quieren es avanzar, y rápìdo. Todos hacen lo que quieren y todos están apurados, pero todos se esquivan mutuamente.
El otro tema es la electricidad. Todas y cada una de las calles están adornadas por una manada de cables que cuelgan de palos que parece que en cualquier momento van a caerse. Los transformadores están a la vista (y muchos al alcance de la mano o la cabeza) de todos. Y según la ciudad, desde algunas hasta casi todas las cuadras tienen un cortocircuito con descarga al aire libre que te ayudan a ubicarte.

Cables en Phuket.

El calor, como en Buenos Aires en verano, es siempre el tema del día. Pero acá es invierno, y es mucho peor. No tengo idea de cuántos grados hace, supongo que entre 35 y 40 centígrados, pero la humedad que hay es insoportable. Una remera por día, 4 litros de agua mínimo y siempre que se pueda mandarse a la sombra. Una de las peores cosas que te puede pasar es que te toque el lado del sol en un viaje de micro.

El combustible universal. (Foto gentileza Tomás «Chile» Fernández)

Y como última de estas primeras y breves impresiones, la que más me gusta: la gente. No importa qué les digas ni cómo, si lo decís bien, con la papa en la boca o más o menos, siempre, siempre te contestan primero con una sonrisa, y después te hablan. Por lo general los que están más en contacto con el turismo hablan desde un poco hasta bastante bien inglés, pero si te alejás un poco de los lugares frecuentados por gentes de otras partes, los tailandeses que encuentres seguramente no entiendan ni puedan decirte ni una palabra. Así y todo, la mayoría siempre trata de ayudarte, como sea, como puedan. Y con una sonrisa. Antes, durante y después. Y eso los hace hermosos.

Oi, nuestra profe de cocina tailandesa en Chiang Mai, y una de las tantas tailandeses risueñas
Khao San Road como la vemos acá. (Foto gentileza Tomás «Chile» Fernández)

ນເປັນ ພາບຂ ອງ (El jugador del pueblo).

16/03/2011 § Deja un comentario

Carlitos, el jugador que más amo en todo el mundo, también tapa de los diarios en Tailandia. Crack!

Mi amor imposible y el amor de mi vida, si yo fuera gay.

Malaventurado.

16/03/2011 § Deja un comentario

Éste Aedes Aegypti se tomó el atrevimiento de picarme apenas llegué a Koh Phangan. No vivió para contarlo: fue de cirrosis.

Así quedó.

Una del entramado a rallas de cerca.

Y el mapita que nos cuenta cuál fue la distribucion mundial de casos de dengue en 2006.

Para los escuerzos

10/03/2011 § Deja un comentario

Si sos un fumador empedernido, y estás en Buenos Aires, todo bien. Como mucho te será perjudicial para la salud.

Pero esto es lo que les pasa a los desprevenidos que fuman en Tailandia.

Luquitas supo fumanchar varios atados por día.

*MAGIC WELCOMED*

09/03/2011 § 3 comentarios


Dícese de toda magia que sólo por el hecho de serlo, veta todo lo demás. Suele ser arbitraria, súbita, imprevista, hacedora y prioritaria. Nació de la mano de nuestros pies, jugando fulbito con la número 1.5. Pero las Magic Welcomed no saben de rubros, y por eso aplícanse a todo lo demás.

La juntada de comisiones.

Finalmente, después de mucho tiempo cruzando de uno a otro lado del mundo cataratas de mensajes y mails llenos de ansiedad, pasó lo mejor que nos podía pasar: Gabo, Cabar, Luquitas, Luciana y Ó pibe, juntos en Tailandia.

Kilombo.

Magic Welcomed.

Walking down the beach.

Lu, Gabo, Luquitas y Cabar.

Koh Phangan. 21 hs. Llego al Laid Back Resort preguntando por Los Pibes en la 24 o la 16. Nos dicen donde quedan las habitaciones y nos mandamos. Abro la puerta y veo un tipo feo, muy feo durmiendo. Era luquitas. Besos, abrazos y alucinaciones. La Tropicur, su pasti de la malaria no lo dejaba entender si estaba soñando o era verdad. Besos y más abrazos. Ni bien se levanta nos cuenta sobre la preocupación de Gabo, que dormía en el otro bungalow, y al parecer hacía un día que no paraba de preguntar por nosotros. Hubo una confusión y los chicos pensaban que llegábamos antes.

A lo lejos.

Sí señor, sí señor.

Nos mandamos a la 24. Ahí dormían Cabar y Gabo. Entra luquitas, los despierta y les dice que de nosotros ninguna novedad. Tristeza generalizada. Hasta que en eso entro corriendo y emulando al gran Pascualito (Rambert) hago la mejor palomita de mi vida sobre todo lo que Gabo era.

Fuera de foco y todo, me encanta, y nos encanto ja!

Besos, abrazos, risas, besos, abrazos, besos, risas, risas, abrazos, besos. De ese día y para todos los demás, me guardo en mi corazón el ataque de carcajadas que me regalaste cuando me viste Gabo! Increíble! Gracias! Te quiero! =)

Y MAGIC WELCOMED!

Happy New Beer!

NdeR: perdón por la cursilería a todos los demás, pero Os Pibes nos queremos así, y mucho más. Y obvio que hablo más de Gabo porque hacía mil que no lo veís, pero no se pongan celosos, los quiero a todos igual!

TrancaroLa miRando al sudeSte

08/03/2011 § Deja un comentario

Tailandia con Gabo, Luquitas, Cabar y Lu.
Laos, Camboya y Vietnam con Cabar y Lu.
Indonesia con una tabla de surf.

A por ellos!

"Don´t dream your life, live your dreams"

Ídolo

08/03/2011 § Deja un comentario

TrancaroLa poR el muNdo deLiverY. Lo pedís, lo tenés Gabbb!

QUÉ MAL QUE LA ESTOY PASANDOOOOOOOO!!

08/03/2011 § 2 comentarios

Gracias gato! Gracias ídolo por sacarme una sonrisa cada vez que la paso como el orto, como en el avión con el oído! Este post, con amor, para vos!

Genio!

Vía Economía Du Guerra, de NZ a Tailandia.

08/03/2011 § Deja un comentario

Por cuestiones monetarias, el viaje a Tailandia fue varios viajes.

El primero de los vuelos, por Air New Zealand, fue como tomarse un bondi de asientos amontonados a eso de las 7 am en el aeropuerto de Auckland para bajarse, después de tres horas, a las 7.30 am en Gold Coast, Australia. El bondi no era el Delórean y tampoco lo manejaba Fangio, pero tuve 2 horas y media de regalo para mi vida. ¿Cómo las aproveché? Incubando abajo del aire acondicionado de mi asiento unas terribles fiebre y anginas.

3D. Lo que a Cristóbal le hubiese venido como anillo al dedo.

Arriba y abajo de las nubes.

Todo empezó en el sillón del aeropuerto que me hizo las veces de cama la noche anterior a volar. Cuando me desperté, estaba empapado y con dolor de gargante. Igual, llegamos a Australia y lo primero que hicimos fue averiguar cuál era la mejor playa. Había una a 10 minutos caminando y Surfers Paradise a media hora de bondi. Éramos Luciana y yo, y no cabían dudas.

Gold Coast.

Perseguidos por el Sol.
iiiiiiii

La primera mitad del día la pasamos bárbaro. Chegusanes en la playa, agüita mineral y señora siesta en unos bancos de la costanera. Kilombo.

Pero volví a despertarme empapado, y esta vez con 38.5 de fiebre. Eran más o menos las 3 de la tarde y se había largado a llover. Y a partir de acá todo fue un garrón. El médico al que me mandaron quedaba fácil a 70 cuadras y el sistema de transporte público de australia es tan malo que buscando un bondi terminamos llegando 3 horas después caminando. Todo con las dos mochas, la fiebre a cuestas y bajo la lluvia.

Surfers Paradise.
Pájaro loco.

Diagnóstico: placas, fiebre, gángleos inflamados y molestia en el oído. Reposo en otro banquito de aeropuerto y a volar a Asia.

En las últimas.

El segundo vuelo fue por Air Asia, «La mejor línea aérea de bajo costo del mundo (2009)» según la leyenda que al lado de la puerta de cada uno de sus aviones dice todo lo que no dice el nombre y que suena como a algo así: «Venite preparado y no te olvides nada, porque ni comida, ni agua, ni almohada, ni frasadita, ni pantallita digital, ni qué-ocho-cuartos». Y yo con 39 de fiebre. Pobre mí, y pobre Lu, que me bancó las 8 horas de vuelo hasta Kuala Lumpur con una cara que parecía que me moría. Lo peor fue cuando bajábamos, hubo 15 minutos que se me reventaba el tímpano izquierdo (otra vez después de las anteriores 8). Pero bueno, todo pasa.

Bendita seas Air Asia.
LALALALA

Cagaso que le dicen.

Y así pasó ese vuelo, y así pasó el siguiente. Y así, después de dos días de viaje, después de mil días de fiebre, llegamos a Tailandia.

Aloha Tailandiaaaaaa!

I LOVE POLAND!

08/03/2011 § Deja un comentario

Me salió la visa australiana! Me voy a Tailandia! Desde Niu Zilan, pasando por Australia, con pelpas al día y gracias a Poland!

Arrivederci Oceanía! Aloha Tailandia!

Merci Poland! (Claramente del idioma bien, gracias.)

Sunny viejo y peludo nomás.

08/03/2011 § Deja un comentario

 

El cielo enfiestado, ante y por la presencia del Sunny.

Después de 4626 km atravesando colinas, persiguiendo playas, cruzando ríos y arroyos, recorriendo praderas, enfrentando subidas, vagando ciudades, durmiendo calles, nos separamos del Sunny.

 

El momento de la verdad, antes de aprobar el WOF.

El Sunny, ese auto que nos gustó desde el primer momento, el mismo que nos asustó los primeros días haciéndonos bajar las ventanas para ver si el olor a aceite quemado era propio o ajeno, y aquél que un mes más tarde, cuando tuvimos que renovarle el WOF (licencia para andar con el auto por la calle), nos sorprendiera con tan sólo un arreglo de luces, un cambio de patines de limpiaparabrisas y algún que otro detallecín en los frenos por hacer.

 

DUEÑO.

Nos estamos yendo a Tailandia. Y lamentablemente el Sunny no puede venir con nosotros. Tenemos que venderlo. Pero estamos en temporada baja, todo el mundo se va y vende su auto, entonces de los 1650 que lo pagamos, podríamos recuperar tal vez 1000, si encontramos a alguien que sepa apreciar todo lo que este fiel amigo tiene para darle. Y quién mejor para eso que alguien que lo conoce, que lo quiere, que lo mima. Alguien que le limpia los bichos estrolados contra el vidrio cada vez que pasa por una estación de servicio, que le llena el tanque antes de que la alarma se ponga en rojo, que le infla las ruedas aunque no estén tan desinfladas. Alguien que se le dibuja una sonrisa en la cara cada vez que lo tiene.

Fue nuestro auto. Y también fue nuestra casa. ¿Y qué mejor que haberlo vivido un mes y medio, 4626 km, para saber apreciarlo? ¿Quién mejor que uno de los pibes, para comprarlo? ¿Y quién mejor que yo, que lo mimo y lo quiero, y que vuelvo a NZ, para adoptarlo?

 

Así comprás y vendés un auto en NZ, en el correo y sólo a cambio de fotocopia de documento del que compra.

Le pusimos un precio estimativo. Le debo esa plata a los chicos y me lo quedo. Se lo dejo a un chileno dueño de un hostel. A cambio me lo cuida y me firma un pequeño contrato. Dice que el Sunny es mío, pero que mientras yo no esté él se hace cargo. Cuando vuelvo me lo devuelve, sano y salvo. Le hace un nuevo WOF, y se encarga de todos los arreglos, en caso de ser necesarios. Me lo deja pipí cucú, chiche bombón, nunca taxi. Y a seguir kilometrando.

 

Mi primer Sunny.

Os Pibes con Jean Pierre, el chileno que me va a cuidar el Sunny.

Tomala vo, dámela mí.

Sin Walter pero con indoor.

08/03/2011 § Deja un comentario

Jamie&Sofi´s, como en casa.

Llegados hasta el más meridional de los puntos que pensábamos tocar, emprendimos el viaje de vuelta.

Nuestra habitación en lo de los chicos.

Paseando a Rubi, Coockie y Chris, 3 genios.

 

Hola pichicho hermosooooo!

 

Los chicos de Christchurch nos hicieron prometerles que después de nuestras aventuras por el sur del país volvíamos a visitarlos. Nos quedamos en lo de Jamie y Sofi, y otra vez a los back to back culinarios. Hubo asados, pizas y demás, pero la estrella fueron los banana pancakes with bacon de Jamie.

Banana pancakes with bacon, suena bien y sabe mejor!

Fulbito en Mt. Maunganui.

WILKOMEN MAGIC

Hacía ya varios días que la vida nos sonreía, y afortunadamente esto no iba a dejar de ser así. Camino a Auckland pasamos de nuevo por Mt. Maunganui, a visitar a las amigas de una amiga de la agencia. Las había visto una sola vez en mi vida, en su fiesta de despedida hacia Nueva Zelanda, y resultaron ser tres genias. Pensábamos visitarlas una noche, y nos terminamos quedando 3, todas en su casa. La primera cocinamos nosotros, la segunda no me acuerdo y la última hicimos unas hamburguesas caseras en las barbeques de la playa. Pachu, Sol y Delfi. Gracias a las 3. Las veo a la vuelta!

"Tiki - Tiki"

Por qué no?

Gracias Delfi! =)

Tipo Scioli.

Barbequing.

Homeless otra vez

08/03/2011 § Deja un comentario

Dos días viviendo y comiendo como reyes en Ohau y todo de nuevo a la normalidad. Armar las mochas, subir al Sunny, encarar la ruta y bienvenidos otra vez a la vida de hippies.

Así llegamos a Queenstown. Sin hostel, sin conocidos y sin postas (las típicas que te tiran todos los que te vas cruzando y que ya anduvieron por ahí), pero comidos y dormidos, con las energías necesarias para volver a la calle.

Pero sólo para eso. Después de mes y pico de treckings, caminatas y futbols (?) de todo tipo, nuestro paso por una de las ciudades más buscadas de Nueva Zelanda consistió casi exclusivamente en trancarolear durante el día, sin movernos demasiado, y cocinar por las noches. Esto último lo hacíamos en el hostel de unas chicas que conocimos cuando fuimos a bañarnos a la pileta pública más top, chick, cheta y paqueta que alguna vez divisé. Los banquetes hicieron que nos sentiéramos un poco Charles Duchausois en su camino a Katmandú allá por los ´70, cocinando además de para nosotros, para las chicas y para unos franceses que no sé por qué si no no comían.

Las dos primeras noches dormimos en un estacionamiento para campervans a orillas del lago a donde todos llegaban para pasar la noche como nosotros, pero adentro. La tercera llovía, así que después de cocinar en el hostel nos mandamos al TV room e hicimos un indoor sleeping.

No pasó mucho más en Queenstown, y además quiero empezar a subir cosas de Tailandia que la rompe y me inspira sobremanera, así que aprovecho que como autor de este blog hago lo que se me da la gana y posteo este breve resumen y algunas fotos ilustrativas que digan lo que yo no.

De la pista de baile a la pista de ski

05/03/2011 § Deja un comentario

 

 

 

Desayunando en la terracita del lodge.Una de las noches en Christchurch, en medio de una pista repleta de rugbiers que sólo querían empujar, divisé en el fondo, entre los huecos que forma la silueta de la multitud, a la chica más divertida de la fiesta, que bailaba y bailaba sin parar. Después de hacer moriquetas al ritmo de la música un rato largo, fuimos a tomar una birra. Otra.

 

 

 

 

 

 

Si en un momento de lucidez el dominio del inglés me es bastante esquivo, no me figuro cómo hice, si es que lo hice, para mantener una conversación coherente. En este contexto, con un cocktail de tímpano perforado 8 veces, más música al palo, más un alto porcentaje de alcohol en sangre, todo hubiese indicado lo contrario.

Pero después de conocerte bailando, y si pegaste buena onda, el resto fluye. Así fue como conocí a Eily. Y birra que va, birra que viene, y después de repetirme fácil 5 veces cómo se llamaba, me preguntó que hacía en NZ. Le conté del viaje y que después de Asia, a eso de mitad de año, quería volver a Niu Zilan a laburar en un centro de ski. Y acá fue cuando me acordé de toda la gente que a lo largo de mi vida acusó envidiar «sanamente» mi buena suerte: resulta que su viejo, Mike, es el dueño del centro de ski que salió votado el mejor de NZ las últimas tres temporadas.

A los pocos días la fuimos a visitar a Lake Ohau, un valle con un lago turquesa pintado entre medio de las montañas. Ahí es donde está el centro de ski. Estuvimos dos días y una noche. Un poco en el lodge, otro poco en su casa de montaña, pasamos dos días espectaculares. Comimos como hacía mucho que no comíamos, comida 5 estrellas, tomamos cerveza de la rica, vagamos por el valle, nos divertimos a la noche, y demás.

 

Fue una visita fugaz, pero conocimos un lugar hermoso que no hubiéramos conocido de no ser por mi buena suerte. Y la pasamos genial con gente igual. Yo siempre digo que la suerte no es suerte y nada más, hay que ayudarla. Y ojala me vuelva a encontrar en invierno, para volver a Ohau.

Thank you Eily! We have a really great time at Ohau!

Fotos colgadas

05/03/2011 § Deja un comentario

Johnson´s track y los restos del terremoto de 1929, Murchison, NZ.

Angelus Hut, Nelson Lakes National Park, NZ.

Sparegrass Track, bajando del Angelus Hut, NElson Lakes National Park, NZ.

Indoor.

Bicivoladores en Tuapo.

Abel Tasman National Park.

Wilkomen Magic

Cabar cabaruleando

Ó Pibe San, contemplando la buena vida.

Terremoto en Christchurch

04/03/2011 § Deja un comentario

Hace unos días me metí a los mails después de bastante tiempo sin internet y tenía mil mensajes de gente preguntando cómo estábamos por el terremoto en Christchurch.

En septiembre había sido el primero, que ocasionó varios daños en la ciudad pero no víctimas fatales. A partir de ahí, hubo alrededor de 3000 réplicas de menor intensidad, pero 3000 en fin.

El día que nos fuimos de Christchurch, cuando paramos a almorzar en Kaikorua, la señora que nos atendió nos preguntó si habíamos sentido el terremoto 10 minutos antes. Por suerte a nosotros no nos tocó vivir la experiencia, pero lamentablemente nuestros amigos siguen allá.

Imágenes del terremoto en Christchurch.

Cuando estuvimos en casa de Jamie y Sofi lo vivimos las consecuencias de cerca, ya que ellos estaban en uno de los barrios más afectados y tenían varias paredes rajadas. Esta vez parece que fue peor, y se tuvieron que mudar a casa de Juanma, pero por suerte tanto ellos como sus familiares y amigos están bien.

Una mierda quehaya pasado de nuevo, esta vez con muchos muertos y la ciudad destruida. Ojala todo vuelva a la normalidad lo más rápido posible!

 

Copio a continuación las palabras de Sofi sobre el terremoto:

«hello!! it is really bad here at the moment. but we are ok. juanma and fiona let us live at their house at the moment and it is so crazy here at the moment.

i miss you guys but i am very glad you are not here for this mess.
Have a great time I will write more soon!
love

sof»

Y abajo la nota sobre el terremoto:

«Un terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter provocó una tragedia en Christchurch, la segunda ciudad más grande de Nueva Zelanda, donde las autoridades ya informaron de por lo menos 65 muertos y, mientras muchas personas siguen atrapadas entre los escombros que dejó el temblor, advirtieron que el número de víctimas podría aumentar.

El sismo de magnitud se registró a las 12:51 del martes (hora local, las 20:51 en la Argentina) a 5 kilómetros de la ciudad y a sólo 4 kilómetros de profundidad, según el Instituto de Geofísica de Estados Unidos (USGS). Le siguieron varias réplicas que llegaron a ser de 5,6 grados de intensidad.

«El balance que tengo actualmente es de 65 muertos y podría ser revisado al alza. Es una tragedia absoluta para esta ciudad, para Nueva Zelanda, para la gente de la que nos sentimos cerca», declaró el primer ministro, John Key.

Christchurch, con 340.000 habitantes, ahora en estado de emergencia, había sido golpeada por un terremoto de 7 grados en la escala de Richter el 4 de septiembre de 2010. Pero ese temblor, aunque causó destrozos considerables, no había dejado víctimas. El temblor de hoy, a muy poca profundidad y en un horario en el que, como señaló el primer ministro, la ciudad estaba llena de «gente en el trabajo y niños en las escuelas», es considerado el peor en Nueva Zelanda desde hace 80 años.

En declaraciones a Radio New Zeland, un portavoz de los bomberos señaló que el terremoto «fue mucho peor, no tanto en intensidad como en materia de daños». Y advirtió que «mucha gente está atrapada en los edificios».

La televisión mostró imágenes de pánico tras el temblor y a personas heridas y a menudo manchadas de sangre que salían de los inmuebles y caminaban renqueantes por las calles, apoyándose unas en otras. En la plaza principal de la ciudad se oían gritos y la aguja de la catedral de Christchurch se desgajó.

La Policía informó que muchas muertes se registraron en diferentes puntos del centro de la ciudad, donde dos colectivos fueron aplastados por cascotes caídos de las alturas. Según la televisión local TV3, de los escombros de un hotel fueron retirados varios cuerpos.

El alcalde de Christchurch, Bob Parker, declaró el estado de emergencia, que supone el cierre de los accesos al centro de la ciudad para garantizar la seguridad pública y facilitar la labor de los equipos de rescate. El aeropuerto de la ciudad fue cerrado y la Policía indicó que estaba evacuando el centro de la ciudad.

El propio Parker contó que el temblor lo tiró al suelo. «Cuando me levanté, miré la ciudad y podía ver nubes de polvo encima de los edificios desplomados. Oía gritos en la calle. Todo el mundo debe entender que se trata de un día negro para esta ciudad profundamente conmocionada», declaró.

Situada en el denominado cinturón de fuego, Nueva Zelanda registra hasta 15.000 temblores al año. El más mortífero desde que existen las estadísticas se registró el 3 de febrero de 1931 el en la bahía de Hawke, sur de la isla del Norte, y dejó 256 víctimas fatales.»

 

 

Planes no trabajar

04/03/2011 § Deja un comentario

 

Os Pibes trancaroleando en el Rose Garden de Christchurch.

En Christchurch la pasamos tan bien y nos hicimos un grupo de tan buenos amigos que nos quisimos quedar. Pero todavía restaban dos semanas antes de irnos a Tailandia y los chicos trabajaban durante el día, así que no podíamos quedarla y nada más. Decidimos buscar laburo.

Ellos tenían dólares y por eso también aplicaban a los planes no trabajar.

Retocamos los CVs, les dibujamos un par de experiencias relacionadas al rubro gastronómico, y nos mandamos a recorrer la ciudad, entrando uno por uno en todos los bares y restaurantes para ver si alguien necesitaba de nuestros servicios.

 

Jojo, diría Papá Noel.

El speach era que estábamos buscando trabajo de cualquier cosa, que teníamos experiencia, que también teníamos la visa pero que Cabar todavía la tenía que activar (para ganar un par de días, porque en realidad él no la tenía) y que nos quedábamos a trabajar en la ciudad como mínimo por seis meses.

Después de tan arduo día de laburo tuvimos que elongar.

Sólo uno de todos los lugares tenía un trabajo para ofrecernos. Había que hacer de barista, que es el que se encarga de manejar la máquina de café, justo uno de los chamuyos que cabar había metido como experiencia en uno de los items de su CV. Entonces este chino mala onda le pregunta a Cabar si efectivamente laburó de eso, y ante la positiva le pide que le muestre cómo hace un café. Y acá es cuando Cabar se mete atrás de la barra, no sin abatatarse previamente y, antes de hacer nada, empieza a buscar una taza por toda la cocina. El chino le pregunta qué hace y cuando Cabar le contesta, lo saca de atrás de la barra, le dice que muchas gracias y que el busca a alguien que sepa usar la máquina de café.

Acá estacionamos la nave mientras ñokeábamos.

Después de tan agoviante día de laburo decidimos que ya habíamos hecho mucho, y que necesitábamos vacaciones. Así que agarramos el Sunny, y nos fuimos a ver qué había más al Sur.

Como no podía ser de otra manera, después de laburar nos fuimos a MagicWelcomear.

Visas

04/03/2011 § Deja un comentario

Hermosura. Aquello de lo que consta mi pasaporte.

TrancaroLa poR el muNdo inaugura nuevas secciones destinadas a ayudar al viajero amigo.

En este caso, a la izquierda de la pantalla te aprece un nuevo iconito con la leyenda «Burocráticas». Acá voy a ir subiendo todo lo relativo a visas y otros menesteros que a todo trotamundos le pueden llegar a servir, sobre todo en esos momentos en que la vida intenta sorprenderte para mal. Bienaventurados aquellos lectores de TrancaroLa poR el muNdo que de anteman ya van a saber qué hacer!

 

Visa Nueva Zelanda

Yo estoy viajando con la Working Holiday Visa. La misma dura un año durante el cual podés trabajar de lo que quieras, con la única limitación de que no podés trabajar más de 3 meses seguidos con el mismo empleador, y el detalle de que no podés ser narco ni cafisho.

Para conseguirla, además de tener muchñisima suerte, tenés que estar atento a la fecha de la aplicación. Ésta se hace por internet, para que todos tengan las mismas posibilidades ya que hay sólo 1000 de estas visas para más de 6000 postulantes (que encima aumentan año tras año).

Las del 2010 salieron el 14 de octubre y se terminaron en dos horas. Es clave tener una buena conexión a internet (la página caduca constantemente) y ser paciente. Hay muchas agencias que te ofrecen hacer el trámite a cambio de 50 o más dólares, pero lo cierto es que al ser la aplicación online, ellos tienen las mismas posibilidades de conseguirla que cualquier hijo de vecino, o menos, porque tienen que hacer la de todos los dormidos que les pagaron.

En caso de no conseguir la Working Holiday, podés mandarte al aeropuerto y entrar como turista. Te dan una visa de 3 meses que no te permite trabajar, pero es importante saber que mucha gente que no consigue la WH se manda igual y en el aeropuerto no sólo están al tanto de esto sino que cuando pasan tu pasaporte por el scanner les salta que empezaste el trámite de la WH y no te fue otorgada. Puede pasar que no te digan nada, o que te maten a preguntas, como a Lu.

Visa para Australia.

Las autoridades migratorias de Australia son conocidas por ser de lo más estrictas. Casi todos los ciudadanos del mundo, menos los que viajan con un pasaporte de la Commonwealth, necesitan visa.

Para los que no tenemos la suerte de tener uno de estos pasaportes con banderita azul, blanca y roja, pero sí la de tener cualquier otro de la comunidad europea, conseguirla se nos hace un poco más fácil. Podemos hacernos acreedores de una e-Visa que se la dan a todos sin hacer demasiadas preguntas. Con nombre, apellido y un par de etcéteras, podés tener la tuya en tan sólo 2 días hábiles, o como mucho 10 si por alguna razón necesitan contactarte para hacerte alguna pregunta. A mí me la dieron en 3 o 4. Esta e-Visa sirve para múltiples entradas de un máximo de 3 meses durante un año, y no te permite trabajar.

Para el resto de los mortales con pasaportes de menos peso, como el argentino, el trámite se dificulta un poco más. En primer lugar, no se puede hacer por internet. Hay que juntar una serie de datos y mandarelos por correo a la embajada del país en el que estás, y más tarde tenés que presentarte en la embajada a completar el trámite. Además, tampoco es gratis: hay que pagar una buena suma en dólares australianos, que por unos pocos centavos no cotiza igual que el estadounidense.

Más allá de todo, lo cierto es que cuando Lu y yo llegamos a Australia, a mí me había salido la e-Visa, pero ella la había tramitado y todavía no la había conseguido. Entramos los dos sin problemas, sin preguntas, sin demoras y, lo más importante, sin tu tías.

Info Visa Australia:

Consultas generales sobre visas y ciudadanía de Australia:
http://www.immi.gov.au/contacts/forms/americas/

Embajada de Australia en BsAs:
http://www.argentina.embassy.gov.au
immigration.buenos-aires@dfat.gov.au

Visa para Tailandia.

Para entrar a Tailandia no hace falta tramitar una visa antes de llegar al país. La misma te la hacen en el aeropuerto, a cambio de dos fotos y cero pesos. Lo único que sí es importante saber es que con el pasaporte argentino te dan 90 días de corrido. Con el italiano son 30 y con el polaco 15.

Cómo renovar la visa de Tailandia.

La forma tradicional es mandarse al aeropuerto internacional o al centro de inmigraciones más cercanos al lugar donde estés. Acá te cobran 1900 Baht (U$S 63) y te la renuevan por 7 días.

La otra es salir del país y volver a entrar. Hubo un momento en el que esto se podía hacer cuantas veces quisieras e indiscriminadamente, pero se acabaron las buenas épocas. Ahora podés hacerlo un máximo de 3 veces consecutivas.

Si estás en Chiang Mai, la opción es tomarse un colectivo de 4 horas y media hasta Mae Sai, la ciudad que limita al norte con Myanmar. A las 17 hs cierra el puente, así que si querés que esto sea sólo un trámite, lo ideal es estar a las 7 am en la estación de colectivos para tomarse el de las 7.30 (165 Baht/U$S 5, ida). Cuando llegás cruzás el puente, hacés media hora de tiempo del otro lado del río y cuando volvés a suelo Tai ya tenés tu visa por 15 días más. Si te pasa lo que me pasó a mí y tenés tu pasaporte argentino sin sellar, conseguís 90.

Si ya que estás en Myanmar y no sabés cuándo si es que alguna vez llegás a volver te pinta el paseo, podés hacer la misma pero retrasando la cruzada de puente de vuelta.

 

Visa Myanmar


Yendo desde Tailandia por Mae Sai, el pueblo tailandés que limita por el norte con Myanmar, cruzás el puente  pasaporte en mano y te dan 15 días para estar del otro lado del río. Sale 500 Baht y el dato de color es que por aquellos pagos increíblemente no aceptan su propia moneda (sólo Baht tailandés) ni tampoco hablan inglés.

Christchurch

04/03/2011 § Deja un comentario

Los días de parques nacionales tenían que llegar a su fin. Pasamos un mes vagando por los mejores paisajes de Nueva Zelanda y ahora necesitábamos conocer gente, así que nos fuimos a Christchurch, la ciudad más importante de la isla Sur.

Lo primero que nos sorprendió apenas llegamos fue un viejecito con casco y mameluco advirtiéndonos sobre los 3000 terremotos que había habido en los últimos 4 meses. Fue en la puerta del Base Hostel, cuyo edificio bastante añejo todavía se sostenía en pie gracias a un par de soportes que lo socorrían. Eran las 6 de la tarde y no teníamos a dónde ir, pero mientras lo hacíamos encontramos la solución a todos nuestros problemas: en medio de un parque hermoso, 4 canchas defútbol 11 con un pasto espectacular. Hacía un mes que buscábamos algo de fútbol en NZ así que estacionamos el Sunny, nos calzamos las converse, y a jugar.

 

Así quedaron algunos edificios después del terremoto de septiembre.

 

De arafue observando el verde cesped.

Magic Welcome. Así se llama el fulbito que hacemos con la pelota número 1.5 que tenemos. El mismo conciste en hacer jueguitos entre todos sin que la bocha toque el piso.

Magic Welcome. Así se llama también los que nos pasó acá. Después de jugar un rato entre nosotros empezó a caer gente a las canchas. Les preguntamos a unos si nos podíamos sumar. Walter fue de comilón por la punta, Cabar de lateral izquierdo y yo de «striker». Los puestos los definía Sofi, la DT del equipo, que cuando le dije que era arquero me contestó que vaya de goleador, porque seguro sabía como batir a otro «keeper». A pesar de que participé bastante del juego, mi producción dentro del área fue bastante pedorra: tuve un mano a mano pero habiendo corrido desde mitad de cancha con uno persiguiéndome terminé por definir sin fuerza con un puntín asqueroso bastante lejos del palo. Cabar, en cambio, clavó un golazo de cabeza al ángulo.

 

También salió torneo fútbol 5 en canchas de parquet. Plin.

Sofi, además de ser la DT, era la encargada, junto con Jamie, su novio, de organizar los partidos, convocar a los jugadores y llevar pelotas, redes e indumentaria. Nuestro equipo, los Cavalliers, era el equipo del resto del mundo. En nuestras filas aparecían jugadores de Etiopía, Inglaterra, Arabia, Somalía, Alemania, Nueva Zelanda, España, Argentina y Méjico, además de sofi que es mitad serbia mitad estadounidense y jamie que es maorí. Y los rivales eran Nigeria (que tenía dos nigerianos y el resto brasileños), Japón, y así.

 

Heridas de guerra defendiendo los colores de los Cavaliers.

Podría decirse que nuestros días en Christchurch vivieron alrededor del fútbol. Tuvieron también mucha fiesta, comida y amigos, pero todo giró en función del fútbol. Después de cada partido nos íbamos a tomar cerveza y así terminamos haciéndonos muy amigos de Sofi, Jamie y Juanma, uno de los españoles.

Os Pibes comprando birra adentro de una heladera gigante.

Al principio vivíamos en el parque. Comíamos, dormíamos y jugábamos ahí. Las duchas estaban en la central square, y ahí nos bañábamos antes de salir.

Indoor – Volumen I

Pero desde que se fue el Tanela, pregonero feroz de la buena vida, nuestra vida en NZ cambió rotundamente. Pasaron 16 días y sólo 3 de sus noches dormimos en la calle. Dos en Queenstown y una apenas cruzamos con el ferry de vuelta a Wellington. Las demás fueron todas cómodas noches de «indoor sleeping», bajo techo y en colchón.

 

Jamie disfrutando la buena vida.

El mismo domingo 30, apenas llegamos de despedir a Walter en el aeropuerto y después de nuestro compromiso defendiendo los colores de los Cavalliers, mientras tomábamos una birra after partido, Jamie y Sofi nos adoptaron. Fue el primero de nuestros hogares en NZ.

 

La despedida de Walter en el aeropuerto.

Charlando sobre el próximo cotejo y los convocados al mismo, Juanma le comenta a Sofi que por nosotros no se preocupe, que vamos seguro porque vivimos en el parque. Sofi muy risueña dice que claro, que todos vivimos en el parque, pero cuando Juanma se encarga de aclararle de que nosotros no sólo lo hacemos porque estamos todo el día jugando al fútbol como ellos, sino que además dormimos, comemos y nos haceamos ahí, no tarda ni un segundo en salirle de adentro la invitación a vivir a su casa. Tenían una habitación vacía y mucho amor para dar, así que obviamente aceptamos y nos mudamos ahí.

 

Bicivolador. La naranja era mi favorita.

Apenas llegamos tuvimos una copia de las llaves, nuestra habitación con somier que dividimos en dos colchones, baño con agua caliente, wifi, bicis y tres boxers hermosos con los que no paramos de mimarnos mutuamente: Rubi, Christmass y Coockie.

Ese mismo día empezamos los back-to-back culinarios. ¿De qué se tratan? La condición fue que nos quedábamos en su casa pero si nos dejaban cocinarles. El primer día nos encargábamos nosotros y si querían al siguiente tomaban ellos el comando de la cocina. Así fue como salieron varias y muy buenas comilonas:

  • Ese domingo hicimos un asado en lo de Juanma. La parilla lucía costillitas de cerdo pintadas en una salsita de especias, pinchos de cordero, bifecitos y verduritas varias. Un manjar.

    A fuego rápido. Imposible cocinar lento con esa BBQ a gas y llama.

  • El lunes, ya en lo de los chicos hicimos unos fideos con una salsita de camarones a base de crema, cebollita de verdeo, cebolla, camarones salteados, especias varias y queso rallado. Creo que hicimos un kilo para 4 y nos comimos casi todo, sólo quedó un plato para que se lleve sofi de bianda al trabajo.

    Estaban tan ricos que no tuvimos tiempo de sacarle fotos, por eso pongo la de un desayuno en el parque...

  • El martes le tocaba cocinar a Jamie, pero como llegamos tarde y con mucha gente de jugar fulbito pedimos unas pizas.

    Juanma bajando la pizzita.

  • La cocina al mando de Jamie finalmente llegó el miércoles, y fue un barbeque de los ricos al mejor estilo neozelandés (que es el mismo que utilizan muchos en Usa y Europa: garrafa, fuego a pleno, las llamas pasando por entre las carnes, vuelta y vuelta y a comer).

    Jamie probando la fruta más fea del mundo. La compramos porque decía que sabía a mezcla entre limón y banana. Textura para olvidar.

Durante estos días en la casa de los chicos llegamos a hacernos realmente muy buenos amigos. Además del fútbol y la cocina compartimos el amor por sus perros (hasta los llevamos a pasear), varias salidas, charlas de todo tipo, risas, diversión y también tristeza, el día que les contamos que nos íbamos a ir. Hicieron todo lo posible para que nos quedáramos viviendo en su casa, pensaron mil cosas de las que podíamos trabajar, con o sin visa, y hasta se movieron conalgunos contactos para ver si podían conseguirnos algo. Pero queríamos conocer el resto de la isla sur, así que nos tuvimos que ir. Sin embargo prometimos guardarnos dos días, para volver a despedirnos, asado mediante, antes de volver a partir.

Los i-Sites

25/02/2011 § Deja un comentario

En casi cada lugarcito de Nueva Zelanda tenés un i-Site a donde caer despistado. Son los sitios oficiales que pone el gobiernos para información turística. En ellos te proveen tanto de info como de eso que tanto nos gusta a todos, mapas gratis. La gente que los atiende tiene la mejor onda y por lo general se copa ayudándonos a planear qué hacer. Su única falencia es que, como la mayoría de las cosas en NZ, cierran a las 6 de la tarde.

A un lugar así podés llegar después de tu incursión en un i-Site. (Lake Ohau, Isla Sur)

A cuerda

25/02/2011 § Deja un comentario

Me siento un boludo. Y lo peor es que a pesar de ser un boludo con experiencia, me siguen pasando éstas.

Hace un mes saqué desde un hostel en Tauranga el pasaje a Tailandia. Para hacerlo más barato, compré uno a Gold Coast, Australia, por Air New Zealand, y otro desde ahí a Phuket, Tailandia, por Air Asia. La cosa es que Air Asia es mucho más barato pero no vuela desde NZ.

Antes de venir para acá ya estaba al corriente de esto así que fui a la embajada de Australia en BsAs a ver qué necesitaba para hacer la movida. Una buena dama me dijo que gracias a mi hermoso pasaporte polaco podía aplicar online para una e-visitor visa, y que me la daban en el acto. Increíble, me dije. Una visa que se niega a sí misma, desentendiéndose de todo trámite burocrático y acreditándoseme en el acto. Guau.

Y como buen boludo a cuerda, confié a pleno en la buena dama. Sólo metí en el bolsillo de papeles importantes de mi mochila el que ella me dio lleno de links. En alguno de todos esos podía chequear la data pero, ¿para qué?

Ahora, de nuevo en Christchurch, con los pasajes comprados a razón de 600 Kiwis (450 U$S) y con 7 días por delante, se me ocurre sacar la visa, y cuando me meto en uno de esos mismos links, me desayuno de que la visa no era tan «e-» ni tan antiburocrática. Se aplica por internet y tardan entre 2 y 10 días hábiles en atribuírtela. Me quedan 7, y como no podía ser de otra manera, sólo 5 hábiles.

Como diría Toti, la tengo adentro. Y con la cuerda girando.

De paso por Murchison

25/02/2011 § Deja un comentario

Cuando bajamos de la montaña de Nelson Lakes sólo sabíamos una cosa: no importaba a dónde, pero de St. Arnaud, el pueblo fantasma, nos teníamos que ir, y rápido. Así que agarramos el mapa y comisión du análisis mediante, evaluamos las posibilidades.

Queenstown, una de las posibilidades más tentadoras, quedaba descartada porque teníamos sólo unos 5 o 6 días antes de que el Tanela tuviera que tomarse su vuelo de regreso a Auckland desde Christchurch, que se convertía en otra candidata, pero no nos tentaba como para tantos días. Entonces agarramos el mapa y nos fijamos qué nos quedaba de paso.

 

Cabar en la noche de Murchison

Así fue como caímos en Murchison, un pueblito longitudinal, de 3 o 4 cuadras hacia cada costado de la ruta, y unas 15 de largo, área chica si las hay, pero suficiente para que te pasen este tipo de cosas:

  • Caer en un típico bar de pueblo, tipo lejano oeste yankee, en donde hay 15 rubios que rondan el metro noventa de alto y un tanto más de ancho, dos señoras entradas en edad atendiendo la cocina y una no tan grande y una bastante pequeña a cargo de la barra. Todos se divierten mirando cricket, sin preocupación aparente por la falta de mujeres.

    La joda en Niu Zilan

  • Comer fritanga de la buena, como lo hacen los kiwis cada vez que pueden, sea desayuno, almuerzo o cena. Nosotros la cenamos y porque necesitábamos un poco de carne, aunque sea en forma de hamburguesas.
  • Dormir en la calle y despertarte empapado por el rocío.

    El lugar de los hechos

  • Alquilarte unas bicis y mandarte a recorrer caminos de tierra en subida y bajada, siguiendo el curso del río, y que justo a mitad del círculo de 4 hs que pensabas dar, y con poco tiempo antes de que se termine de hacer de noche, a uno se le pinche la rueda y los tres queden como Toti Pasman. Salvación: Euge y yo fuimos lo más rápido posible a buscar el Sunny y en él volvimos por Cabar.
     

    El momento de la pincchiadura

  • Encontrarte en medio de una bicicleteada con un caminito llamado Johnson´s Track, que te lleva por medio de un bosque encantado flasherísimo hasta un lugar en donde rocas gigantes y punteagudas salen de la tierra hacia el suelo, avisando que en ese mismo lugar hubo un terremoto en 1929.

    Trebol gigante en el Jonhsonñs creek

Trancaroleando

Afuera, el lado equivocado en donde estaban las capas tectónicas

Si mal no recuerdo por Murchison anduvimos 2 días y 2 noches. La bicicleteada estuvo buenísima (aunque terminara antes de tiempo), igual que los restos del terremoto. Una linda escala campestre antes de volver a una «gran» ciudad.

Fungi

 

 

Os pibes

 

 

Fungi II

 

 

Avistamientos du fauna. Hoy, «El moscovita gigante».

24/02/2011 § 1 comentario

Con este especimen de Mosco Enarañado Gigante, inauguramos la sección Avistamiento Du Fauna. Este ejemplar lo encontramos en el Angelus Hut, arriba de la montaña y a orillas del Angelus Lake. Consta de varias patas, ojos, aguijón y malicia,y es cruza de araña y moquito.

 

 

De paso por Taupo

14/02/2011 § 2 comentarios

 

Entre Cathedral Cove y Tongariro hicimos una escala en Taupo, ciudad que está más o menos en el centro de la isla norte, a orillas del Lake Taupo (el más grande de NZ) y en una de las zonas donde más maoríes hay. Acá, breve y conciso, algunas de las cosas que nos pasaron en esta ciudad.

  • Vimos un atardecer de la hostia, entre el lago y la montaña.

    Como diría mi hermanita: Chauchaaaaa!

  • Colgamos un rato cerca de un loquero y hablamos con uno de los tantos locos que merodeaba la costanera. Tenía alrededor de 50 pirulos, había estado en Argentina en la década del ´70 y metía miedo. Nos preguntaba por Buenos Aires, le contábamos, y nos repreguntaba acerca de la textura del comino en invierno (temperatura ambiente).
  • Colgamos un rato cerca de un loquero e intentamos hbalar con dos chicas que pasaban. Tenían alrededor de 30 pirulos y deben haber pensado que estábamos chapita y les metimos miedo. Ni bola.
     

    Las bocas de tormenta que no dejan dormir a Mauricio.
  • Nos hicimos los bici voladores por un sendero de montaña pero no tanto a orillas del Waikato River, el más largo de Nueva Zelanda.

    Como Don Carlos, "Tudo bom, tudo legal".

  • Nos hicimos los bici nadadores por el Waikato River, el más largo de Nueva Zelanda.

    Frío. Lo que necesitaría Walter horas más tarde cuando pasara lo que pasó.

  • Cabarulo y yo dormimos en un estacionamiento hasta que Walter nos despertó a los gritos, puteando, gruniendo y refunfuñando porque en medio de una situación confusa por demás, 2 parejas con las que había estado tomando birra le afanaron su mocha (la grande) del baúl del auto y con él en el habitáculo.

    Únicos testigos del hecho.

    Su testimonio cuenta que apenas fue a tomar unas birras al auto de ellos dio por abortada la misión al sentirse algo desorientado cuando esta gente, de manera no muy amigable, le empezó a pedir «ten little bucks for the beer». Parece ser que ante la negativa de Walter decidieron tomar el toro por las hastas y chorearle la mocha.
    En cuanto al acto en sí, nos llegó, de fuentes no muy confiables que digamos, que Walter estaba durmiendo plácidamente y con una sonrisa en su rostro (repito, las fuentes no son de fiar) dentro del auto cuando dos chicas se le acercaron a pedirle plata. Él se negó y siguió durmiendo sonriente (misma fuente). Minutos más tarde escucha un ruido en el baúl que lo hace bajar del auto a ver qué acaece fuera: menuda sorpresa se lleva Walter cuando ve el auto de esta gente al lado del nuestro, pero con el motor en marcha. Nuestro baúl estaba abierto pero apenas atinó Walter a preguntar por qué se daba esto de esa manera, el chirriar de las ruedas sobre el asfalto se hizo presente y tanto los malvivientes como la mocha de Walter y su tanguita rosa, desaparecieron en el acto.

    Walter y la remera que se compró bardeando a Jesús después de lo sucedido.

  • Me pegué flor de cagaso hasta asegurarme de que no se habían llevado ninguna de mis mochas. En una tenía todo mi placard (que no es muy cuantioso que digamos) y en la otra todos mis documentos: pasaportes, registros y carnet de timonel, tarjetas, netbook, cámara de fotos, anteojos y demás. Ambas al lado de la de Walter. También estaban las de Cabar. La de Walter era la más chica y la de menos objetos de valor, salvo por la tanguita (valor sentimental).
  • Quejidos varios por parte de Walter, desconcierto por parte de Cabar y Ó Pibe San.

Después nos llegó de bocas blancas que los maoríes son de hacer estas cosas. La realidad es que según lo que pudimos saber en este mes y medio en la isla, hay bastante discriminación, tanto de un lado como del otro.
La primera persona que conocimos de esta ciudad, era blanca y bastante Nazi. En sólo 20 años había alcanzado un odio bastante repugnante contra los maoríes: no me acuerdo qué argumentaba, pero tampoco me importa, no hay justificación. Además, fue el único lugar de NZ en el que sentimos un clima algo enrarecido por la cantidad de autos de policía que rondaban constantemente la ciudad. Así que al otro día, ni bien pudimos, nos fuimos.

Perdiz innecesaria

14/02/2011 § 1 comentario

Una de las premisas básicas de todo viajero es que tiene que saber rebuscárselas para adaptarse a las distintas situaciones que se le van presentando. En caso de que el viaje se comparta con otros, a esa primera se le agregan otras tantas premisas como viajeros, las cuales dicen que además de a las situaciones, hay que poder adaptarse a los compañeros. Y esta complicación agregada es todavía más grande cuando pensamos en la premisa que pienso yo, la que viene en el bolso de mano del Tanela.

Además de lo que ya conté en su perfil (ver secuaces – tanela), el tiempo fue pasando y con Cabar nos dimos cuenta que de otra de sus geniales y jugosas características: le encanta, y no puede evitar, tirar la innecesaria.

En este caso las que vienen a cuento son 3 que ya varias veces nos dejaron mal parados a todos. La primera es un clásico del viajero en país de idioma extranjero. Amparado por las diferencias del lenguaje, no tiene escrúpulos a la hora de hablar, mal o bien, sobre las personas que tiene al lado y que sabe no lo entienden. Ésa la hacemos todos, incluido el Tanela. Pero él siempre se las arregla para ponerle una pizca de sus condimentos, su marca registrada. Una de sus preferidas es la de onomatopeyear abundantemente y luego dejar reposar, y podría funcionar así:

Situación ficcional: entra al lugar donde estamos, y de la mano se du marido pilar de los all-blacks, una mujer de busto considerable tirando a muy considerable.
Reacción Tanelística: “Epa, epa, epa, (mirando a la mujer con los ojos salidos) viste las dos flor de tetas de esa hembra?”

Es obvio que el pilar de los all-blacks no entiende que “dos flor de tetas” refiere a los senos considerables tirando a muy considerables de su señora esposa/acompañante, pero no hace falta ser editor del Little llustrated Larousse para descifrar lo que un “Epa, epa, epa” y dos ojos salidos pueden anteceder, sobre todo en presencia de los susodichos. Con ser rugbier y forzudo alcanza.

Siguiendo esta línea, dentro de su catálogo de gambetas de más también encontramos “la internacional”. La misma consiste en meter en medio de la frase en castellano una parte en inglés, que si estás de viaje, por ejemplo en Nueva Zelanda, te la entienden todos.

Situación basada en hechos reales: (ante la urgencia de comer y la presencia de una sola mesa, ocupada, en todo el camping; y frente a la guardaparques) “Pero, viejo, ¿no hay otra mesa en este fucking camping?”

Por último, la más destacada y recurrente de sus magias, la que Cabar bien supo definir como “Levantar la perdiz”: la misma se produce cada vez que estamos tramando algo respecto de lo cual queremos pasar desapercibidos. Y es justo cuando estamos por conseguirlo que aparece él manijeando para autoboicotearnos el plan.

Situación basada en hechos reales: ante la urgencia de dormir sin morirnos de frío al lado del lago, buscábamos algún lugar un poco más reparado. En eso encontramos un cooking shelter ideal, salvo por la presencia de varias personas que estaban en su interior pero que seguramente a las 19 hs ya estarían durmiendo. Mientras Cabar y yo tomamos nota mental del hecho, el Tanela, como no podía ser de otra manera, levanta la perdiz y lee, gritando y ante todos los presentes: “No camping or overnighting”.

Este tipo de imprevistos, como el del viento que sopla incansable contra la orilla del lago justo a la hora de dormir, puede pasar y pasa, pero de una u otra manera siempre lo sorteamos. Lo que todavía no podemos evitar es que justo cuando lo logramos, el Tanela levante la perdiz.

Welcome to the middle of no-where

14/02/2011 § Deja un comentario

Así describió a St. Arnau la chica del Department of Conservation visitor Centre: «El medio de la nada». Fue cuando le preguntamos si había algún otro shop que no fuera el que nos arrancó la cabeza cuando compramos las provisiones para nuestra travesía frustrada.


Al día siguiente íbamos a volver a empezarla, esta vez estudio previo y pormenorizado del mapa mediante, y necesitábamos reponer comida. Pero St. Arnau es un pueblo fantasma, de esos que Walter odia porque no hay nada mejor que hacer. Un shop sobre la ruta (que hace también las veces de estación de servicio, takeaway, panadería, public toilet y locutorio), un camping lleno, otro cerrado, un baño público y una playita de piedra que parece pintada al borde del lago Rotoria, uno de los que forman el Nelson Lakes National Park. Aburrimiento para todos, alegría para los del shop en el medio de la nada que no paran de vernos entrar a vaciarles nuestras arcas por quinta vez en dos días.

 

Eso en el pueblo. Pero no en la montaña.

Después de levantarnos temprano emprendimos rápido el camino a la cima, que esta vez, por suerte y pericia, fue el indicado: la subida pronunciada entre la roca no tenía nada que ver con todo lo que caminamos el día anterior subiendo y bajando a orillas del lago. Éste sí parecía el sendero hacia un refugio de montaña. La primera hora fue durísima, hasta llegar al pico del Mt. Robert. A partir de ahí, una caminata sin igual haciendo equilibrio por el filo de una cadena de picos de montaña. Para un lado u otro, se veía todo. A las dos horas más o menos, estando a mitad de camino, paramos a comer y dormir la siesta en una de las cumbres. Y a diferencia de ayer, esta vez llegamos en tiempo y forma.

El Angelus Lake aparece atrás de una subida de 8 hs, encerrado por un semicírculo de picos puntiagudos. En una de sus orillas está el refugio, habitado desde hace 6 meses, invierno incluido, por una guardaparques de lo más loca y simpática, dos condiciones básicas para pasar afrontar el invierno aislado allá arriba. También compartimos el refugio con varias parejas de distintas procedencias (NZ, francesas y alemanas entre otras) y con un grupito de israelíes que hacen que nos sintamos un poco menos colgados cuando vemos que no somos los únicos que cenan después de las 19hs.

A las 21 la mayoría duerme, y se pierde lo mejor. Primero nos taparon las nubes, quedándose un rato largo estancadas en el valle del lago. A las 23 ya duermen todos, soy el único que está despierto cuando las nubes desaparecen y el cielo se llena de polvo de estrellas.

Al otro día, una vez más los parques de NZ vuelven a sorprendernos. Decidimos bajar por otro camino, el Sparegrass Track, que en lugar de ir por la montaña va por uno de los valles que se forman entre ellas, siguiendo un río, entre pastos altos por la cintura, mallines con barro hasta las rodillas o más y bosques encantados.

Ni bien bajamos nos fuimos de St. Arnau. Odiamos el pueblo, pero amamos su montaña.

Este post lo escribí acá:

A PPT

14/02/2011 § Deja un comentario

 

La mesita del shop al costado de la ruta

PPT. Tijera, Papel. Pibe 1, Cabar 0.
PPT. TIjera, Tijera. Pibe 1, Cabar 0.
PPT. Tijera, Tijera. Pibe 1, Cabar 0.
PPT. Tijera, Papel. Pibe 2, Cabar 0.
Y duelo finiquitado. La buena tijera, nada le gana.

Si es verdad que todo lo malo tiene algo bueno, esta vez fue la tijera la que me dio la primera alegría en un mal día. Hace cuatro horas y media empezamos las seis de caminata en subida hacia el Angelus Lake y su refugio de montaña, nuestro próximo destino dentro de otro parque nacional, el Nelson Lakes. Había pasado sólo media hora cuando llegamos a una bifurcación en el camino. Un cartel indicaba dos rumbos posibles, pero ninguno de sus destinos coincidía con el nuestro. Entonces acudimos a la generosidad neozelandesa. Una pareja de lugareños comía bananas antes de seguir su caminata, y fueron ellos los que no dudaron en mandarnos para allá. Sonaran como sonaran, se vieron seguros. Una sonrisa de oreja a oreja nos quitó todas las dudas, y hacia allá fuimos.

Cuatro horas y media después, estamos otra vez en el lugar desde el que empezamos a caminar. Pero mucho más cansados. La parejita nos mandó por el camino equivocado. Y con 3/4 de la caminata hecha, y con 4/4 de la caminata por hacer, ya no nos dan ni el tiempo, ni el físico, ni el humor para seguir.

Sólo nos queda acordarnos de sus sonrisas y esmerarnos para lo más pronto posible tener una parecida. Yo doy el primer paso gracias a la buena tijera. El duelo de PPT queda de mi lado y así me evito una subida de quince minutos al trota para buscar el auto.

Lo bueno de un mal día con una alegría, es que después de ésa ya pueden venir todas las demás.

 

Nelson Lakes National Park

Embolsamados

14/02/2011 § Deja un comentario

Acá dormimos en Queenstown

Cuando decidís hacer un viaje por otros lados del mundo, en los que como en tu país manda un capitalismo empedernido, pero en los que a diferencia de lo que pasa en el tuyo circula una moneda mucho más fuerte, podés hacer dos cosas: ir a trabajar a esos lados del mundo para ganar moneda de la fuerte y después gastarla viajando, o gastarte lo que durante años de trabajo te pagaron con moneda de la que vale 3 o 4 veces menos que la fuerte y después trabajar.

Íbamos a hacer la primera, pero terminamos con la segunda. Lo cual es más o menos lo mismo que decir que estamos sin un mango, viviendo de ratas. Entonces el viaje es más gasolero que nunca. El Sunny es nuestra casa, la bolsa de dormir mi refungio, y el aislante y el piso mi colchón y mi cama. Las noches son complicadas y viendo que se me viene un año de viaje y sueño en estas mismas condiciones, tuve el buen tino de hacer dos adquicisiones claves para mi relación con la bolsa. Y como no podía ser de otra manera, las mismas figuran en el «AB del buen y orgulloso dormilón de bolsas».

Otra de las noches de Murchison, a prueba de lluvias.

A. CapuchaSystem

Todas las bolsas que se precien de buenas tienen que tenerlo, y todos los viajeros que no tienen un mango deberían conseguirlo e invertirlo en una de ellas. Sin CapuchaSystem, olvidate de dormir en la calle: la luz, el «psssssssss» de los mosquitos o mismo un pedazo de  flying-pinapple proveniente de un «Barbaque municipal» pueden despertarte al hacer contacto con tu desprotegida cara.

Modo de uso:
1. Meterse en la bolsa.
2. Cerrar la capucha al máximo, cubriendo cabeza y cara en su totalidad, y dejando un pequeño orificio por donde pase el aire.
3. Chequear orificio: que pase el aire, pero no los mosquitos.
4. Dejar reposar hasta el día siguiente.

Función:
Térmica, Onírica, Psicoanalítica.

Dato de color:
Flatulencias Unfriendly.

Posología:
Por las noches o después de cada comida. Compatible (muy) con la ingesta de alcohol.


B. Pascualito Rambert´s Move

Movimiento rectilíneo uniforme a uniformemente variado que te permite quedar boca abajo.  Su ejecución es propia del momento posterior al cerrado de todos los cierres y velcros de la bolsa, con lo cual es preciso sentirse zanahoria, morrón y huevo adentro de un matambre relleno. Por esta misma razón hablamos de un truco de comienzo suave y armónico, que pronto se torna en un claustrofóbico revolcarse para acá y para allá hasta conseguir el objetivo.

Trayectoria:
Símil pescado rebotando afuera del agua (novatos), símil panqueque volando por los aires(expertos), símil taladro mecánico fuera de control (imbéciles).

Dato sensorial:
Plácido en sus segundos iniciales, desquiciado en todos los demás.

Dato «ad hoc»: el movimiento en sí poco tiene del inigualable avioncito de Pascualito () pero su posición final lo evoca con creces.

Peligro:
Posible somnolencia en miembros superiores si se los lleva a la altura de la cabeza. Mechar izquierdo y derecho en forma de comisiones.

Las dos arriba mencionadas figuran en el «AB del buen y orgulloso dormilón de bolsas» y son por mí catalogadas, en relación a todo lo que al ambiente del camping refiere, como Wilkomen Magic.

 

Acá dormimos, cuando el rocío nos dejó, una de las noches en Murchison

Eye Friendly

01/02/2011 § Deja un comentario

Finalmente, y despues de mucho tiempo, TrankaroLa poR el muNdo parece un blog de viajes. Descubri como hacer para subir las fotos a tamanio digno y en medio de los post, ilustrando las palabras. Ahora solo falta mejorar ambas.

Mientras tanto, los post anteriores ya lucen, cual desfile de Giordano, su nuevo look Eye Friendly.

El antes y el despues de un ferviente seguidor de TrankaroLa poR el muNdo.

 

Un detallado, pormenorizado, exhaustivo, erudito y por qué no honorable, inventario de lesiones que hoy por hoy aquejan mis pies.

21/01/2011 § 1 comentario

A 22 días de haber empezado el viaje, bajo la cabeza y cuento, en las plantas de mis pies y alrededores:

Pie izquierdo:

  • 1 herida cortante, de 2 cm aprox., devenida en ampolla explotada, en la punta del dedo gordo.
    Data de un día.
    Estado: aguda.
  • 1 herida interna que creo ser un esguince en lo que creo ser el metatarso del dedo gordo.
    Data de no me acuerdo cuándo, o sea que no data.
    Estado: crónica mientras sigamos de playa.

Pie derecho:

  • 1 herida importante en la uña del dedo gordo: se me dio vuelta la uña jugando fútbol playero, seguramente tirando alguna “Magic Wellcomed” para la cual no estoy del todo apto. Después se partió y se me cayó la mitad.
    Data de 5 días.
    Estado: agudo pero mejorando.
  • 1 ampolla de sangre de 0.7 cm de diámetro en la punta del dedo gordo. En realidad es ovalada, pero como no sé cómo se miden los óvalos, tiro el diámetro aprox.
    Data de 6 días o más.
    Estado: inofensiva, indolora, decorativa (parece otro lunar)
  • 1 herida tipo tajo en el pliegue que se forma entre el dedo gordo y en donde apoya lo que creo ser su metatarso.
    Data del primer día del viaje.
    Estado: crónico y metamorfoseándose (cambia de pinchadura a tajo, de tajo a agujero, de agujero a no tan agujero, y así).
  • 1 herida punzante propia de la que te genera una espina que hace varios días aloja en la planta de tu pie.
    Data de hace varios días, sin precisión.
    Estado: agudo, a solucionar en la brevedad mediante excavación con aguja.
  • 1 herida tipo circular cerrada, tipo cicatriz.
    Data de estos días.
    Estado: restos.
  • 1 mil o más heridas tipo ronchas rosas tirando a rojas (coloradas si sos de zona norte, man) producto del ataque indiscriminado de mosquitos y sandflys durante 7 días de Abel Tasman National Park con el Off en el baúl del Sunny (a 20 km aprox.).
    Data del día a día.
    Estado: picando como nunca antes me había picado nada, y empeorando.
  • 1 picadura rascada y devenida herida profunda y circular, tipo carne viva, de 1.5 cm de diámetro aprox.
    Data de 1 día.
    Estado: consciente (prefiero rascarme las otras que todavía no están tan mal).

Si contamos las un mil o más picaduras como una sola herida (cosa que no está tan fuera de lo real, ya que cuando me rasco, me rasco todo el pie junto, entero, con todas las 10 uñas de todos mis sendos dedos, como si se tratara de una sola herida y, por ende, de un solo tratamiento científico) sumo 9 lesiones de distinto tipo, factor, envergadura, data y estado. Son muchas, y cada una dueña de un lugar, más precisamente un bullet, en “Un detallado, pormenorizado, exhaustivo, erudito y por qué no honorable, inventario de lesiones que hoy por hoy aquejan mis pies”.

Fuckingsandflys

21/01/2011 § Deja un comentario


Las playas de NZ son perfectas. Y a todos los que me dirían que la perfección no existe, o mismo a Juancho, que me preguntaría “pero, pibe… ¿qué es la perfección para vos?”, les digo que tienen razón, que las playas de NZ no son para nada perfectas. Y esto por una simple razón: son hábitat, y por ende el lugar en donde ellas se hacen habitué, de las Fuckingsandflys (NdeR: el fucking es mío).

Estos fucking animalitos son diminutos, voladores, incisivos, maléficos, detestables e insistentes. Y además, fucking. Los odio. Vienen en banda, al tuntún y sin titubeos, y arremeten a-como-dé-lugar contra tu pierna o símiles, y te pican a más no poder. Y peor que cómo te pican es que no sé por qué siempre lo sentís unos segundos después. O sea que no estoy seguro si es porque te inyectan algún menjunje anestésico retardador o por qué fucking razón, pero te pican siempre. Y recién después te avivás.

Por su perfil físico-psíquico, me animo a vaticinar que son primas lejanas, línea materna, de los jejenes. Igual de chiquitos, igual de negros, igual de voladores e igual de hincha pelotas. Y mucho más malignos. Por eso tan pronto como acabo de conocerlos acabo de sumarlos a mi ranking de 3 únicos animales en el mundo que estoy dispuesto a matar, que por ende ahora es de 4:

1. Mosquitos      2. Jejenes            3. Tábanos          4. Sandflys

Y sólo por eso las playas de NZ no son perfectas, porque tienen Sandflys. Aunque si le tuviese que responder a Juancho, le diría que, para mí, eso es la perfección.

Abel Tasman National Park

21/01/2011 § 1 comentario

Después de hacernos los exploradores por los desiertos volcánicos del Tongariro nos toca descansar.

Con ese objetivo entre ceja y ceja nos subimos al Sunny y nos direccionamos al sur. Las rutas siguen siendo tan increíbles como desde la primera vez que las transitamos, pero ya hace rato que cambiaron su fisionomía. Ni bien abandonamos las que bordean la costa para adentrarnos en la isla norte, dejamos de serpentear para arriba y para abajo, a izquierda y derecha, entre colinas. Ahora las vemos sólo a lo lejos, enmarcando las planicies y mesetas que atravesamos, casi en línea recta, hasta Wellington, última ciudad de la isla norte.

Como ya se nos hizo costumbre, llegamos a cualquier hora de la noche, sin hostel y sin lugar para estacionar, pero con Lonely Planet, que nos ayuda a encontrar lo primero mientras buscamos lo segundo. Finalmente, hacemos noche en el BASE (como en Auckland). Los chicos la pasan durmiendo y yo con el blog. Esto también se hizo costumbre: la una de cada 8 o 9 noches que pagamos un hostel es el único momento en el que puedo estar un buen rato con la netbook enchufada, así que la paso despierto aprovechando para tipear lo que escribí en el cuaderno.

Al otro día hacemos tiempo para llegar al ferry, tanto que casi lo perdemos. El puerto está a unas pocas cuadras, pero en el camino nos agarra el segundo embotellamiento desde que estamos en NZ (éste era por una repavimentación, y el primero por arreglos en un puente camino a Coromandel). A las 13.15 hs., diez minutos más tarde del límite para el check-in, nos anunciamos en la garita donde se hace dicho trámite.

Minutos más tarde estamos arriba del ferry y, por un rato, nos vamos de NZ, hasta llegar a la isla sur (algunos dirán que en realidad no salimos de NZ, y a ésos yo les diré que en la mía sí). Las tres horas de barco empezaron con olas gigantes sacudiéndonos, al ritmo del viento, de acá para allá, para terminar más calmas, en aguas tranquilas, protegidas por los fiordos de la región de Malborough, en una de cuyas orillas se encuentra Picton, primer lugar que no pisamos en esta isla. Ni bien bajamos el Sunny del barco, y sin hacerlo nosotros del Sunny, ponemos “D” hacia el noroeste en busca de Nelson, Marahau y el Abel Tasman National Park

(NdeR: “D” sería como la primera de una caja manual, pero que al ser automática se le agregan la segunda, tercera, cuarta y quinta en caso de que la tenga, cosa que no creo suceda en éste)

Antes del Tongariro habíamos hecho una compra grande en un Pack&Save. Incluía desayuno, almuerzo, merienda y cena para los 7 días de Abel Tasman (a partir de ahora AT), pero carecía de frutas, que paramos a comprar en un CountdDown de Nelson. Los víveres para nuestros próximos días podrían enmarcarse en los siguientes abundantes, nutritivos, deliciosos y livianos menúes que paso a detallar:

DÍA UNO

Desayuno: barras de cereal, ración de frutas*.
Almuerzo: Atún con choclo o arvejas y pan lactal.
Merienda: Barras de cereal, ración de frutas, galletitas Chips&Chocolate.
Cena: fideos o arroz preparados con salsa, todo disecado.
Bonus Track: medio salame con pan (a dividir entre 3) para después de cada caminata, sopas cremas Quick.

*a elegir entre una de las siguientes según el día: ananá, bananas, naranjas, manzanas, melón.
**las cantidades y variedades citadas son las correspondientes al plan inicial.

DÍAS 2,3,4,5,6 y 7, ídem DÍA 1.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que nos diéramos cuenta de dos cosas fundamentales: la primera es que aquel objetivo que tan oportunamente supimos ponernos entre ceja y ceja después del agotamiento producido por el Tongariro, el mismo que izaba la bandera del Trancarola y se proponía descansar, había sido tirado por la borda en el mismo momento en que lo concebimos: trasladar en nuestras espaldas 7 días de desayuno, almuerzo, merienda y cena (por más fideíto y arrocito deshidratado que le metiéramos) y descansar, no se llevan para nada bien. De esto nos avivamos apenas hacemos la división de bienes y los cargamos en nuestras mochas. De que los mismos no son tan abundantes, nutritivos y deliciosos como suponíamos, un par de días después, cuando el hambre nos dejaría a punto de fallecer.

Así, conscientes de que el peso que transportábamos y los alimentos que nos darían la energía para hacerlo (siendo uno y otros la misma cosa) difícilmente nos dejaran alcanzar los niveles deseados de trancarolidad (o trancarolitud, ambas acepciones homologadas recientemente por la RAE), pero necios como pocos y con muchas ganas de lograrlo, nos adentramos en las playas doradas de la Golden Bay y en las selvas que nos llevarían a ellas, dentro del Abel Tasman National Park.

Te Pukatea Bay – 15 y 16 de enero.

Después de cuatro horas de cruzarnos niños y no tan niños exploradores con fastuosas trecking boots de todos los tipos y colores, llegamos a la primera playa. Nosotros y nuestras Havaianas.

Las trecking boots te permiten desplazarte por caminos sinuosos y llenos de obstáculos (como los que recorren los montes y selvas del AT) sin tener que preocuparte por sus imprevistos. Te dan la posibilidad, por ejemplo, de usar como apoyo firme las raíces que otros no paran de pegarse en el morado dedo gordo de su morado pie (Havaianas); o de aferrarte en pendientes por las que caen la lluvia y (en ella) no tan niños exploradores (Havaianas).

Podría decir, sin temor a equivocarme, que las trecking boots son ideales para el Abel Tasman Costal Track (una de las Nine New Zealand Great Tracks). Y que las Havaianas son ideales para nosotros. Aunque no sin el mismo temor a la hora de hablar de Euge.

Habrían pasado 500, tal vez 600 de los tal vez más fáciles (debido a sus 0 puntos porcentuales de pendiente y a sus 100 puntos porcentuales de madera en forma de deck bajo nuestros pies que los constituían) metros de la caminata del AT Costal Track, cuando pisamos el bosque y su sendero. Y fue en ese pisar, y no después de 5 días de andar y trepar, cuando las energías escasean y las torpezas abundan, cuando a Euge se le rompió la tira de una de sus Havaianas. Más precisamente, la izquierda.

Un mal momento para él, y uno peor para nosotros, que tuvimos que soportarlo quejándose. Por suerte un par de horas más tarde encontramos en el sendero una Havaiana sin dueño. Y por mala suerte, las quejas menguaron, pero no cesaron, porque la que encontramos era otra derecha.

Al rato llegamos a Te Pukatea, una bahía amplia de arena dorada, agua turquesa transparente, camping con capacidad para 10 carpas, y más o menos dos carpas. Otra y la nuestra. Acá estuvimos una noche y el highlight de la estadía fue a la mañana siguiente cuando hicimos una comisión bajo el mar de avistamiento du fauna, fruto de la cual supimos apreciar muchas rocas, bastantes algas, algunos pececitos y un par de estrellas de mar, vivas.

La noche anterior, algún animal maldecido, nos robó una barra de chocolate y, obviamente, se la comió. Pero como buen fanático de los dulces, el packaging y el aluminio no se los llevó, sólo los desparramó por todos lados para gastarnos un poco más.

Midlands Bay – 16, 17 y 18 de enero.

Al día siguiente caminamos otras 4 horas, en las mismas condiciones de presión y temperatura que las anteriores, para llegar a una playa chiquita de arena blanca, con lugar para 6 carpas y 3 patos. Nótese que a pesar de haber disponibilidad carpística, no sucedía lo mismo con los cupos para patos: los mismos estaban todos cubiertos, habiendo 2 negros de cuello y cabeza blanca, uno de los cuales gustaba de tomar sombra parado en una pata (no de las plumíferas sino de las que tienen dedos, o en este caso, membrana), y uno todo negro, que seguía a todos lados al restante de los otros dos.

En esta playa conocimos a una letona que nos contó que casi muere ahogada por querer cruzar los estuarios que al formarse por las Low Tides (Mareas Bajas) sirven de atajos a los trampers (caminantes, o algo así). Los mismos te ahorran una o dos horas de subida y bajado por trayecto, pero si los querés cruzar cuando el mar ya está creciendo, como hizo ella, lo más probable es que veas cómo antes de que puedas darte cuenta se llenan de agua para transformarse en una pileta de natación, profunda, oleada e interminable. O en un océano.

Nosotros las agarramos siempre, pero para eso tenés que chequear una tablita de mareas que se ve que ella no chequeó. Al final, la salvó un pibe en kayak.

El destacado de esta playita fue que tenía su estuario propio, que hacía las veces de jardín de invierno de nuestra carpa, en donde supimos jugar altos futboles y desplegar indecibles Magics Welcomed.

Awaroa Bay (vía Bark Bay) – 18, 19 y 20 de enero.

El último día de Midlands nos despertamos inundados. Afuera diluviaba y adentro también. Así que como pudimos guardamos todo y nos fuimos a Bark Bay, la bahía cruzando el morro, que tiene un camping más preparado, con cooking shelter (una especie de cocina-refugio techada). Obviamente en su abajo estaba lleno de gente y con ellos nos quedamos varias horas, hasta que nos aburrimos. Justo era hora de Low Tide así que cargamos las mochas y arrancamos. Seguía lloviendo, pero la selva tapaba bastante, sólo había que tener cuidado con los precipicios. Fue por lejos la caminata más divertida y en su interín pasamos por una playa increíble, Onetahuti Bay.

En Awaroa estuvimos dos noches. La primera llegamos con la carpa empapada así que la armamos sólo para que se secara, porque planeábamos dormir en el cooking shelter. Y no sólo lo planeamos, también lo intentamos, pero la invasión de mosquitos lo hizo imposible y, de a uno y cada media hora, fuimos bajando a la carpa, mojada, pero inmune.

Los destacados fueron los estuarios que se formaban con las mareas, formando paisajes increíbles: con la Low Tide, desiertos de arena, que a medida que se van llenando de agua empiezan a formar islas, hasta finalmente devenir en lagos productos de las High Tide. Cuando empieza a bajar el agua, el ciclo vuelve a empezar.

Acá nos encontramos con 5 neozelandesas con las que habíamos pasado la tarde de cooking shelter en Bark Bay. A las 6 am del otro día nos despertaron, y partimos a Anapai Bay.

Anapai Bay – 20 y 21 de enero.

Llegamos a la última de nuestras playas en ÄT. Es una de las más norteñas, pasando Totaranui. Por el pegar del viento en mi dedo índice humedecido, por el recorrido que hicimos y por las brújulas impresas en todos los 20 mapas que llevamos con nosotros, sospecho que esta bahía tiene otra orientación, lo cual la hace más ventosa. La playa es más rústica y el mar crispado, lleno de corderitos. No hay gente en el camping pero sí mucha que pasa haciendo footing, tramping o queséyoing.

Lo destacado es que a partir de las 14 hs ya no queda nadie. No sé si se van a cenar, a invernar o a morir de depresión, pero la cosa es que a esa hora los kiwis ya no están. Y entonces la playa es nuestra. Le hacemos caso al pibe del i-site (son las oficinas de turismo que hay en cada ciudad, pueblo o paraje al que llegás, y en los cuales te atienden de maravillas) y al pasar la roca de la punta de la playa nos encontramos con lo que él nos recomendó: “a private beach”. Similar a la de Cathedral Cove, pero más chiquita. También se entra por una especie de cuevita, aunque si querés, y sos muy aburrido, podés acceder por atrás de las rocas sin pasar por la cueva, o por un camino. La arena es dorada y el mar helado.

Mañana nos volvemos. Abel Tasman nos encantó en cada una de sus bahías y nos atrapó con sus selvas y bosques. Pero ahora nuestras mochas están vacías, ya no tenemos comida y, salvo hasta a donde nos viene a buscar la lancha, ya no caminamos más. Nos queda casi todo hoy y casi todo mañana, para hacer, full time, los que vinimos a hacer: descansar.

En las tierras de Mordor

13/01/2011 § 2 comentarios

¿La playa o la montaña? Toda mi vida me sentí más atraído por la montaña.

Desde el minuto cero, cuando estás en la base, con un gigante adelante a quien te le ponés en frente y te y le prometés que lo vas a recorrer, pase lo que pase y hasta llegar a lo más alto; o cuando te encontrás perdido en el medio de un bosque, con la boca seca y pastosa y los músculos de las piernas tan duros como las rocas de las cuales intentan separarse, empujando una y otra vez, siguiendo un sendero que podrías apostar que es el que venías siguiendo, aunque no estás tan seguro porque viste varios otros que salían diseminándose hacia todas partes de la montaña, en el mismo momento en que te decís que romper una promesa no es digno de un hombre salvo que se la haya hecho a sí mismo o a la montaña y al momento de hacerlo se encuentre no tan alto como esperaba; o cuando llegás a la cima y descubrís todo ese lado del mundo que la pared que subías te estaba escondiendo, te parás en la roca más alta, abrís los brazos al viento y a su chillar en tus oídos y empezás a girar mirando el mundo desde bien arriba, hasta que en eso ves una roca un poquito más alta, tal vez unos 30 o 40 cm más alta, y sin saber por qué ni querer averiguarlo, te bajás de la tuya para subir a la otra y repetir el ritual, esta vez sí desde lo más alto que podés, y disfrutás esa libertad que te da la inmensidad de la montaña, de poder ver lo que nunca ves, y que para mí es la sensación de sosiego; desde cualquiera de esas situaciones, y por ellas, siempre preferí la montaña.

A la playa la siempre la sentí más monótona: llegar, tener calor, tirarse al mar, salir, llegar otra vez (sin haber vuelto a llegar), tener calor, tirarse al mar, y así. Eso hasta que hace dos años por primera vez en muchos otros pisé una playa paradisíaca. Fue en el norte de Brasil, y fueron cuatro distintas (Arembepe, Praia do Forte, Mangue Seco y Morro de San Pablo), una tras y mejor que otra. En ese entonces viví la playa con la misma intensidad que la montaña, y desde ese día, sigo haciéndolo. Y cada vez que me preguntan qué prefiero, si la playa o la montaña, digo que prefiero las dos.

Y lo mejor de Nueva Zelanda, es que tiene las dos versiones, en forma increíbles, y a pocas horas unas de otras. Por eso después de 10 días de vida playera, agarramos el Sunny y enfilamos por la ruta 33 hacia el sur, esperando llegar al centro de la isla norte. Pasamos de largo Rotorua e hicimos noche en Taupo, una ciudad a orillas de su lago homónimo, el más grande de NZ, con la cual tuvimos contactos de los más extraños (ver apartado Taupo próximamente).

Durante el día nos aprovisionamos de víveres para sobrevivir en la montaña y después de una bicicleteada en medio de la selva siguiendo el curso del río Waikato (también el más largo de NZ) manejamos hasta Whakapapa. Hicimos noche en el estacionamiento, con aislante y bolsa entre el auto y los arbustos, y a las 8 de la mañana del otro día, después de levantamos una vez más bajo los gritos de Euge (que no para de despertarme cada vez que me duermo!), ya estamos listos para arrancar.

Un colectivo nos lleva hasta las no puertas del parque nacional. Una vez más, estamos solos, nuestras mochas (bastante cargadas, entre comida y abrigo) y nosotros, a 1000 metros de altura, con una planicie de un lado y un sendero que apunta hacia el otro, el de los volcanes, bajo nuestros pies.

 

El paisaje todo a nuestro alrededor es de lo más surrealista: con la misma velocidad con la que nos vamos adentrando en el valle empiezan a aparecer en cada una de las laderas que lo rodean, cada vez más y con mayor frecuencia, rocas volcánicas por doquier. Las primeras son sólo excepciones en un desierto de arena, las últimas son el desierto haciendo de la arena la excepción. Todas, las que vienen de a pocas como las que casi se pisan, las que levantamos con dos dedos o las que van a morir ahí, parecen haber sido llovidas, desde el cielo y violentas, hasta caer en lo que será su lecho por mucho tiempo, tal vez toda la eternidad. Y la diferencia entre ser y parecer a veces es muy grande, pero otras muy chica. En este caso, nula: la piedras parecen y fueron llovidas.

Ahí nomás, al lado nuestro está el volcán Ngauruhoe. 2291 metros de un cono perfecto, con laderas a 45 grados y cima invisible, casi siempre tapada por las nubes. Una obra de arte digna del mejor de los artesanos, que tal vez en tiempos remotos lo modelara en arcilla para ofrendárselo a algún dios que agradecido le diera vida y actividad, o mismo a la pacha mama. Cuando llegamos a su base ya habíamos subido 2 horas, y para llegar de ahí al camping nos faltaban 3 o 4 más. Subirlo y bajarlo nos tomaría, según los carteles, alrededor de otras 3, así que en total serían unas 8 o 9. Y como nosotros nos hacemos los kiwis pero nuestros horarios siguen siendo bien argentinos, no sabíamos quién iba a llegar antes, si nosotros o la noche. De todas formas, decidimos empezar a subir, de última, siempre hay tiempo para bajar.

Hacía un rato un cartel nos había avisado que estábamos entrando en condiciones alpinas, pero omitía detallar aunque sea algo sobre lo desfavorables de las mismas. Entre la pendiente a 45 grados, el suelo resbaladizo de arenilla volcánica, el viento más fuerte y helado que nuestras manos hayan sentido y que volaba nuestras mochas y con ellas a nosotros, y las piedras filosas que eran de lo único que nos podíamos agarrar, la subida se hizo más que complicada. Igual valía la pena, aunque nunca llegamos a la cima. Pero sí hasta muy alto. Desde arriba se veían el South Crater, a sus espaldas el Blue Lake y más atrás el Lake Taupo, todo, a través de las montañas. Justo en este momento, un día después y ya en el refugio, mientras escribo estas líneas, Cabar me lee un folleto informativo que describe al Mt. Ngauruhoe:  resulta que es “very challenging”. Y resulta que tal vez por eso, fue el lugar que eligió Peter Jackson para recrear Mordor, en El señor de los anillos.

 

 

Apenas bajamos del monte seguimos camino. Atravesamos de punta a punta el South Crater, una planicie de texturas amarillas, rojizas y ocres, que onduladas denotan que en eso que hoy pisamos algún día nos hubiésemos hundido (si antes no hubiésemos desaparecido incinerados), que esa tierra fue líquido, más precisamente lava. Y que hoy, sumergido entre sus bordes filosos, es el cráter del volcán. En su interior vi uno de los paisajes que más me gustaron de todo el parque. Millones de piedritas de todos los tamaños y colores brillaban a la luz del sol, y juntas creaban algo así como una polifonía luminosa, haciendo de ese lugar uno con una energía sobrenatural, mágica.

Al lado del South, se encontraba el Red Crater, y al subir sus paredes rojas aparecía por primera vez la Emerald Lagoon, junto al Blue Lake. Es un lugar increíble, y por eso a orillas de todo eso fue donde paramos a hacer comisiones de todo tipo y factor. Sopa, avistamientos varios y demases. Las no tanto y las prioritarias, todas las comisiones tuvieron su lugar, en uno de otro planeta.

De ahí al camping fueron como dos o más horas, algunos de cuyos trayectos los hicimos tocando el cielo con las manos, y con los pies, y con todo el cuerpo, porque íbamos por arriba de ellas. El zigzag era interminable y la verdad es que ya queríamos llegar. Teníamos las piernas duras, poca agua, hambre y sueño. Un combo perfecto para volver a la vida cuando después de una de sus interminables curvas el camino llegaba a su fin en las puertas de un refugio que, por un lado, mira a un lago y, por un lado, mira a un lago. Es decir que mira a dos lados, por un mismo lado. Están uno atrás del otro, separados por una Pierre Luigi (Colina). Por el otro lado, sin embargo, y como la mayoría de los lados, también mira a algo: a la montaña, y a su aspereza, a sus desniveles rocosos escondidos debajo de manchones de pastos largos, secos y pajosos. Y fue precisamente en ese lado, el que podría denominarse malo, feo, aburrido, incómodo u olvidado, en donde tuvimos que armar la carpa, y llenarla de rocas adentro para que no se volara, y meternos nosotros también para que si se volaba, por lo menos no nos separara de nuestras mochas, que para un mochilero, es como para un porteño la casa. La noche ahí arriba fue helada, pero el despertar, solos con la montaña, para volver a hacer una, dos y mil veces.

Ahora nos quedan dos horas, de bajada y de despedida. Me voy del Tongariro, sabiendo que quiero volver. Pero antes está el Abel Tasman National Park, otro de los Nine New Zealand Great Tracks (como el Tongariro Crossing), pero éste de playas. Porque me encanta la montaña, y la prefiero tanto, como a la playa.

 

Éste post terminaba ahí. Sentía que no le faltaba nada y que en las dos horas de bajada que nos quedaban ya no iba a pasar más nada. Pero el Tongariro me cerró la boca. Y al otro lado de la montaña, atrás de una curva cerrada, nos atrapó adentro de su selva. Al parecer de este lado llueve mucho más (será a causa de esas precipitaciones orográficas que nos enseñó Ucha en segundo año y pensamos que era un concepto que jamás íbamos a poder aplicar) y toda la vida que no había en el cementerio volcánico, acá se expresa con fuerza y color, y hacia arriba. Todo tipo de plantas, con verdes saturados, se disputan un poco de sol a 5 o 6 metros de altura. A esa misma distancia del piso, pero haciendo lo contrario, buscando un poco de sombra, cantan los pajaritos. Los mismos que no vimos en la montaña, y los mismos que no vamos a ver en la playa, porque estos pajaritos prefieren la selva, la selva escondida del Tongariro.

Solos en el mundo

13/01/2011 § 1 comentario

Hace dos días y dos noches llegué a una playa lejana, la mejor que llegué en mi vida.

Está como todas las playas llena de arena. Pero ésta, la tiene blanca y fina. Tiene como todas las playas un mar. Pero ésta, lo tiene verde esmeralda tirando a azul transparente, pasando de a ratos por el turquesa, según el lugar que se mire. Empieza verde esmeralda ahí donde en todas las otras playas caminás en puntitas para ver cómo está el agua. Pero en ésta, esa parte te la saltás. Y te la saltás literalmente, porque el agua es tan helada, y tan hermosa a la vez, que cuando te metés te dan ganas de hacerlo corriendo y lo más rápido posible.

Me gusta empezar la carrera desde la playa, a través de ella y con dirección al mar y sus islas, para llegar a las olas lo más rápido posible, y saltarlas unas y otras, hasta no poder más y sambuyirme. Así como vengo, con toda mi fuerza y una sonrisa en la cara.

Abajo del agua te olvidás de todo, sólo disfrutás recorrerla aunque sea un poquito, mientras ella te recorre todo. Lo más lindo de esta agua es que es helada y cálida al mismo tiempo. Es helada pero nunca te da frío, y así te invita a meterte una y otra vez. Será por eso que no somos los únicos que las disfrutamos, las aguasvivas también. Vimos varias y muy grandes, pero hicimos un trato. A los dos nos gusta el agua, así que la compartimos. Nosotros nadamos, ellas nadan. Nosotros no las picamos, ellas tampoco.

En la parte izquierda de la playa hay algo así como una pirámide alta y finita, hecha de roca. O una roca piramidal. Parece un pedazo que vino de lejos, navegando a través de todos los mares, para unirse al acantilado costero. Según mis cálculos se quedó varada antes de conseguirlo, y al ver la playa que tenía al lado, nunca más se quiso mover. Yo hubiese hecho lo mismo.

Otros prefieren pensar que siempre fue parte de la madre roca, la de los acantilados costeros, y que con los años y la erosión, de a poquito fue quedando así, tan sola y acompañada. Es que por el solo hecho de ser distinta a todos y estar aislada, todos la queremos un poco más. Estoy seguro que cada uno que entra a esta playa, después de asombrarse con su presencia, procede a sacarse una foto con ella. Y tan seguro como de eso, estoy de que ninguno de todos esos nos sacamos una foto con la roca del acantilado, tanto o más imponente, como mucho menos especial. Paredes de roca hay por todos lados, rocas aisladas no. Si de estas últimas hubiera muchas, tantas como para que lo especial fueran las paredes de roca, sería porque hay tantas que formarían un grupo, separado de la pared. Entonces nos seguirían gustando las rocas aisladas, aunque en forma de pared.

Mencioné algo de entrar a esta playa. Suena raro, y lo es. Mucho más común es llegar a una playa, o bajar, desde un médano por ejemplo. Pero ésta de común tiene lo menos y, por eso, en ella se entra. No por una puerta, tampoco por un pasillo. Mucho mejor es por una caverna. Una de esas gigantes y que según dicen se le caen rocas del techo, cosa que da un poco de miedo, aunque si ves lo que tenés adelante, pasás igual.

A la izquierda hay un árbol, grande, verde y frondoso. Los árboles suelen ser así, pero no después de haberse caído. Ahí abajo es donde rancheamos, donde hicimos nuestra casita del árbol. Sin baño, sin cocina, sin habitaciones, y sin living. Pero con vista al mar. O con todo eso, en uno: esta playa paradisíaca, hermosa por donde se la mire, y por donde no también. Porque nos tocó una noche nublada y hermosa, la primera, y no podíamos verla, pero sí sentirla. A ella, su paz y su tranquilidad. Y nos tocó una noche estrellada y hermosa, la segunda, y podíamos verla, o cerrar los ojos, y nunca dejar de sentirla. A ella, su paz y su tranquilidad.

Pasamos dos noches, la dormimos y la vivimos. Fue toda y solo para nosotros. Cuando se va el sol la gente se va, al revés que la marea. Y cuando sube la marea, se tapa la caverna (ma, no leas esa línea). Y quedamos solos en el mundo. La playa y nosotros, nosotros y la playa. Sin nada ni nadie más. Nosotros atrapados en la libertad.

Y después de las noches vienen los amaneceres. Todos parecidos y bastante obvios. Siempre casi a la misma hora, y casi por el mismo lugar, sabés que va a salir el sol. Seguramente se haga desear, como todos los que saben algo de seducción. Y vos vas a estar ahí sentado, esperándolo. Porque viste miles pero sabés que todos son especiales, y porque su protagonista es el sol, que siempre tiene un as en la manga para dejarte con ganas de volver a verlo, como todos los que saben algo de seducción.

Conmigo le funciona siempre. A las 5.15 am sonó la alarma y un minuto más tarde ya estaba arriba esperándolo, como toda la noche, y el día anterior. Y como entre las 3 y las 4 de la mañana, cuando me levanté a ver las estrellas, otra vez.

Hace días que duermo 4 o 5 horas y no tengo sueño, ¿quién quiere dormir pudiendo vivir?

Así es mi vida en Nueva Zelanda, así fueron estos días en Cathedral Cove.

 

Nómades y algo menos

13/01/2011 § Deja un comentario

Desde que tenemos el Sunny, nuestra vida en Nueva Zelanda se hizo más nómade de lo que pensábamos. Ya no paramos en hostels, ni hoteles, ni nada. El Sunny se convirtió en nuestra casa. La llevamos a todos lados a cambio de que él nos lleve a nosotros. A veces dormimos en la playa, otras en estacionamientos, y cuando llueve buscamos un buen árbol. Es por eso que no tenemos internet. Tampoco dónde cargar las cámaras ni la netbook.

Como voy escribiendo en el cuaderno, tengo varios posts que todavía no tipeé. Y para que no se atrase todo, voy a subir ésos antes que éstos. Pero para no desorganizar, hago este post con los itinerarios de lo que todavía no tipeé.

Más adelante los subo. Au revoir.

Sunny Days

13/01/2011 § Deja un comentario


Auckland parece un desierto. Unas pocas horas nos son suficientes para darnos cuenta de que no pasa nada. Año nuevo fue una exhibición de luces, ruidos y no mucho más. Desde la torre de comunicaciones o desde la costanera, los kiwis mdesplegaron en el cielo todo el fuego que les falta en el alma. Para que se den una idea, a las seis de la tarde ya está todo cerrado. Lo único que queda con vida para esas altas horas de la madrugada son los restaurantes, que se llenan una hora más tarde para dejar a todo el mundo listo para la bolsa de agua caliente a eso de las diez de la noche.

Todo parece indicar que el neozelandés es un pueblo que hace casi todas las cosas de día, reservándose la otra para la noche. Dormir tienen que dormir, y sabiendo que viven en un país repleto de maravillas naturales, prefieren hacerlo de noche. De otra forma se las perderían.

Nosotros sabemos lo mismo. Sabemos de su país repleto de maravillas naturales, y de su no vida nocturna aburrida. Por eso decidimos empezar a movernos, y como queremos hacerlo sin depender de nada ni nadie, nos propusimos comprar un auto.

El viernes, después de llegar e instalarnos, habíamos buscado en un par de galpones que amontonan autos usados de mochileros a cambio de una pequeña comisión sobre la transacción final, pero no conseguimos nada. O muy acorde a lo que necesitábamos pero muy caros, o no tan acordes pero muy caros, o muy caros pero muy caros. A todos les faltaba ese qué sé yo, ninguno nos convencía. La alternativa que nos quedaba era una de las ferias a las afueras de la ciudad, el domingo. Y allá fuimos.

En un estacionamiento, decorados por la sonrisa de cada una de las personas que por alguna u otra razón ya no los quería, y ordenados en filas, estaban nuestros pretendidos. La fila en la que se busca depende del poder del bolsillo, las había de 10.000 kiwis (algo así como U$S7.000) para arriba, con autos grandes y hermosos, y las había de K3.000 para abajo, con sonrisas grandes y hermosas , por parte de los que vendían.

Apenas llegamos supimos cuál era nuestra fila. Ahora nos faltaba saber cuál era la alguna u otra razón que cada sonrisa escondía. De 3 mil kiwis para abajo había muchos autos, y también otros que no merecían tal título. Se preguntarán ustedes qué podríamos llegar a conseguir por tan poca plata. Nosotros nos preguntábamos lo mismo. Y peor: nuestro interrogante se agigantaba todavía más cuando nos acordábamos que de esa fila, sólo los de 2 mil para abajo nos servían.

Igualmente, más allá de lo que nos ofrecían y de la plata que teníamos, nuestra mayor preocupación era comprar un auto que no nos dejara a la media hora de haberlo comprado, teniendo que vérnoslas con el famoso y conocido Mr. Montotou. Ni Cabar, ni Euge, ni Lu ni yo tenemos ni la más pálida idea de mecánica, nos podés preguntar sobre bujías y carters y de seguro, todos menos Lu, te podemos decir que están en la zona del capot, pero no mucho más. Y así y todo, no sé dónde está el cárter, ahora que lo escribo me suena a que está en otro lado, porque recuerdo que los chicos se la pegaron cuando se fueron de vacaciones a San Bernardo, o algo así. En fin, hicimos lo que teníamos que hacer: pusimos todos cara de ingenieros mecánicos que olvidaron su camisa a cuadros en el baúl de nuestro otro auto que anda muy bien y nunca nos falla, porque tanto sabemos cuidarlo y arreglarlo, y así, haciéndonos los sabiondos, nos pusimos a mirar minuciosamente cuanto auto veíamos. Les mirábamos las gomas, abríamos el capot, tocábamos una zona que supongo se puede calentar pero que una vez que la toco no se cuándo está caliente y cuándo no, tanteábamos el aceite, preguntábamos por los frenos, por los últimos services, y todo lo demás que se nos ocurría. Mirábamos todo lo que podíamos, aunque no veíamos nada. Como dije, ninguno sabe de autos, y entonces lo único que nos quedaba era guiarnos por las caras y actitudes de los vendedores. Y acá es el momento en que cada detalle cuenta. No es lo mismo si el que te vende te habla tranquilo o si te corre desesperado. Mucho menos si tiene pelo largo y pelada o lengüetazo de vaca a dos aguas. Otro dato clave es el análisis de ureolas de chivo: es un clásico de estos personajes, de quienes pensás, y de hecho estás seguro, que te quieren descansar de una u otra manera, traspirar a más no poder. En realidad todos los hacemos, pero en estos casos hay que fijarse en cada detalle, y por eso es que les vemos el mismo chivo y la misma ureola que a otros no.

Por otro lado, si hay alguien que sabe de detalles, ése sos vos, el mismo que antes de salir le pregunta seis veces a la vieja si no tiene el bigote desalineado, la misma que vuelve desde el ascensor a su casa para darse una repasadita de base porque el cachete izquierdo siempre le traspira más que el derecho, casi un 0,017% más. Todos sabemos de esos detalles, y por eso cuando las sentimos, nos la jugamos por nuestras corazonadas. Pero en este caso éramos 4. Y como ponernos de acuerdo en base a eso iba a ser de lo más iracundo, hicimos todo lo contrario. Le compramos el auto a los dos personajes que menos confianza daban. Una pareja de locos: él, para mí Jonh y para los chicos Joe, de los que hablan escupiéndote y con los tatuajes más bizarros y divertidos; ella, Mrs. Nomeacuerdou, con otro ataque al corazón inminente, movediza e hiperkinética como pocas. Entre los dos se desvivían por vendernos el auto, que a ojos de estos 4 sábelonadas de autos, lucía bastante bien. Salimos a manejarlo y lo comprobamos. Una maravilla: además de tener todas las cuatro ruedas, andaba para adelante y supuestamente para atrás también. Uno de los levanta vidrios no funcionaba, pero la música iba bárbaro.

Le regateamos el precio, nos descontó K50, comprobamos que no tuviera deudas, le dimos K1600, firmamos los papeles y el Nissan Sunny era nuestro. Así de fácil y así de lindo. Llegamos a la feria a las 8.30 de la mañana, eran las 10 y ya teníamos auto, y todo el día para disfrutarlo. Volvimos al hóstel, preguntamos cuál era la mejor playa a más o menos una hora de camino, agarramos los flota flota, la pelota y el patito de ule, y para allá fuimos.

 

El país de los cielos indecibles.

09/01/2011 § 1 comentario

En cada lugar que llego lo primero que hago es mirar el cielo. Lo miro y lo veo. Lo veo y lo miro.  -¿Cómo podrías no hacerlo?- me preguntarán algunos, pensando que es imposible ver, y no ver el cielo. Con sólo ser parte del mundo, con sólo ser humano, es suficiente para ver el cielo. No hace falta ningún esfuerzo, tampoco es necesario un mérito, cada persona que abre los ojos, por más que quiera no hacerlo, si está parada en el mundo, ve el cielo.

Pero justamente por estar siempre a la vista, porque sólo baste con abrir los ojos para tenerlo, es que muchos lo ven, pero nunca lo miran. Lo tienen y no lo tienen, lo viven y no lo viven. Le piden que esté siempre azul, y hasta le refunfuñan si viene con nubes. El cielo no entiende los reclamos, porque sabe que además de un cielo azul, puede ser muchos otros cielos. Y que si se vistiera todos los días igual, dejaría de sorprendernos. Sería, siendo siempre azul o nublado, de lo más aburrido, sintiéndose un edificio más, al que sólo basta con abrir los ojos, para volver y volver a verlo. Se transformaría en una cosa más, que a la vez sería una menos.

Pero al cielo le gusta expresarse, y mucho más no guardarse nada a la hora de hacerlo. Por eso al azul lo llena de rojos, y lo destiñe con amarillos. Con nubes se muestra más suave, esponjoso, pero también siniestro. Es que con ellas nos invita a tocarlo, sabiendo que no podemos hacerlo.

A veces está silencioso, como si estuviera esperando algo, y parece dormido. Es cuando el cielo está triste, melancólico. Extraña a su amigo de cada día, que esa mañana, a pesar de las horas, todavía no lo ilumina. Dolido en el abandono, el cielo se pone furioso, pasando de gris a negro. Los truenos gritan su ira, con rayos decarga su mala, y lloviendo se purifica. Libera lo que ya no le sirve, su mala energía. Y así empieza a nacer de nuevo, de a poquito y en cada estrella.

La primera se acerca sigilosa, avanzando a lo desconocido. Está rodeada de nada, y de lo que sueña para el futuro. Y eso es todo lo que necesita. La soledad la hace más fuerte, y sus ganas se intensifican. Se tienen la una a la otra, se tienen la otra a la una. Y así, solas las dos, se vuelven cada vez más intensas, tanto como su camino. Una, dos, tres y otras miles se suman a ella la estrella, que ya deja de ser una, como las miles dejan de ser miles; ahora todas son una. La vía láctea aparece infinita, llena de posibilidades y vida. Espiando y casi como parte de las montañas, aparece la luna, que por no perderse el espectáculo, lo hace más increíble. Ahora el cielo está lleno, y es el más cielo del mundo.

Así es el cielo en Nueva Zelanda, y tiene todos los cielos en uno. Estando con sol o nublado, silencioso o lleno de furia, melancólico o estrellado, el cielo está siempre, y está siempre lleno de cielos. Y a mí me encanta mirarlos, y tanto como eso, me gustaría poder decirlos. Sentir que de su fantasía cuento aunque sea un poco, para que desde allá donde sea que sea, para que desde otros cielos del mundo, donde no puedan mirarlo, también puedan ver el mío.

 

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Auckland dormidos

09/01/2011 § Deja un comentario

Villa Pueyrredón-Plaza Italia. Plaza Italia-Ezeiza. Ezeiza-Santiago. Santiago-Auckland.

Un poco cansados, otro poco dormidos, llegamos a destino. Fueron 17 hs de vuelo: el viaje a Santiago sirvió para recordarme dos cosas fundamentales para mi vida: una, que el avión se mueve mucho menos que el subte, y dos, que si confío en Metrovías, puedo confiar en cualquier cosa. El vuelo fue híper tranquilo, y en él conocimos al primer personaje del viaje: Pato, uno de los asistentes de abordo (asafato) que, además de recomendarnos, para cuando llegáramos a Auckland, varios sitios de divertimentos nocturnos de dudosa índole, se esmeró por,  acto seguido a que le comentara que me da miedo volar, desenfundar una batería de chistes negros al sobre aviones averiados y paracaídas fallidos. Dos horas de vuelo y aterrizamos en Santiago, casi al mismo tiempo que el sol lo hacía atrás de la cordillera. Ahí esperamos dos horas más en el aeropuerto, antes de subirnos a otras doce atravesando el polo y su larga noche, que dejó su lugar a la mañana oceánica recién del otro lado del mundo.

Eran las 4am cuando finalmente pisamos las tierras en las que el naviero holandés Abel Tasman quiso desembarcar allá por 1642, antes de que los maoríes frustraran sus planes expansionistas mandándolo de nuevo a casa, los mismos planes con los que años más tarde arribara el capitán Cook, inglés y mucho más afortunado. Cook no consiguió que a un mar le pusieran su nombre, pero sí consumar sus objetivos colonialistas a orillas de los que hoy es el Tasman Sea.

Pasaron muchos años y con ellos pasó la historia. Esta vez no llegaban exploradores ávidos de tesoros, pero por ahí andaba. Éramos Cabar y yo en busca de Luciana, que nos esperaba en Auckland hacía una semana. Ni las horas de vuelo, ni el cambio de horario, ni las cervezas en fila que tomamos para dormir hasta el café con leche nos impidieron recorrer las 6 de la mañana de una Auckland enmudecida.

Eran vísperas de año nuevo y las calles estaban casi vacías. Vacías de gente, vacías de autos, vacías de movimiento y vacías de suciedad. Pero aún así no llegaban a estar vacías de todo: un par de borrachos se negaban a dejarlas en soledad, como la versión kiwi-maorí de Shaquille O´Neal, que con la 34 de los lakers, y botella en mano, balbuceaba las cuadras que no podía caminar (madrugadas más tarde supimos reconocerlo como un habitué de esas horas de la mañana, y de esa borrachera). Y también estábamos nosotros, los pibes, caminándolas sin parar. Sin parar como forma de decir, pero también de hacer. Porque siendo la ciudad desierto, los semáforos son parte de los oasis, esos que cuando llegás se van esfumando, haciéndote seguir caminando, en busca de nuevos horizontes. Y fue ese siga-siga el que hizo que  nos llevara varias horas, y mucha ciudad, darnos cuenta de la segunda gran diferencia entre un peatón y un pedestrian: a la hora de cruzar la calle, los primeros lo hacen junto y en paralelo a los autos que circulan en su misma dirección e igual u opuesto sentido, mientras que su versión kiwi lo hace recién una vez que todos los vehículos se hayan movido y después detenido, siendo lo loco que lo hacen en cualquier sentido. Es como si hubiera dos mundos paralelos. Por un lado tenés los drivers, por el otro los pedestrians. Cuando viven unos los otros se congelan, cuando aquellos se detienen estos reviven.

Los pedestrians pueden cruzar hacia adelante, de costado y hasta en diagonal. Algunos, los más osados, como Shaq, se animan a improvisar un zig-zag. En realidad no importa cómo lo hagan, mientras lleguen en tiempo y forma a destino. El tiempo lo marca el semáforo, alrededor de 30 sg, regresivos; la forma un tipito verde, al que luminoso le gusta andar el camino. Uno y otro tienen su hora, su momento de protagonismo. Por eso conviven felices, sin bocinas, puteadas, ni ruidos.

Los choferes quisieran ser drivers, los peatones envidian a los pedestrians.

Cruzar como se quiere y tranquilo fue la segunda diferencia que vimos. De las colinas en cada calle nos dimos cuenta enseguida. Sobre todo por el largo del viaje. Y por lo mucho, pero incómodos, que habíamos dormido.

Si vamos a soñar, soñemos a lo grande!

16/12/2010 § Deja un comentario

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